THE OBJECTIVE
Félix de Azúa

Mala gente

«El caso Rubiales oculta que Sánchez ha colocado a una de las funcionarias más incompetentes del elenco progresista en la tercera jerarquía del Estado»

Notas de un espectador
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Mala gente

Ilustración de Alejandra Svriz.

El Rey (aún) de España le ha dado prioridad a Feijóo y este se presentará como primer candidato a la elección presidencial. Al instante, un empleado de Sánchez llamado Bolaños salió a vociferar que eso era inútil y efímero, una opinión que han repetido sumisamente los periódicos y otros medios de comunicación del búnker sanchista. 

En realidad, el empleado y sus ecos no comprenden (no conciben, ignoran) que el Rey no ha hecho otra cosa que cumplir con su obligación constitucional. Y es que, lo que venía a decir el asistente era que, de haber sido Rey, él habría dado la primacía a su jefe, el funcionario, o sea, en funciones, Sánchez. No hay reptil más digno de lástima que la serpiente del Paraíso y los estómagos agradecidos.

Todo lo cual ha quedado en el olvido inmediato porque otro funcionario, en este caso un calvo llamado, paradójicamente, Rubiales, le pegó un beso embarazoso a una futbolista que no era de su edad. Salieron en manada las puritanas de Podemos reclamando el despido del empleado. Aquel desmán recordaba los besos en la boca de los presidentes rusos y los de algunos miembros de su partido cuando Iglesias aún gastaba coleta. Bien es verdad que eran consentidos. Quizás el calvo Rubiales no habría tenido ningún problema si hubiera dirigido su fogoso saludo al entrenador del equipo.

«Aunque Feijóo, gracias a un milagro de Santa Rita, lograra formar gobierno, los socialistas (¿españoles?) estarían día tras día prendiendo fuego a los bosques democráticos hasta dejar el Parlamento como el desierto de Gobi»

Todo lo cual está ocultando que el primer triunfo de Sánchez en su ansia irreprimible por volver al Falcon ha sido colocar a una de las funcionarias más incompetentes del abundante elenco progresista, en la tercera jerarquía del Estado. Mi admirado colega Andreu Jaume ha publicado un artículo extraordinario sobre esta mujer, Armengol, en un diario de circulación nacional que nos ahorra dar cuenta de la pobre señora agobiada por ser valenciana y no catalana, que a ella le parece más elegante. Vayan ustedes a las hemerotecas, no hace falta añadir nada.

El asunto más grave, sin embargo, es que, habiendo perdido las elecciones, el ahora en funciones ha ido situando a sus esbirros en lugares estratégicos de modo que, aunque al final no pueda formar gobierno, sí podrá asediar a los ganadores hasta matarlos de sed. Es muy interesante ir constatando en lo que se han convertido los socialistas españoles (si es que aún lo son), que ahora no sólo se pretenden nacionalistas periféricos y enemigos de la constitución, sino también corsarios de la democracia. Cada vez recuerdan más a Largo Caballero.

Que no quede ni un socialista que no sea alguien a sueldo es, posiblemente, una exageración, pero se van aproximando gracias a la vandalia más brutal de Sánchez que es la colosal deuda que va a dejar en herencia a sus hijos, nietos y biznietos, el efecto de ir comprando uno por uno a todos sus sustentáculos, desde los fiduciarios del terrorismo vasco a los partidarios de acabar con los españoles que viven en las provincias catalanas.

El panorama se va tiñendo de negro. Y aunque Feijóo, gracias a un milagro de Santa Rita, lograra formar gobierno, los socialistas (¿españoles?) estarían día tras día prendiendo fuego a los bosques democráticos hasta dejar el Parlamento como el desierto de Gobi. No quedan muchas esperanzas, pero por lo menos que no nos cojan haciendo calceta. Y eso que, de momento, el futuro se tiñe de negro. Confiemos en que no se tiña de rojo.

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