THE OBJECTIVE
David Mejía

Fracaso de la Diada, ¿éxito de Pedro Sánchez?

«El cansancio en el independentismo lo provoca el fracaso, y el fracaso fue posible gracias a la aplicación del código penal»

Opinión
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Fracaso de la Diada, ¿éxito de Pedro Sánchez?

Algunos han sido rápidos en apuntar el fracaso de la Diada en la hoja de éxitos de Pedro Sánchez. Defienden que la debilidad que exhibe el independentismo es una consecuencia directa de las políticas de «desinflamación» llevadas a cabo por el Gobierno. La pérdida de apoyo popular del independentismo demostraría que -pese a los alaridos indignados de la oposición- las políticas de apaciguamiento, y en especial los indultos, se han demostrado exitosas para rebajar la tensión y reconducir el conflicto

En el último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat (CEO) el sí a la independencia se situaba en el 41%. El descenso desde el 57% que se alcanzó en 2012, tras la primera Diada masiva, es evidente. Pero las causas del mismo lo son menos. La correlación, ya saben, no implica causalidad. El argumento tiene otra dimensión igualmente falaz, pero más desatendida: incluso si asumimos la hipótesis de que las políticas de desinflamación son la causa del debilitamiento del independentismo, deberíamos ser cautos a la hora de colgar medallas al Gobierno. Porque las deferencias de Pedro Sánchez hacia al independentismo no responden a su voluntad de debilitarlo, sino al interés de conservar su apoyo parlamentario. Su debilitamiento sería una casualidad, y tiene poco sentido elogiar a quien acierta por azar. 

«No sabemos si el Gobierno ha debilitado al independentismo, pero sabemos que ha dado el oxígeno necesario al nacionalismo para que retome el control»

Méritos aparte, la premisa de que la distensión callejera la ha provocado la acción del Gobierno es endeble. El cansancio lo provoca el fracaso, y el fracaso fue posible gracias a la aplicación del código penal. Sospecho que la fuga de empresas y la revelación de una gigantesca farsa han jugado también su papel. No es fácil enumerar las causas de un hecho complejo, pero tanto la Ley como el sentido del ridículo han hecho mucho para pinchar la burbuja anímica del procés. Y en el plano político, es fácil distender cediendo.

Aclaro que nunca estuve en contra de los indultos; de haberse utilizado con inteligencia, se podrían haber logrado contrapartidas importantes. Pero el Gobierno, en lugar de utilizar el indulto para perdonar, lo utilizó para pedir perdón. «Todos hemos cometidos errores», dijo Pedro Sánchez. No sabemos si el Gobierno ha debilitado al independentismo, pero sabemos que ha dado el oxígeno necesario al nacionalismo para que retome el control, el ritmo y la hoja de ruta.

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