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Cultura

La 'artesanía digital' ya está aquí

THE OBJECTIVE conversa con Manuel Jiménez García, codirector de Nagami, firma puntera en diseño tecnológico

La ‘artesanía digital’ ya está aquí

La firma de ropa sostenible Ecoalf se ha asociado con el estudio de diseño Nagami para utilizar la impresión 3D en sus tiendas. | Cover images (Zuma Press)

Manuel Jiménez García, es codirector de Nagami, el estudio de diseño de referencia de fabricación robótica de España. Para cada proyecto, diseñan desde la creación inicial del producto, hasta la elaboración del software que les permite cobrar vida. Su tecnología en impresión 3D, promete generar un cambio positivo para el usuario y el medio ambiente.  La firma, ya posicionada como la más puntera en diseño tecnológico de España, se prepara para ampliar sus bases. Todos sus proyectos, se planifican y ejecutan desde su gran estudio situado en Ávila, el cual dirige junto a su hermano Miguel Ángel e Ignacio Viguera. THE OBJECTIVE ha conversado con Manuel Jiménez García.

Manuel Jiménez García

Pregunta.- Se formó como arquitecto y trabajó muchos años en Londres ¿Qué fue lo primero que desarrolló en el área tecnológica? 

Respuesta.- En Londres me especialicé en arquitectura digital. Me centré en la investigación de hormigones blandos, viendo cómo se podían realizar estructuras con textiles, controlando su patronaje, para poder conectar sus partes de forma digital. Eran procesos emergentes, en los que no había un diseño predefinido. El proceso derivaba en una multitud de formas. 

P.- ¿Y cuándo opta por el diseño?

R.- En realidad, el diseño es arquitectura. El ejemplo más claro es el mobiliario. La mayoría de sillas «seminales», han sido diseñadas por arquitectos, porque las cualidades son casi las mismas que las de un edificio, pero en menor escala. Es una estructura que tiene que soportar el peso de un ser humano y para que tenga además cualidades estéticas, el diseño tiene que ser óptimo en cuanto a estructura, belleza y proporcionalidad. Y el diseño es también un medio para investigar diversas ideas, que luego pueden ser aplicables dentro de la arquitectura. 

P.- El lanzamiento del estudio, en el Milan Design Week, fue justamente con la presentación de unas sillas…

R.- Sí, fue una colaboración que hicimos con tres arquitectos. Con Zaha Hadid Architects hicimos, las sillas Bow y Rice, ambas en PLA, un material biodegradable de almidón de maíz. Pese a que Zadid ya había fallecido, queríamos trabajar con su estudio porque siempre tuvimos mucha sintonía en la forma de percibir el diseño. Las trabajamos con su socio Patrik Schumacher. Con Ross Lovegrove, hicimos la silla RobóticaTM, haciendo converger los campos de la botánica con el de la robótica. Y la Peeler, la desarrollamos con Daniel Widrig, intentando superar los límites de la fabricación de impresión 3D, casi siempre al servicio de pequeños nichos de mercado. Cada silla supuso un reto distinto, pero el resultado fue exitoso en todos los casos. 

Rice

P.- Y de todo el mobiliario que vienen diseñando en Nagami ¿Con cuáles se siente más satisfecho?

R.- Creo que hay tres fundamentales. La primera es la Voxel Chair, que hicimos para la exhibición «Imprimer Le Monde» en el Centro Pompidu. Es una versión de la Pantom Chair, la primera silla moldeada enteramente en plástico. Nuestro prototipo, se hizo, utilizando un nuevo software de diseño para la impresión robótica en 3D, partiendo de un código que permite crear infinitas versiones. También me gusta mucho la silla Estrat de polímero de PETG, fue la primera que hicimos en impresión capa a capa. Conseguimos que el robot se pudiera mover a una velocidad que permitiese terminar la silla en apenas tres o cuatro horas, lo cual permitió acortar el tiempo y el coste de producción.  La tumbona Airchaise, creo que también es un icono del estudio. Se diseñó especulando sobre el futuro del mobiliario para los humanos, en el supuesto que tuvieran que habitar otro planeta. Es una sóla carcaza que cumple múltiples funciones, se exhibió por primera vez en el Design Museum of London. 

Airchaise

«Gracias a nuestra tecnología, podemos crear atmósferas completas hechas por la impresión 3D»

P.- Sus propuestas son bastante avanzadas para el mercado local ¿Quiénes son sus principales clientes? 

R.- En los últimos dos años, creo que nuestra clientela española ha crecido considerablemente. Si bien trabajamos mucho con marcas de lujo, cada vez se nos acercan más empresas que buscan proyectar una imagen muy específica, no solo para el producto, sino también pensando en sus espacios. Por eso ahora estamos trabajando en varios interiorismos e incluso en fachadas. Gracias a nuestra tecnología, podemos generar paneles multifuncionales, mobiliario dentro del panelado y crear atmósferas completas hechas por la impresión 3D. Es una forma de reconcebir el interiorismo. Para el extranjero estamos proyectando un pabellón para la cumbre de sostenibilidad que se llevará a cabo en Dubai. 

P.- ¿De dónde es la maquinaria que utilizan y cómo funciona?

R.- De la empresa sueca ABB, número uno en robótica a nivel mundial. Es un brazo mecánico, que cumple las indicaciones u órdenes que le dan. Nagami ha desarrollado su propia herramienta para cumplir esta función. Actualmente vamos por la sexta actualización o versión. 

