La reforma laboral de Díaz no logra atajar la sangría de empleo de los fines de semana
En todos los viernes de octubre se han producido caídas en la afiliación a la Seguridad Social, lo que merma ingresos por cotizaciones a las arcas públicas
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. | Europa Press.
La reforma laboral de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, que entró en vigor a comienzos de 2022, no ha logrado detener la sangría de empleo de los fines de semana, esa práctica a través de la cual los empresarios dan de baja a trabajadores el viernes y de alta el lunes, de modo que sus dos días de descanso son soportados de forma oficial o tácita por el erario público.
Prácticamente todos los viernes se producen caídas en la afiliación diaria, y subidas los lunes, normalmente en mayor medida. De esta situación se hace eco el Gabinete de Estudios de la Unión Sindical Obrera (USO), a través de la monitorización de los datos oficiales publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
A título de ejemplo, en todos los viernes de octubre se han producido caídas de la afiliación: una merma de 13.169 cotizantes el 7 de octubre; una de 9.619 el 14 de octubre; otra de 16.361 el 21 de octubre y otra de 24.403 el 28 de octubre. Esto implica, según el director del Gabinete de Estudios del sindicato, que los fines de semana se produce una merma de cotizaciones y, en algunos casos, un recurso al cobro del desempleo.
A esto se une la caída de afiliación del último día de mes, habitualmente basada en una operativa similar del empresario. En octubre, en la estadística de afiliación diaria, la caída fue de 160.419 cotizantes.
Coste para las arcas públicas
Además, si el trabajador duda de que vuelva a ser contratado el lunes inmediatamente posterior, puede solicitar el paro y abrir su bolsa de derechos de cobertura al desempleo. Con lo cual, las arcas públicas soportan ese desembolso y la merma de cotización.
Esta práctica, que no ha conseguido atajar una reforma laboral cuyo estandarte era la reducción de la temporalidad, coincide con el hecho de que el 34% de los contratos temporales sean inferiores a siete días. Es decir, no cubren la semana y trasladan el descanso laboral a las arcas públicas, tanto por merma de cotización como, eventualmente, por apertura de los derechos al desempleo de los trabajadores.
Como explica a este diario el economista Javier Santacruz, «este patrón de comportamiento de los viernes es una de las manifestaciones de los cambios que han emergido tras la prohibición casi total del contrato temporal. Muchos sectores, por motivo de su estructura productiva, se acogen a este tipo de figuras de contrato y despido en la misma semana, sin que esto pueda corregirse mediante cambios normativos».
Se canalizan a través de ETTs
Añade el profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles que esto sucede por varias razones. Por un lado porque muchas actividades se programan para terminar en viernes y ahí finalizan muchos contratos de duración determinada. También por las empresas de trabajo temporal (ETT), que aunque tengan fijos-discontinuos, finalizan muchos contratos con sus clientes en viernes. Aunque se haya restringido la práctica del contrato por obra o servicio, aún hay forma de realizar contratos de duración determinada o a través de ETTs que pueden finalizar en viernes.
Según los datos de USO, a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, las principales causas de baja -las que más se incrementan- con datos de septiembre, al no estar en este parámetro disponibles aún los de octubre, tanto respecto a septiembre de 2021 como a diciembre de 2021, son la no superación del periodo de prueba y el pase a la inactividad de aquellos que tienen un contrato fijo-discontinuo.
Por otra parte, según un informe de USO, el último ha sido el peor mes de octubre de los últimos cuatro años en cuanto a afiliación se refiere. En términos desestacionalizados se registró un aumento de 62.135 cotizantes. Prácticamente no crece -el aumento es del 0,08%- lo que constata la desaceleración del empleo y la actividad.
Ello aparte de considerarse que «la contratación indefinida está dejando de ser sinónimo de mantener un empleo», siendo notable el incremento de las bajas de la Seguridad Social por no super el periodo de prueba, así como el aumento del pluriempleo.
Sube el pluriempleo
Se han realizado en octubre más contratos indefinidos que personas los han suscrito. Esto implica que algunos de ellos, indica el estudio de USO, han sido objeto de más de un contrato indefinido. Son contratos que están engrosando el pluriempleo y eso tiene que ver con el incremento de la contratación a tiempo parcial, o con la práctica de rescisión de contratos para volver a contratar al trabajador en los días siguientes.
Además, octubre deja otros guarismos que evidencian la pérdida de fuste de la economía y el agotamiento del impulso de la reforma laboral. El número total de contratos registrado fue de 1.524.139, lo que supone una bajada de 368.445 (-19,47%) sobre el mismo mes de 2021, cuando la reforma laboral de Díaz se estaba negociando entre el Gobierno y los agentes sociales.
Está disminuyendo la contratación indefinida a tiempo completo, y más del 62% de la contratación indefinida realizada no tiene una jornada completa de trabajo. Los indefinidos a tiempo completo han subido en 150.312 (+132,50%), los fijos-discontinuos en 117.859 (+210,90%); y los indefinidos a tiempo parcial crecen en 230.668, un 790,88% en términos interanuales.
