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Expectación en Vox ante la posibilidad de que sus socios en Chile ganen las elecciones

José Antonio Kast puja con el joven Gabriel Boric, de la coalición Apruebo Dignidad, por ser el candidato más votado en la primera vuelta presidencial

Expectación en Vox ante la posibilidad de que sus socios en Chile ganen las elecciones

Vox

Vox mira este domingo a Chile con expectación. Las encuestas auguran unos buenos resultados para José Antonio Kast, líder del Partido Republicano y uno de los socios internacionales más sólidos del partido de Santiago Abascal. Kast puja con el joven Gabriel Boric, de la coalición Apruebo Dignidad, que incluye al Partido Comunista, por ser el candidato más votado en esta primera vuelta presidencial. En 31 años de democracia nunca se había vislumbrado una sociedad tan polarizada ni unas elecciones tan abiertas, con la mitad de los 15 millones de electores indecisos y un cambio constitucional en ciernes tras la crisis social de hace dos años. 

«A 20 días de las elecciones en Chile, una nueva encuesta sitúa en primer lugar en la carrera presidencial al ultraderechista José Antonio Kast», tituló hace unas semanas un periódico mexicano. El candidato presidencial reaccionó en Twitter mencionando al líder español: «Mira Abascal, según este diario somos xenófobos, homofóbicos y anticomunistas. Ni xenófobo ni homofóbico, pero reconozco que haré todo lo que esté de mi parte para salvar a Chile del comunismo». El presidente de Vox respondió: «Cuenta conmigo para esa batalla. España y Chile deben trabajar hermanadas en la defensa de la democracia, el Estado de Derecho y la democracia frente al asalto comunista».

Los miembros de Vox han mandado ánimos al otro lado del Atlántico. Reconocen que una victoria del Partido Republicano en Chile supondría un espaldarazo a sus políticas y a todo aquello que simboliza la Carta de Madrid, el manifiesto que denuncia el «yugo totalitario» que sufre Latinoamérica, para la que Vox inventó el término Iberosfera. Este documento, que ha recabado más de 8.000 firmas, alerta del supuesto avance del comunismo y, para contrarrestarlo, aboga por una estructura permanente y un plan de acción que se materializa en el Foro Madrid. El objetivo es crear una alternativa al Foro de Sao Paulo y al Grupo de Puebla, las plataformas que agrupan a la izquierda en la región.

Dar la «batalla cultural»

Kast, un abogado de 55 años con nueve hijos, es un político de la órbita de Donald Trump y el brasileño Jair Bolsonaro, aunque con menos estridencias. Se formó a la sombra de los cuadros políticos de la dictadura de Augusto Pinochet, que gobernó el país entre 1973 y 1990. Defensor a ultranza de la familia y de la unidad nacional, es uno de esos dirigentes dispuestos a dar la batalla cultural. Ese fue uno de los motivos por el que, después de 16 años como diputado, abandonó el partido conservador Unión Demócrata Independiente en 2017 para inscribirse como candidato independiente a la presidencia de Chile. Apenas obtuvo el 8% de los votos.

«Si Pinochet estuviese vivo, votaría por mí», afirmó Kast en aquella campaña electoral. Los analistas coinciden en que ha moderado su perfil en los últimos tiempos, aunque eso no suponga abandonar sus principios. Hace unos días, en un encuentro con la prensa extranjera, se refirió a las recientes elecciones en Nicaragua. Las comparó con las celebradas en Chile en diciembre de 1989, cuando resultó elegido democráticamente el democristiano Patricio Aylwin, con el dictador Pinochet aún en La Moneda. «Díganme ustedes si las dictaduras como las que conocen entregan el poder a la democracia y hacen una transición que se respeta. Eso es lo que no hacen en otros países y, en Chile, se hizo».

Otra polémica en la que se vio sumido el hoy candidato del Partido Republicano aconteció en 2018, cuando escribió un artículo sobre el Museo de la Memoria que desató la ira de las víctimas. «Yo jamás he reivindicado la violaciones a los derechos humanos ni he negado la existencia de hechos tan violentos como la muerte, desaparición y tortura de miles de personas en el país. En este museo, y en los libros de historia, hay pruebas concretas y quien dude de eso o pretenda justificarlo, no tiene razón». A pesar de eso, es uno de los grandes favoritos este domingo para pasar a la segunda vuelta electoral, que se celebrará el 19 de diciembre, y convertirse en el sustituto de Sebastián Piñera.

José Antonio Kast en el cierre de campaña, el pasado jueves. | Foto: Matias Basualdo ( Zuma Press )

Kast creó el Partido Republicano en junio de 2019 y, pocos días después, comenzó una gira por Europa. Una de los mandatarios que le recibió fue Abascal, al que definió como «un líder carismático que está generando una derecha basada en el sentido común». En ese encuentro ambos dirigentes intercambiaron ideas para frenar el «marxismo cultural» y acordaron «defender la libertad y la vida». Kast abandonó la reunión con una colección de fotos, un chute de energía, el libro de Abascal bajo el brazo y una coalición en ciernes. No en vano, es uno de los firmantes de la Carta de Madrid y participó en Viva 21, el acto que Vox celebró en octubre para rearmar su proyecto político. 