P.- ¿Cómo entiende el vínculo entre tecnología y la sostenibilidad? 

R.- Con la tecnología que teníamos hasta ahora, era muy difícil procesar los residuos, de los que tanto se habla, para convertirlos en objetos que fueran realmente funcionales. La impresión 3D, está ayudando a que el volumen de plástico se reduzca cada vez más, porque facilita la transformación del desecho en objetos utilizables.  La que nosotros utilizamos con robots industriales, puede llegar a una escala mucho mayor y a su vez, acelera la cantidad de volumen que podemos recaudar de plástico. Con el aumento de automatización, los costes también bajan y, por tanto, el impacto ambiental disminuye. Por otro lado, la tecnología 3D es muy limpia, en el sentido que ocupa 25 metros cuadrados y no produce residuos, ya que, si el producto sale mal, se reinserta en la cadena.

P.- Al plástico se le ha demonizado, pero los diseñadores reconocen mucho sus buenas cualidades… 

R.- Es que el problema no es el plástico. Como material, revolucionó el mundo y ahora mismo no podríamos vivir sin éste. Permitió una revolución tecnológica, prácticamente en todos los sectores y democratizó el diseño por su versatilidad. Desde la década de los noventa, supimos que su desecho nunca se iba a desintegrar ni reinsertar en el ecosistema y por esto es que se le ha demonizado. Para su reciclaje hay dos vertientes, la primera es tener la conciencia del ciclo del plástico, lo cual incluye no tirar desechos al mar, establecer una cadena sólida de reciclaje etc. La otra es empezar a generar alternativas. En este sentido, la creación de biomateriales está avanzando para poder insertarse en el mercado de una manera mucho más amplia y eficaz, con costes de producción más reducidos. 

Lámpara Nagami

P.- Y qué le parece el concepto de «greenwashing», que habla de los supuestos «esfuerzos» que hacen las empresas para colaborar con el medio ambiente… 

R.- El greenwashing es un término peyorativo, para señalar a quien no tiene verdadera conciencia, pero necesita de estrategias de marketing para parecer que sí la tienen. Pero creo que en la práctica tiene un lado muy positivo, y es que, por la conciencia de sostenibilidad que se ha instaurado, sobre todo gracias a las nuevas generaciones, las empresas que no tienen estos valores, los tienen que demostrar, aunque sea por obligación. Obviamente es un impacto menor que el que generan las empresas con plena conciencia, pero es positivo para la causa global. 

P.- La artesanía ha empezado a revalorarse en los últimos tiempos ¿Siente que la tecnología está alejada de los antiguos oficios? 

R.- No, porque nosotros somos en gran parte artesanos, solo que utilizamos herramientas tecnológicas. Hacemos una combinación que podríamos llamar artesanía digital. Actualmente hay una revalorización importante por la piezas únicas y personalizadas y eso tradicionalmente va unido a la artesanía. En nuestro caso, contamos con la impresión 3D, que nos permite hacer labores artesanas de manera más económica.

«Todos los estilos arquitectónicos han estado marcados por la tecnología de su época»

P.- ¿Y cree que la Inteligencia Artificial llegue a reemplazar al ser humano en estas labores?  

R.- Yo soy positivo y lo intento ver con cautela, porque creo que la IA es una tecnología que se nos puede ir de las manos. Pero también facilita que expandamos la cantidad de herramientas que utilizamos como diseñadores y con ello la agilidad de los procesos. La IA se genera con bases de datos que crea el ser humano, luego la maquina aporta otra parte. Esta simbiosis, creo que puede ser muy positiva para la evolución del diseño. 

P.- ¿Qué es lo principal que aporta la tecnología en sus proyectos? 

R.- Las herramientas tecnológicas que Nagami utiliza, pueden ayudarnos a transformar y replantear objetos que hemos asociado a formas insatisfactorias a través de generaciones. Creo que este objetivo se ha cumplido, por ejemplo, con diseños como el retrete The Throne. Todos los estilos arquitectónicos, si revisamos la historia, han estado marcados por la tecnología de su época, lo cual generaba sensaciones precisas al usuario. Ahora estamos viviendo lo que se llama «Industria 4.0», por la digitalidad, que permite crear una concepción del espacio totalmente nuevo. Nuestros proyectos pertenecen en su mayoría a este momento, lo cual es muy satisfactorio.  

P.- Y en cuanto al consumidor ¿Qué beneficios aportar esta tecnología?

R.- Muchos. La cadena de producción siempre ha estado ligada al modelo serializado de Henry Ford. Ahora y gracias a la nueva tecnología, estamos haciendo series de productos de más de 80.000 piezas, en las cuales podemos introducir variables de diferenciación y personalización, que es una demanda muy característica del consumidor contemporáneo. Actualmente también estamos haciendo mucha investigación para edificar viviendas con nuestra tecnología, que tendría muchos beneficios, no solo para los usuarios, sino también a nivel de impacto ambiental. 

P.- Trabajan para muchas firmas internacionales ¿A qué mercados les gustaría llegar?

R.-Nosotros hace cinco años, empezamos con un mercado casi inexistente, muy pocos entendían nuestro modo de concebir el diseño. Ahora la gente no solo lo comprende, sino que lo aprecia. Por ello, nuestro plan incluye una expansión, queremos que nuestra sede sigue siendo en Ávila, pero pensamos llegar a otros centros y puntos de España. También estamos trabajando en mercados internacionales, creemos que es muy lógico que lleguemos al continente americano, porque hay un público amplio que demanda nuestro tipo de proyectos. 

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