El Sevilla se queda a las puertas de la Supercopa tras caer derrotado en penaltis
El conjunto inglés se impone en los penaltis, consiguiendo el primer título oficial de la temporada
El Manchester City celebra el primer tanto. | Manchester City
El Manchester City se ha proclamado campeón de la Supercopa de Europa tras imponerse en penaltis (1-1) al Sevilla. Ambos conjuntos se han disputado el primer trofeo oficial de la temporada en Atenas, en el Estadio Georgios Karaiskakis de El Pireo. Un encuentro en el que el conjunto de José Luis Mendilibar demostró un nivel de juego que hace presagiar una buena temporada para el equipo hispalense, pese a la derrota.
El choque ha comenzado con un minuto de silencio en honor del aficionado griego del AEK brutalmente apuñalado la noche del lunes a las afueras de Atenas en una pelea de ultras antes del partido de ronda previa para la clasificación a la UEFA Champions League entre el AEK y el Dinamo de Zagreb. La pelea se saldó con el fallecimiento del joven de 22 años y dejó seis heridos.
Tras el pitido inicial del árbitro, y bajo un respeto mutuo, ambos equipos han empezado algo dubitativos y con miedo a las imprecisiones. Sin embargo, el conjunto de José Luis Mendilibar rápidamente subió la línea y ‘achuchaba’ al conjunto ‘citizen’ en la salida de balón consiguiendo que los de Guardiola no desplegasen su clásica posesión y que tanto daño hace a las filas rivales.
Con esta presión el Sevilla conseguía premio, Lamela y Óliver Torres muy atentos en el robo tras pérdida, creaban ocasiones peligrosas a la contra. El crono avanzaba y seguía aguantando bien el Sevilla, muy bien plantado en defensa, sin dejar que Haaland entrase en juego y despejando todo balón que sobrevolaba el área sevillista.
En mitad de un respiro ofensivo, el conjunto hispalense lanzaba un gran contraataque en cuatro toques y Acuña, con un centro medido al área, le regalaba medio gol a un En-Nesyri, que elevándose por encima de todos, comiéndose en el duelo a Gvardiol, y rematando a la perfección al fondo de la red, adelantaba al Sevilla en la final. Apartir de aquí, el partido ya era otro y al Sevilla le tocaba sufrir y replegar un poco atrás para intentar mantener la ventaja. El Manchester City se acercaba a la portería de Bono con un disparo lejano de Kyle Walker y una falta en la frontal que provocaba el español Rodri, pero sin incomodar demasiado a la zaga de Nervión, que se iba al vestuario con una ventaja clave.
En la segunda mitad, los papeles eran los mismos. Un City más atrevido acorralaba por momentos a un Sevilla, que a la contra con En-Nesyri seguía creando y desperdiciando ocasiones de gol. Un centro lateral ‘templadito’ al segundo palo de Rodri para la entrada de Haaland que no conseguía rematar, se convirtió en un cabezazo de Cole Palmer al palo largo para empatar el partido.
Tras el gol de los ingleses, el partido bajo su nivel de revoluciones hacia un nivel mínimo en el que ambos conjuntos parecía que hubiesen pactado llegar a los decisivos 11 metros. Una tanda ejecutada a la perfección, que terminaba con el sevillista Gudelj estrellando su lanzamiento en el larguero y dándole así la Supercopa de Europa al conjunto inglés.
