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Las normas de BBVA impiden a Josep Oliu entrar en su consejo tras la fusión con Sabadell

El reglamento del grupo vasco obliga a tener menos de 75 años, edad que acaba de cumplir el presidente del banco catalán

Las normas de BBVA impiden a Josep Oliu entrar en su consejo tras la fusión con Sabadell

El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu | Banco Sabadell

Las normas de BBVA impiden a Josep Oliu ser consejero y vicepresidente de la entidad resultante de la fusión con Banco Sabadell, en el caso de que finalmente salga adelante. Su reglamento deja claro que a los 75 años cualquier miembro del órgano gobierno debe abandonar el cargo. Hay que tener en cuanta que a finales de abril, tan solo días antes de que la entidad vasca desvelara sus intenciones de absorber al rival, el máximo responsable del grupo vallés alcanzó dicha edad.

Bajo estas reglas, Oliu no podrá formar parte de la cúpula que pase al nuevo grupo, a diferencia de lo negociado sin éxito hace cuatro años, cuando ambas firmas estuvieron explorando su unión. En su oferta, BBVA ha puesto sobre la mesa la elección de tres miembros no ejecutivos, uno de los cuales ocuparía la vicepresidencia.

El reglamento del órgano de administración del grupo liderado por Carlos Torres indica en el punto dos del artículo cuarto que «los consejeros cesarán en sus cargos a los 75 años de edad, debiendo instrumentarse las renuncias correspondientes en la primera sesión del consejo de administración del Banco que tenga lugar después de celebrada la junta general de accionistas que apruebe las cuentas del ejercicio en que cumplan dicha edad».

Fuentes oficiales de BBVA han declinado hacer ningún tipo de comentario al respecto a THE OBJECTIVE, aunque sostienen que las fusiones tiene un proceso de puntos de acuerdo. Entre ellos estaría la configuración de su organigrama. En las conversaciones de 2020 el grupo vasco estaba dispuesto a ofrecer la vicepresidencia a Oliu para encarrilar el pacto que nunca llegó. Y el BCE impuso entonces su presencia en el órgano rector en caso de salir adelante la operación, ya que en aquel momento había dudas de si Torres iba a ser imputado o no por el ‘caso Villarejo’.

Ahora el proceso judicial para el máximo responsable de BBVA se ha despejado y cuenta con esta ventaja para no cambiar los estatutos y evitar la entrada del banquero vallesano en el consejo de la entidad resultante. En la propuesta realizada la entidad vasca señala que el nombramiento de los tres altos cargos del Sabadell que se sentarán en el conglomerado fusionado serán por mutuo acuerdo, es decir, que tienen que contar con su respaldo.

La edad máxima para ocupar un sillón no forma parte explícitamente de las normas de normas de buen gobierno corporativo, pero muchas compañía cotizadas tiene este tope establecido. Una de ellas, por ejemplo es Unicaja, que ha obligado a su presidente renunciar al puesto hace unos meses, una salida que fue pactada dos años antes en el marco de su integración con Liberbank.

BBVA elevó en 2011 de 70 a 75 años la condición para que un consejero tuviera que dejar la entidad. Entonces su presidente era Francisco González y con ello pretendía mantenerse al mando de hasta 2019. Ejercicios antes ya había aumentado desde los 65 el umbral. Finalmente tuvo que adelantar su marcha en 2018 como consecuencia del escándalo de las escuchas supuestamente ilegales durante quince años encargadas a Villarejo. En un primer momento, el banco creó una figura honorífica, un cargo que al poco tiempo tuvo que dejar por la evolución de la causa judicial.

La no incorporación de Oliu podría dificultar las posibles negociaciones que intenta poner en marcha BBVA. El consejo del Sabadell aún no se ha pronunciado sobre la propuesta remitida por el competidor, pero en el seno del banco catalán considera que el movimiento ha sido hostil o poco amistoso. Si finalmente se opone, la entidad vasca está dispuesta a formalizar una opa para que los accionistas se adhieran al proyecto, aceptando la ecuación de canje con una prima del 30% sobre el valor de la cotización del lunes, la jornada anterior a que desvelara sus intenciones.

A su favor tiene que el Sabadell no cuenta en la actualidad con un núcleo de socios para defenderse de la arremetida e, incluso, su accionista individual más relevante, el mexicano David Martínez, podría decantarse por aceptar las condiciones de BBVA después de que haya conseguido rentabilizar su inversión tras años de pérdidas latentes como consecuencia de la remontada en Bolsa antes y después de la oferta. El azteca tiene un 3,5% del capital del banco catalán.

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