En Chile, una amplía mayoría de ciudadanos da por el hecho que el socio de Abascal pasará a segunda ronda, pero no todos apuestan a que conseguirá hacerse con la presidencia dentro de un mes. Tiene un duro competidor en Gabriel Boric, de 35 años, líder de Apruebo Dignidad, la coalición entre el Frente Amplio y el Partido Comunista. El apoyo de este último al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua hace unos días le puso en aprietos, hasta el punto de verse obligado a pedir a sus socios que se retractaran. El analista chileno Mauricio Morales ha escrito en Twitter que Boric sería presidente por una amplia mayoría si rompe las relaciones con el Partido Comunista, una formación que mantiene su adhesión a la doctrina marxista, pero que aún así no ha dejado de crecer desde que ingresó en la Cámara con tres diputados en 2010.

El resto de candidatos tiene escasas posibilidades de pasar a la segunda ronda. Yasna Provoste, del centroizquierda, y Sebastián Sichel, del centroderecha, que comenzaron la carrera como los rivales a batir, no han dejado de caer en las encuestas. Peor lo tienen el socialista Marco Enriquez Ominami, que se postula por cuarta vez; Franco Parisini, que lo hace desde Estados Unidos; o Eduardo Artés, un profesor cuyo modelo político es Corea del Norte, aunque muy lejos del Frente Amplio, al que los expertos comparan con Podemos. La coalición de Boric sostiene que la modernización de Chile, en realidad, es una fantasía, por lo que propone subir la carga tributaria de las rentas altas y revisar los acuerdos de comercio suscritos por el país.

Informe de Disenso

Según un informe de la Fundación Disenso al que THE OBJECTIVE ha tenido acceso en exclusiva, Chile se encuentra sumida desde octubre de 2019 en «una vorágine que la ha llevado a algo que cualquier historiador con perspectiva llamaría revolución». Hasta entonces, era uno de los países más prósperos de la región. Apenas 18 meses después de haber elegido por segunda ocasión a un presidente conservador, el país se vio envuelto en una escalada de altercados que obligaron al presidente Piñera a abrir un proceso constitucional que, desde Disenso, un centro de pensamiento vinculado a Vox, consideran «una rendición total frente a la violencia». Por eso, para esta organización, esta elección presidencial «no es una elección más». 

El documento advierte de que el programa de Boric coincide en un 95% con el del Partido Comunista y que tiene entre sus aliados «a los articuladores de la violencia». Le acusan de entender la política como una disputa ideológica, la cual «viene cultivándose dese hace varios años y mejoró las condiciones para que tuviesen lugar los acontecimientos de octubre de 2019». Según este centro de pensamiento, el proyecto de Gobierno de Apruebo Dignidad es «un programa que busca construir un nuevo orden a costa de la destrucción del orden vigente», en referencia a los sucesos de hace dos años y al procedimiento constituyente en marcha.

«Estallido del autoritarismo»

Marta Lagos, directora ejecutiva de Latinobarómetro, sostiene en AFP que el impulso de Kast en las encuestas se debe a «una especie de estallido del autoritarismo». E insiste: «Así como estalló la izquierda a través de las revueltas de 2019, ahora viene la contrarreforma, que es lo que sucede en las grandes transformaciones de los países». Esta economista reconoce que ese autoritarismo siempre ha existido en Chile, lo que pasa es que ahora solo lo apoya el 17% de los ciudadanos y con Pinochet superaba el 40%. Otros vinculan el ascenso de Kast al desplome de Sebastián Sichel, que quiso liderar una derecha menos ideológica. En lo que todos coinciden es en que el candidato del Partido Republicano conecta con esa parte de la sociedad que siente incertidumbre ante el proceso constitucional.

«Chile ha sido ejemplo en términos de institucionalidad democrática, libertades y desarrollo económico, pero en las próximas elecciones sus logros están bajo amenaza. Esta cita electoral marcará no solo el futuro de los chilenos, sino el rumbo que tomen otros países de la Iberosfera en los próximos años», reconoce Eduardo Cader, director del Foro Madrid. En su opinión, Apruebo Dignidad ha diseñado un programa que «lejos de traer estabilidad, buscará construir un nuevo orden que goce del beneplácito del Partido Comunista de Chile y sus aliados en la región». El sociólogo chileno Axel Callis explica que, con la implantación del voto voluntario en 2012, la participación en los procesos electorales ha caído por debajo del 50%. Y va un paso más al señalar a los jóvenes como el sector de la población que marcará la diferencia en estos comicios: «Si votan, Boric será presidente».

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