THE OBJECTIVE
Pilar Cernuda

Las tragaderas del presidente

«Debería andarse con ojo Feijóo, en el debate del Senado perdió la oportunidad de centrarse en la economía, que es lo que más importa a los españoles»

Opinión
Comentarios
Las tragaderas del presidente

Ilustración. | The Objective

Tiene gracia -poca- que Pedro Sánchez utilice como argumentario para defenderse de la indignación que provocan sus decisiones, dictadas por Aragonés y Junqueras, y lo complete con una insistente pregunta: ¿está mejor Cataluña ahora o en tiempos de Rajoy?

Está mejor ahora en algún aspecto, sin violencia en las calles ni acoso a quienes no llevan el lazo amarillo, pero solo eso. Los catalanes que quieren clases en castellano lo tienen crudo y hablar en castellano en el trabajo puede provocar miradas amenazantes. Pero es verdad que los que alentaban y financiaban a los desalmados que quemaban coches, cortaban autovías, destrozaban escaparates y se dedicaban al vandalismo, hoy siguen las peripecias del Barça y del Mundial como el resto de los españoles. Porque sus jefes, los que se sientan en el Palau de la Generalitat, gozan de la tranquilidad de quienes han cumplido sus objetivos: Sánchez ha dado luz verde a sus exigencias hasta el punto de que no descarta negociar la convocatoria de un referéndum, después de haber promovido reformas de leyes que provocan indignación generalizada porque como dice -muy bien- García Page, no se puede pactar con los delincuente su propia condena ni reformar el Código Penal a la medida de nadie.

Los primeros que se han dado cuenta de la inmensidad de las tragaderas del presidente son los independentistas catalanes, pero no les andan a la zaga aquellos que ensalzaron e incluso colaboraron con ETA. Se comprende su satisfacción con Pedro Sánchez. Ha hecho suyas sus exigencias, y es lógico por tanto que en Cataluña hayan desaparecido las imágenes callejeras modelo The Warriors.

España debe de ser el único país europeo con un jefe de Gobierno que muestra muy limitado respeto por sus leyes y su Constitución, y no vamos a mencionar casos concretos porque se han repetido hasta la saciedad. Hay un ejercicio para los muy cafeteros: acudir a las hemerotecas y ver qué decía Sánchez sobre asuntos a los que ahora ha dado luz verde. O qué decía Margarita Robles, la ministra más valorada cuando defendía la españolidad, patriotismo y unidad territorial propia de los militares; y no digamos Grande-Marlaska, quién lo ha visto y quien le ve. Como Calviño, que llegó con fama de profesionalidad que se la cargó ella sola hace ya tiempo, y ha permitido ahora que su marido ocupe un cargo de nuevo cuño diseñado especialmente para él en Patrimonio Nacional sin pasar por los trámites previos obligados. Destaca, para bien, Luis Planas. Discreto, se dedica a lo suyo, los problemas de la agricultura y la pesca, negociados que conoce muy bien por sus etapas en Bruselas, en Andalucía e incluso de embajador en Marruecos. Ha conseguido acuerdos importantes en Bruselas, que a lo mejor podían poder ser mayores, pero ante la escasez de trabajo eficaz por parte de sus colegas de Gabinete, habría que ponerle un monumento.

«Vox y Ciudadanos quieren moción de censura y Feijóo elecciones anticipadas»

Suenan tambores de guerra en el centro derecha. Vox y Ciudadanos quieren moción de censura y Feijóo elecciones anticipadas. Lo primero es un disparate. Tiene razón Feijóo cuando dice que esa moción potenciaría a Sánchez por su mayoría asegurada. Debería andarse con ojo el presidente del PP, en el debate del Senado perdió la oportunidad de centrarse en la economía, más economía y nuevamente economía, que es lo que más importa a los españoles, y ahí es donde va a utilizar toda su artillería Sánchez los próximos meses, una vez que haya aprobado todo lo que ERC y Podemos le han puesto por delante.

Insistir tanto en elecciones anticipadas cansa al personal. Tanto, que hasta puede pensar ese personal que es cierto lo que dice Sánchez, que el PP no tiene una propuesta económica sólida.

Sin embargo, en el PP sí hay programa económico y gente experta en ese área, pero no acaban de ponerse en primera fila. Los gobiernos con mayorías absolutas, Felipe, Aznar y Rajoy, las consiguieron porque los ciudadanos visualizaron un equipo solvente que podía sacar a España del atolladero. ¿Dónde está el del PP? ¿Juan Bravo y solo Juan Bravo? ¿Y tiene Juan Bravo el perfil político que necesita una figura para hacerse responsable del área económica de un gobierno?

Para muchos españoles, ese es el punto flaco de Feijóo. Cosa sorprendente, porque en este país el centro derecha es referente para sacar las castañas del fuego cuando la economía va de capa caída.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D