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El sultán saudí Mutabagani explora compras en España tras el asalto de Arabia a Telefónica

El inversor, con intereses en Sanidad e influencia política, crea una empresa en Madrid para controlar firmas no cotizadas

El sultán saudí Mutabagani explora compras en España tras el asalto de Arabia a Telefónica

El sultán Salah Mutabagani. | Linkedn

La ofensiva de Arabia Saudí en España empieza a tomar cuerpo tras el asalto de STC sobre el capital de Telefónica. El sultán Salah Mutabagani explora realizar compras en nuestro país. Para ello, según ha podido saber THE OBJECTIVE, ha constituido una compañía en Madrid con la que llevar a cabo las inversiones.

Con la denominación social Gani Salah Holdings, la firma de este empresario con intereses en el ámbito sanitario y hospitalario en la Península Arábiga busca adquirir participaciones en sociedades ibéricas. De acuerdo con los datos registrados en el Boletín Mercantil, el centro de operaciones en la capital española del sultán se sitúa en pleno centro financiero, en las inmediaciones del complejo de Azca. Su sede está ubicada en la calle Orense y su objeto será «la compra, suscripción, tenencia, permuta y venta de valores mobiliarios, nacionales y extranjeros, por cuenta propia y sin actividad de intermediación, con la finalidad de dirigir, administrar y gestionar dichas participaciones».

Es decir, que su propósito es tomar el control de las transacciones que realice de empresas que no coticen en Bolsa y aprovechar las oportunidades que se le presenten en un momento en que todo apunta a que el mundo árabe pretende ampliar su presencia en España, no solo de Arabia, bien a través de inversiones privadas como públicas, como la anunciada en Telefónica a principios de septiembre.

El sultán tiene intereses sanitarios y vínculos en proyectos públicos saudíes

Salah Mutabagani es propietario y director general de la Oficina de United Leaders For Healthcare Consultancy en Arabia y asesor y miembro de la junta del New Jeddah Clinic Hospital. Pero, además, tiene importantes lazos de entidades públicas saudíes. Participa en la ejecutiva de Saudi Chinese Business Council, la alianza sellada entre Riad y Pekín para ampliar su cooperación económica. De igual manera, está presente en el órgano rector de National Trading, la sociedad de comercio del país encargada de tejer una red de tráfico viario por todo el país.

El sultán ocupa también otros cargos, como directivo de Arwa Travel y en la firma de venta de cajeros automáticos saudíes en Egipto. De hecho, Salah Mutabagani estudió empresariales en la capital egipcia, El Cairo.

Por el momento, las inversiones saudíes en España son de pequeño tamaño y se limitan al inmobiliario y al sector hotelero, salvo la materializada por el fondo soberano a través de STC en Telefónica. Éste está dispuesto a desembolsar 2.100 millones de euros por la adquisición del 9,9%, siempre y cuando el Gobierno autorice la operación.

La apuesta por la operadora sería, según la hoja de ruta diseñada por el Estado de Arabia, la punta del iceberg de su expansión tanto por nuestro país como por otros mercados europeos, que conllevarían importantísimas cantidades para triplicar su tamaño en el marco del programa ‘Vision 30’ liderado por el príncipe y heredero al trono, Mohamed bin Salmán. Este plan intenta no solo diversificar los activos del fondo soberano y reforzar su influencia fuera del país, sino también llevar de la mano a empresarios saudíes para que también se internacionalicen a través de alianzas o en solitario.

Con este proyecto, Arabia sigue los pasos de otros estados del Golfo, que gracias a los ingresos que obtienen con el petróleo han irrumpido con fuerza en multinacionales y sectores a nivel mundial. En España, el vehículo público árabe más activo es el de Qatar, que tiene el 8,6% de Iberdrola, el 19% de Colonial y el 25% de IAG, matriz de Iberia.

En muchos casos, los fondos van acompañados de incursiones privadas. Así, jeques árabes cuentan con participaciones en compañías españolas. Las más representativas son las de El Corte Inglés y otra más reciente en Prisa, editora del periódico El País y propietaria de La Ser.

La instalación del sultán Mutabagani en nuestro país tras el asalto del fondo saudí en Telefónica, por tanto, sigue este modelo, en el que no solo los recursos públicos conseguidos por el crudo se dedican a tomar empresas en el extranjero, sino también el dinero de grandes fortunas con la intención de agrandar las influencias en todo el mundo.

La operación de Telefónica, eso sí, tiene que contar con el beneplácito del Gobierno. Para ello, STC todavía tiene que presentar de manera formal la autorización. Una vez se registre espera que la resolución sea lo más rápida posible y antes de los tres meses de plazo para dar una respuesta.

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