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Economía se suma al rechazo del control de los precios de alimentos que propone Díaz

Fuentes del Departamento que encabeza Calviño atribuyen a la inflación un fuerte componente importado del que discrepan los economistas

Economía se suma al rechazo del control de los precios de alimentos que propone Díaz

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Yolanda Díaz. | Europa Press.

El Ministerio de Asuntos Económicos se ha sumado al rechazo que desde otros Departamentos gubernamentales se ha manifestado a la propuesta con base ideológica de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de controlar los precios de una cesta básica de alimentos, una medida que según los expertos consultados por THE OBJECTIVE es difícil de llevar a cabo, y que cuando se ha adoptado en algunos países ha provocado escasez, mercados negros, desabastecimientos e inflación.

Economía apuesta por el mercado y el sostenimiento de los márgenes de las empresas, máxime en un momento de grave crisis económica como el actual, y apela a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para cualquier diatriba en este sentido, ya que ha de prevalecer, a juicio del Ministerio, la libertad de decisión de las empresas y los consumidores y es preciso aparcar cualquier atisbo de competencia desleal.

La propuesta de Díaz elevaría los precios

Así, la propuesta de Díaz sigue encontrando -y ahora en la vicepresidencia primera- rechazo dentro del Gobierno por carteras como la de Agricultura o la de Política Territorial, entre otras.

Y desde la óptica de la evidencia empírica y la teoría económica, también los expertos han advertido del daño ulterior que provocaría la adopción de esa medida finalmente más inflacionista. Es decir, que amplificaría el resultado que pretendería combatir.

Por otra parte, fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos identifican la inflación como un fenómeno en su mayor parte importado, y aseguran que el deflactor del PIB es del 3% pese a que el IPC cerrara agosto en el 10,4%.

Algo que, según los economistas consultados, es impreciso y en parte inexacto y que demuestra que el deflactor del PIB ha de ser recalculado, igual que otros parámetros del cuadro macro, como el PIB, sobre los que la vicepresidenta primera y titular de Asuntos Económicos, ya ha reconocido que pueden ser inferiores a los reflejados en el compendio de cifras sobre las que girarán los Presupuestos Generales del Estado para el año próximo.

Se ha filtrado a la subyacente

El profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles reconoce que la inflación que padece la economía española es en parte importada pero ya se ha infiltrado en la tasa subyacente, en el 6,4% en agosto, lo cual evidencia efectos de segunda ronda.

En el mismo sentido, el presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza, reconoce un origen importado de la inflación, en tanto que se produjo vía costes, pero remacha que la clave está en la inflación subyacente, que es el núcleo del IPC, y en la UE se ubica en el 4,3% frente la 6,4% en España. Ese indicador excluye energía y alimentos y refleja una inflación ya estructural, derivada, a juicio de Pedraza, de nuestra estructura productiva y de política económica.

Ese diferencial con la UE en la tasa subyacente representa que el esquema económico español adolece de defectos y que ese enquistamiento del alza de precios coyuntural en una estructural -la subyacente- sucede al margen de acontecimientos como la guerra en Ucrania.

Sobredimensión del sector público

Añade Pedraza que en España se ha sobredimensionado el gasto público no productivo -el sector público ya representa el 50% del PIB español- que falta más apoyo a la actividad productiva y restañar la fragmentación del sector industrial y el mundo de la empresa español, en un entorno de sobrepeso de las Administraciones y la Función Pública. De ahí que la estructura económica española ensanche esa inflación procedente del exterior que no tiene tanto impacto en otros países.

Por su parte, el economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle, rechaza el argumento de que un alto porcentaje de la inflación sea importada. La inflación subyacente en máximos de 1993 es la prueba. Y también, a su juicio, demuestra que la inflación ya no es importada el hecho de que los precios sigan subiendo cuando los precios de las materias primas a escala internacional están bajando desde marzo. Por ello, Lacalle refuta el argumento del Ministerio y considera que se debería recalcular el deflactor del PIB, aunque ello implique que el crecimiento económico luzca un aumento menor.

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