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El ministro francés acusado de violación se escuda en su discapacidad y rechaza dimitir

El titular de la cartera de Solidaridad y Personas con Discapacidad, Damien Abad, rechaza dimitir después de que dos mujeres lo hayan acusado públicamente de agresión sexual

El ministro francés acusado de violación se escuda en su discapacidad y rechaza dimitir

El ministro francés de Solidaridad y Personas con Discapacidad, Damien Abad. | Europa Press

Después de un primer mandato de cinco años en el cual ya tuvo quebraderos de cabeza los derechos de las mujeres, el presidente francés Emmanuel Macron arranca el segundo tropezando con la misma piedra. El nombramiento del primer Gobierno tras su victoria en las elecciones del mes pasado ha acabado envuelto en la polémica después de que el ministro francés de Solidaridad y Personas con Discapacidad, Damien Abad, haya sido acusado de violación por dos mujeres.

En Francia, todos los medios se hacen la misma pregunta: ¿debería dimitir Abad apenas unos días después de jurar el cargo? En opinión del acusado, bajo ningún caso. El ministro, que sufre él mismo una afección muscular congénita llamada artogriposis, ha rechazado este lunes dimitir y defiende su inocencia, asegurando que su discapacidad le impide haber cometido los crímenes de los que le acusan.

«¿Un hombre inocente debe dimitir? No lo creo», ha apuntado el recién nombrado ministro, sobre el que se conoció este fin de semana que una mujer lo denunció en 2012 y 2017 por violación, en un asunto que fue archivado entonces por la Justicia, mientras que la segunda lo comunicó a un colectivo que a su vez había advertido al partido del presidente de esos hechos.

Abad, en una declaración leída a la prensa, se defendió este lunes de las acusaciones diciendo que lo que le reprochan es «materialmente imposible» porque su discapacidad le impide llevar o desvestir a otra persona sin ayuda, y que necesita la ayuda activa de su acompañante para poder tener relaciones sexuales. «No he violado a una sola mujer en mi vida. Abordar estas cuestiones en público me supone un gran daño y un ataque a mi dignidad», dijo el ministro.

Este sábado, el portal de información Médiapart publicó los testimonios de dos mujeres que lo acusan de violación, una de las cuales lamenta haber sido sometida a un examen médico mientras que Abad, que se defendía con su discapacidad, no fue examinado. Esta información ha copado la atención mediática de los primeros días del Gobierno de Macron tras su victoria en las elecciones presidenciales de abril y el nombramiento de su primera ministra, Élisabeth Borne, la pasada semana.

«Tolerancia cero» con los delincuentes sexuales

La portavoz del Ejecutivo, Olivia Grégoire, precisó este lunes tras el primer Consejo de Ministros del nuevo Ejecutivo que habrá «tolerancia cero» con los delincuentes sexuales, pero dejó el futuro del ministro francés en manos de la Justicia, que es «la única que puede y debe decidir».

Grégoire insistió en que por el momento no hay ningún procedimiento judicial abierto contra Abad y que, si bien una mujer presentó dos veces una denuncia, fue archivada en los dos casos, en 2012 y en 2017. El Gobierno ha defendido también que no estaban al tanto de este asunto cuando se produjo el nombramiento del ministro francés, el viernes.

Este caso ha sido la primera piedra en el zapato de Macron, a quien los colectivos feministas le reprochan además la nominación de otros tres ministros «militantes contra el Me Too»: el de Interior, Gérald Darmanin -acusado por una mujer de violación en una causa que fue archivada-, el de Justicia, Eric Dupond-Moretti, y Stanislas Guérini, ministro de Transformación y Función Pública.

Guérini fue muy criticado por defender la semana pasada a un candidato del partido de la mayoría presidencial que había sido condenado por violencia conyugal, días antes de que el exdiputado se viera forzado a dejar la carrera electoral para las legislativas de junio. Por su parte, Dupond-Moretti ha cuestionado en varias ocasiones la liberación de la palabra que se produjo tras el «Me too», en 2017, señalando que en ese movimiento también hay muchas «locas» que «cuentan tonterías y comprometen el honor de un hombre crucificándolo en redes sociales».

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