Vino blanco o tinto, ¿cuál es el mejor si queremos adelgazar (o no engordar)?
La mayoría de nosotros tenemos la misma duda cuando estamos tratando de cuidar de nuestra figura
Es muy habitual consumir alcohol en los países occidentales, y no solo en lo que respecta a planes de ocio. De hecho, cada vez más personas comen o cenan con una copa de vino, algo que no debería revestir grandes problemas siempre que no se supere cierta cantidad y siempre que se haga con cabeza y sin adicciones de por medio.
También hay personas que no consumen nada de alcohol pero que sí que abren la veda cuando hay alguna reunión social. Muchos de estos individuos, sin embargo, tienen algo en común: no saber qué elegir para cuidar su salud y su figura.
En lo que respecta a la salud, como bien sabes, sería casi mejor no consumir nada de alcohol, pero puestos a elegir, los expertos suelen recomendar el vino en pro de otras bebidas espirituosas. Hay académicos que, incluso, atribuyen beneficios al hecho de beber vino de vez en cuando.
Al respecto, la Universidad de Harvard publicó hace tres años un estudio científico en el que asociaba los beneficios del consumo moderado (ojo, moderado) de vino, en el marco de un estilo de vida saludable, con una mayor esperanza de vida y con unos niveles más elevados de lipoproteínas de alta densidad (HDL), el denominado colesterol bueno. Además, los investigadores puntualizaron que el vino tinto contiene un polifenol llamado resveratrol que convierte la ‘grasa blanca’ en ‘grasa marrón’, que es más fácil de quemar.
Otro estudio realizado por la Universidad Estatal de Arizona sugiere que el resveratrol también puede ayudar a controlar y suprimir los antojos, por lo que también es más probable que si bebemos algo de vino al día (5-15 gr/día en mujeres y 5-30 gr/día en hombres) no comamos en exceso ni piquemos a deshoras.
Hoy en THE OBJECTIVE, no obstante, dejaremos al margen las cuestiones de salubridad del vino para centrarnos en qué tipo es el mejor para adelgazar o para no engordar.
Vino tinto o vino blanco: cuál es el mejor para adelgazar o para no engordar
Para bien o para mal, como hemos dicho, el alcohol está más que normalizado en nuestra vida cotidiana, y por ello es tan difícil huir de él cuando estamos intentando adelgazar o, lo que es más común, no engordar.
Ya sabemos que constreñirse o limitarse en exceso no sirve de nada, pues al final todo ello irá en nuestra contra, ya sea generándonos más ansiedad, haciendo que abandonemos antes el plan, dándonos un atracón en unos días… Lo mejor y más inteligente, por tanto, es comer lo más equilibrado posible durante el día y de vez en cuando darse un capricho.
Por eso no es contraproducente que te tomes una copa de vino de vez en cuando, o al menos no para tu dieta. Pero puestos a elegir, hay un vino que es mejor que otro en lo que a la figura se refiere.
Así, lo mejor sería elegir un vino tinto de más de dos años, ya que cuanto más joven sea el vino más azúcar tiene. Y el azúcar, como sabes, no es bueno si queremos adelgazar.
En lo que se refiere a calorías, ambos vinos están a la par:
- Una copa de vino tinto aporta unas 63 calorías por cada 100 ml.
- Una copa de vino blanco tiene unas 70 calorías por cada 100 ml.
Así, puestos a elegir, lo mejor sería el vino tinto en pro del vino blanco. Pero si no somos nada amantes del tinto, podemos optar por los blancos que sean secos, ya que los vinos dulces y abocados aportan más calorías porque contienen una mayor cantidad de azúcar.
¿Y por qué el vino tinto tiene menos azúcar? Básicamente, por su proceso de fermentación, cuando se convierten los azúcares naturales del jugo de la uva en alcohol. En el caso del tinto, este proceso dura varios días; y en el del blanco, apenas unas horas.
Trucos para beber y no engordar (o no hacerlo demasiado)
Teniendo claro que lo mejor es no beber alcohol, a continuación te detallamos una serie de trucos y consejos para que los lleves a la práctica y puedas beber vino sin temor a echar por tierra tu deseo de adelgazar:
- Comer algo antes de beber: si comenzamos a beber con el estómago vacío, este absorberá mucho más rápido el alcohol, lo que implica que notemos enseguida los efectos del mismo. Por eso, es recomendable comer algo rico en proteínas y grasas buenas antes de beber, pues así se crea una especie de amortiguador, ralentizando la absorción del alcohol por parte del cuerpo.
- Beber agua entre copas de vino: los expertos en resacas saben que alternar una copa de bebida espirituosa con una de agua mineral es una elección ganadora, ya que así consumiremos menos alcohol y reduciremos las calorías totales. Además, beber agua de por sí ya quema calorías.
- Tener cuidado con las tapas y los antojos: uno de los peligros de beber vino (sobre todo sino estamos acostumbrados) es que nos da hambre, ya que el alcohol es desinhibidor por naturaleza y además aumenta el apetito al estimular las células nerviosas del hipotálamo del cerebro.
- No pasarse de frenada, esto es, consumir vino de forma moderada: en el caso de los hombres, se recomienda no excederse de dos copas de vino al día ,y en el de ellas, entre una copa o copa y media.