Noruega cierra el paso del Ártico a los refugiados

El Gobierno noruego está construyendo, desde finales de verano, una gigantesca valla de acero de 200 metros de largo y 3,5 de alto, en Storskog, su paso fronterizo con Rusia en el Ártico. La construcción de esta valla ha levantado la polémica, y el rechazo de autoridades locales y ONGs. Storskog fue hace un año la puerta a Europa para 5.500 refugiados, sirios y afganos mayoritariamente, que en lugar de jugarse la vida en el Mediterráneo entraron en Noruega desde Rusia.

Lo hicieron en bicicleta, ya que por el acuerdo fronterizo entre ambas naciones, queda prohibido cruzar a pie estando indocumentado. No obstante, en los últimos 10 meses tan sólo una persona -un ciudadano ruso- ha cruzado dicho paso. Un problema en la medición de los límites territoriales ha causado un retraso en la construcción de la polémica valla, ya que se detectó que sobrepasaba entre 1 y 15 centímetros el espacio entre Noruega y Rusia. Las autoridades rusas, informadas tanto antes del inicio de la obra como de esta desviación, no se han pronunciado al respecto. En cualquier caso, Rusia mantiene vallada toda su frontera con el país escandinavo, miembro de la OTAN, a lo largo de sus 196 kilómetros. Según el ministerio de Justicia noruego, el levantamiento de esta verja tiene como fin mejorar “el control de quién entra en el Reino”.