Los detalles desconocidos (hasta ahora) del reciente viaje del rey Juan Carlos a España
El rey emérito regresó a nuestro país el pasado fin de semana tras casi dos años residiendo en Abu Dabi
El rey Juan Carlos durante su reciente visita a España. | Gtres
El rey Juan Carlos fue el auténtico protagonista del pasado fin de semana. Por primera vez en dos años, el emérito regresó a España con un planning trazado casi al milímetro. Porque también hubo tiempo para la improvisación. El padre de Felipe VI llegó a nuestro país el pasado jueves por la tarde para disfrutar de unos días de asueto junto a sus amigos, y de paso participar en las regatas de Sanxenxo, donde se dio un auténtico baño de masas.
La expectación fue máxima desde el día que se conoció la noticia. Todo estaba preparado para darle una bienvenida por todo lo alto, ver cómo se encontraba y saber lo que iba a acontecer el lunes, su último día de estancia en España. Una fecha marcada ya que tenía previsto mantener una reunión con don Felipe, para después disfrutar de un almuerzo junto a parte de su familia.
Los preparativos del viaje después de 654 días fuera de España
Según publica la revista ¡Hola! este miércoles, don Juan Carlos no tuvo confirmación absoluta de que iba a poder regresar, por unos días, hasta 24 horas antes de coger el vuelo. A partir de tener la validez, planificó sobre la marcha todo lo concerniente a este viaje tan importante.
«Las últimas cuatro noches casi no pudo dormir», dicen fuentes cercanas al monarca. Y añaden que «para él fue un shock emocional y en algunos momentos no pudo evitar llorar». Era un viaje muy deseado por él. Cuando decidió abandonar España en detrimento de don Felipe y la Corona, todo hacía presagiar que solo estaría fuera unos meses.
Pero las circunstancias fueron complicando este regreso que por fin ha tenido lugar, aunque eso sí, solo cuando recibió una llamada «oficial» del rey Felipe VI. La biógrafa Laurence Debray afirma en la mencionada publicación, que el rey Juan Carlos estuvo tranquilo los días previos al viaje, aunque asegura que también hubo algo de inquietud.
«Solo tenía dos certezas: su amigo Pedro Campos lo recogería en el aeropuerto y el lunes se encontraría con Felipe VI, su hijo, y doña Sofía, aunque sin más detalles».
Así fue el vuelo del rey Juan Carlos desde Abu Dabi
La premura con la que se preparó todo -la confirmación del ‘sí’ a su vuelta llegó en la tarde noche del miércoles- solo le dio tiempo para preparar una pequeña maleta. Al fin y al cabo, iba a estar en España un fin de semana largo, con muchas incógnitas para el rey emérito que por fin iba a cumplir su sueño de regresar, aunque solo fuera por unos días.
Además del equipaje, el rey Juan Carlos escogió lectura para realizar los 6.000 kilómetros que le separaban de nuestro país. El libro en cuestión es La España la que creo: En defensa de la Constitución. Un ensayo del político Alfonso Guerra en el que habla de la necesidad de defender los valores de la Constitución frente a lo que pretenden dividir el país.
Fue un vuelo tranquilo, con todo a favor, especialmente la visibilidad que le permitió admirar la costa española, así como el paisaje que al parecer tanto añora en los Emiratos Árabes. «Al ver tanto verde después de dos años en el desierto, le dio un vuelco el corazón», dice la autora de Mi rey caído.
La emoción le desbordó cuando, al llegar al espacio aéreo español, desde la torre de control le enviaron un mensaje claro y lleno de sentimiento: «Bienvenido a España, Majestad». Él mismo así se lo contó a su hija mayor, la infanta Elena, que acudió a recibirle en plena pista.
Sanxenxo, su segunda casa
Casi dos años después, don Juan Carlos regresó a la localidad gallega que se ha convertido en su refugio. En Sanxenxo hizo su última parada, un día antes de partir a Abu Dabi. Y ha sido el primer lugar que le ha recibido después de 21 meses de ausencia. Como era de esperar, la vivienda propiedad de su amigo Pedro Campos ha sido su casa durante esta visita.
De camino al lugar, el rey emérito continuó recibiendo muestras de cariño de los gallegos que se agolparon a ambos lados de la carretera para darle la bienvenida. Algo que tampoco esperaba y que le provocó una gran alegría.
Pedro Campos y su mujer, Critina Franze, tenían todo preparado. Han adaptado su casa para que don Juan Carlos esté lo más cómodo posible. La revista desvela que se trata de una residencia rodeada de jardines, ubicada junto a la ría de Pontevedra y a la playa de Areas. En la planta baja se encuentra el salón plagado de recuerdos del matrimonio con el rey emérito, el comedor y la cocina.
En la segunda planta están las habitaciones. La de don Juan Carlos, de unos 25 metros cuadrados y con dos grandes ventanales que dan a la ría, se guardan algunas pertenencias personales. Entre ellas, su indumentaria para navegar que, tras haber perdido 12 kilos, le quedaba grande. Fue la excusa perfecta para presumir de figura cuando montó en el ‘Bribón’.
La casa además tiene piscina cubierta y gimnasio. Para facilitar la movilidad del padre de don Felipe tiene una silla eléctrica con la que puede sortear las escaleras que conducen de un piso a otro.
Así se forjó el encuentro con su nieto Pablo
El mal tiempo reinante en Sanxenxo el sábado, hizo que don Juan Carlos cambiara de planes sobre la marcha. Algo a lo que ayudó una llamada de la infanta Cristina, que le comunicó que casualmente su hijo Pablo estaría esa tarde en Pontevedra, disputando un partido de balonmano contra el Club Cisne de la localidad. Y no se lo pensó dos veces.
Junto a las personas de su confianza puso rumbo al pabellón municipal de Pontevedra para animar a su nieto. Lo hizo desde la grada, siete minutos después del comienzo del encuentro que Pablo Urdangarin y su equipo perdieron. El marcador fue lo de menos. El joven, nada más escuchar el pitido final, se acercó hasta su abuelo con quien se fundió en un cariñoso abrazo.
«Este viaje le ha dado un subidón de vitalidad. No se quedó quieto un minuto y volvió con una energía renovada», indica Debray. Habrá que esperar a su vuelta prevista para el próximo 10 de junio.
