THE OBJECTIVE
César Molinas

España necesita un Gobierno de emergencia nacional

«Para romper estos círculos viciosos, propios de un país a la deriva, hace falta un Gobierno de emergencia nacional basado en una gran coalición entre el PSOE y el PP»

Opinión
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España necesita un Gobierno de emergencia nacional

Pedro Sánchez y Pablo Casado | Manuel Ángel Laya (Europa Press)

Defiendo en este breve artículo que España necesita un Gobierno de emergencia nacional basado en una gran coalición entre el PSOE y el PP. La situación actual del país es, en mi opinión, mala y la probabilidad de que continúe deteriorándose de manera acelerada es, a mi juicio, mucho mayor que la probabilidad de que, por algún motivo, comience a mejorar. 

Tal y como están las cosas, tanto el PSOE como el PP para llegar a gobernar tienen que hacerlo en coalición con partidos que no se reconocen en la Constitución de 1978. Los socialistas están gobernando en coalición con los comunistas podemitas y con el apoyo externo de los independentistas catalanes. Esto limita muchísimo su capacidad de actuación y les obliga a tomar decisiones que empeoran la situación del país en vez de mejorarla, como la anunciada derogación de la reforma laboral que aprobó el PP en 2012, que es una reforma razonablemente buena que ha tenido resultados positivos en el mercado de trabajo. Por otra parte, es difícil imaginar que el PP pueda volver a formar Gobierno sin establecer una relación con Vox similar a la que tiene actualmente el PSOE con Podemos. Esto pudiera no tener consecuencias muy negativas sobre la economía, pero sería devastador para el encomiable progreso de las identidades y libertades personales que está teniendo lugar en la actual legislatura y que tienen una enorme importancia en la opinión pública. Esta es una cuestión muy relevante hoy en Occidente en la que Vox está muy lejos del registro aceptable en Europa. Además me parece improbable que PP y Vox pudieran conseguir una mayoría para gobernar en cualquier legislatura a tiempo para propiciar una salida del marasmo en el que está encallada España. ¿Qué apoyos externos a la coalición podrían sumar? A mí no se me ocurre ninguno. Esquerra Republicana puede apoyar puntual y oportunistamente al PSOE-Podemos, pero me cuesta creer que apoyarían con el mismo pragmatismo a una coalición PP-Vox. Me cuesta mucho, la verdad, por el coste que les conllevaría en la política interna catalana.

Una gran coalición PSOE-PP tendría mayoría más que suficiente para prescindir de los extremos contrarios a la letra o al espíritu de la Constitución y podría centrarse en gobernar para intentar superar los retos que actualmente tiene España, que son unos retos imponentes. Para poder gobernar juntos ambos partidos deberían superar –o por lo menos aparcar- las penosas zancadillas que se están poniendo continuamente en cuestiones de Estado. El último ejemplo ha sido la renovación del Tribunal Constitucional, para el que el PP propuso a dos personas con reputación de manguis con el único propósito de ponérselo difícil al PSOE, que acabó votándolas tapándose la nariz. La consecuencia ha sido el envilecimiento de una de las instituciones más relevantes del Estado.  Esto no debe seguir así. Hay que enmendar muchos malos hábitos para que una gran coalición PSOE-PP sea posible, pero hay que hacerlo porque no hay otro camino para sacar a España del atolladero.

¿Cuáles son los principales problemas que afligen a España y que necesitan respuestas inmediatas? Vayamos por partes.

En primer lugar, la situación económica sigue siendo mala. Según la UE España no recuperará la actividad económica previa a la covid-19 hasta 2023, y esto en el mejor de los casos. El Gobierno Sánchez anunció que se iba a recuperar durante 2022 y no ha actualizado esta previsión. Por si esto fuera poco, y también según la UE, de entre las cuatro economías europeas grandes –Alemania, Francia, Italia y España- la española es la que menos crece. Yo no sé de ninguna medida concreta que esté siendo considerada por el Gobierno español para intentar acelerar el crecimiento económico. Lo único que oigo son algunos conjuros que parecen destinados a exorcizar una situación nefasta de altísimos precios de la energía y de compromisos de cambio climático que pueden acabar imposibilitando a largo plazo el deseado crecimiento de la economía. Pero son conjuros, no planes de acción.

En segundo lugar, el Gobierno no parece entender nada de lo que está pasando con la energía y tampoco parece estar haciendo nada por entenderlo. Agarrotado como está, la inercia le lleva a mantener el límite de funcionamiento de las centrales nucleares en el año 2035. ¿Y qué tipo de energía consumirá España hasta esa fecha y después de ella? Por lo que respecta a los combustibles fósiles –carbón, petróleo y gas- se tendrán que consumir cada vez menos por los compromisos de cambio climático. ¿Qué queda? Pues la energía solar, la eólica y la hidráulica, que son básicamente energías de apoyo que no pueden garantizar por sí solas la continuidad del suministro eléctrico. Por lo que respecta a la primera se me ocurre que quizás sería una buena idea no dejar caer a Abengoa, empresa hundida por la endogamia de los Benjumea pero que aún podría salir adelante. Y también bonificar la instalación de placas solares. Por lo que respecta a la segunda hay que recordar las competencias de las administraciones territoriales en la autorización de infraestructuras que pueden afectar al paisaje. Nadie querrá en su municipio torres eólicas que se lo estropeen. Y la hidráulica está provocando inmensos beneficios a las hidroeléctricas que deberían corregirse por vía tributaria. 

En mi opinión una estrategia sensata sería, como está haciendo Francia, aumentar en gran medida las centrales nucleares para garantizar el suministro eléctrico y facilitar el incremento de las energías eólica y solar. Pero esto no lo puede hacer ni un Gobierno del PSOE y sus compañeros de viaje ni otro del PP con los suyos.

Para romper estos círculos viciosos, propios de un país a la deriva, hace falta un Gobierno de emergencia nacional, como he dicho al principio de este artículo, basado en una gran coalición entre el PSOE y el PP. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, claro. Pero, sinceramente, yo no veo otra alternativa, aunque reconozco que ésta es muy difícil. ¿Lo conseguiremos?

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