Lo importante es la salud

Tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor, quien tenga estas tres cosas, que las cuide, decía una canción de éxito en los años sesenta. Cuidar o no cuidar la salud tiene un importante impacto económico para el país. Con frecuencia los ciudadanos no somos conscientes del mismo. Para los políticos la salud es un arma política para conseguir votos, incapaces la mayoría de entender la complejidad e implicaciones técnicas sociales y económicas que tiene este asunto.

La salud del conjunto de la sociedad es un factor fundamental del bienestar de esta, asimismo también es esencial para la economía; por los costes directos que genera su tratamiento y por los costes indirectos que también genera la enfermedad, como el absentismo laboral, bajas permanentes, entre otros.

Existen dos modelos de sistema sanitario público, el profesional y el universal. El primero se estableció en España, a principios del siglo XX, con el seguro de enfermedad, que cubría al trabajador por la incidencia que tenía la misma en la reducción de su capacidad de trabajo y se financiaba con cotizaciones directas. El sistema universal de salud cubre las contingencias de los ciudadanos por el hecho de serlo, y se financia con impuestos.

El modelo profesional en España permaneció más de medio siglo; aunque posteriormente fue universalizándose, esto supone que es gratuito en todo el proceso médico de diagnóstico y tratamiento, y no lo es en el caso de las medicinas, que se financian por el paciente en una pequeña parte.

«El aumento del gasto sanitario tiene su origen en el envejecimiento de la población»

El gasto del Sistema Nacional de Salud (SNS) se ha ido incrementando hasta representar actualmente el 6,3% del PIB. Este importante aumento del gasto sanitario tiene su origen en el envejecimiento de la población y en el aumento de los beneficiarios, en gran medida fruto de la inmigración, a pesar de la fuerte caída de la natalidad en España.

La mejora de la medicina ha aumentado las expectativas de vida y el envejecimiento de la población ha ocasionado el paso de un modelo asistencial sanitario enfocado al tratamiento de enfermedades agudas a uno que se enfrenta sobre todo a enfermedades crónicas; lo que significa un incremento exponencial de los costes. Se trata de un servicio público descentralizado por Comunidades Autónomas. La falta de una suficiente y necesaria coordinación entre las mismas, de cara a la atención al paciente, también incrementa los gastos del modelo. Tan solo ocho comunidades autónomas comparten el historial clínico del paciente.

El modelo de sanidad universal puede hacerse insostenible a medio y largo plazo por el rápido incremento de las necesidades financieras. Para evitar llegar a esta situación, es necesario introducir importantes cambios dentro del propio Sistema Nacional de Salud.

En primer lugar, hay que tener una auditoria rigurosa de los costes del sistema y de sus gastos, tanto en personal como en medicinas, o en el uso de recursos y material sanitario. Hay que aumentar la eficiencia del gasto, realizar comparaciones entre unos hospitales y otros; e implementar las mejores prácticas de gestión a nivel nacional.

La eficiencia se logra también mediante la rápida introducción de las nuevas tecnologías que, entre otras ventajas, permite una comunicación directa del médico con el paciente, en el caso de que haya una importante distancia física. La tecnología mejora también los procesos de diagnóstico y tratamiento. Resulta fundamental garantizar la disponibilidad de profesionales cualificados en todos los niveles, mediante una formación profesional adaptada a los nuevos retos.

«Es esencial romper las ‘murallas sanitarias’ entre Comunidades Autónomas»

Es necesario implementar un modelo técnico y económico novedoso, que permita incorporar lo más rápidamente posible los nuevos fármacos. Nuestro país es el que mayor retraso presenta en toda la zona euro en este proceso, más de 500 días. Incrementar y mejorar la colaboración con las empresas farmacéuticas es fundamental. También es esencial romper las murallas sanitarias entre Comunidades Autónomas, para aprovechar las ventajas que ofrecen espacios más adecuados, desde la perspectiva tanto médica como económica. Asimismo, es muy importante impulsar políticas preventivas y de salud en general.

La colaboración público-privada en sanidad es imprescindible para garantizar la sostenibilidad del SNS y la mejor atención a los ciudadanos. Esta necesaria colaboración redunda en una mejora de calidad del servicio que se traslada y beneficia al paciente. Los enfermos, los ciudadanos, y los votantes, desean el mejor diagnóstico y tratamiento independientemente de quien lo preste, público o privado; sin perder el carácter universal y que garantice la sostenibilidad del modelo.

La sanidad privada representa del orden del 3,5% del PIB; actualmente cuenta en muchos casos con tecnologías más desarrolladas, que pueden y deben estar al alcance de cualquier enfermo.

Hay que reflotar las mutualidades como Muface, que trasladan pacientes a la sanidad privada, liberando una parte de la sanidad pública, si lo elige voluntariamente el funcionario que tiene esta opción.

«El Sistema Nacional de Salud estaría colapsado si no existieran mutualidades o pólizas privadas»

Asimismo, hay que beneficiar fiscalmente las pólizas sanitarias privadas, que también reducen la demanda de sanidad pública. En la actualidad el SNS estaría colapsado si no existieran estas alternativas, mutualidades o pólizas privadas, que reducen los pacientes de la sanidad pública.

Sin embargo, el actual Gobierno quiere eliminar Muface y planteó recientemente, gravar la sanidad privada con el IVA normal; opción que afortunadamente desechó, puesto que habría provocado un peligroso traslado de pacientes de la sanidad privada a la pública, con el consiguiente colapso del servicio público, penalizando a sus usuarios habituales.

Es esencial movilizar todos los recursos sanitarios disponibles, optimizando los potenciales servicios que puede ofrecer la tupida red de más de 22.100 farmacias comunitarias, que garantizan una accesibilidad muy cercana a la mayor parte de la población; por la enorme capilaridad que tienen. Las farmacias en España responden a un modelo muy eficiente de regulación, dado que ofrecen junto a la imprescindible función de dispensación de fármacos; la posibilidad de prestar una gran cantidad de servicios. Las farmacias son centros de salud, cercanos a los pacientes, con una jornada de apertura larga, incluso en muchos casos de 12 horas y en algunos incluso de 24 horas, los 365 días del año, y sin cita previa. Durante el ilegal confinamiento por el covid 19, su cruz verde permanecía iluminada como referente sanitario cercano y accesible, cuando resultaba muy complicado acceder a centros sanitarios u hospitales.

Mejorar la atención al paciente y garantizar la sostenibilidad económica del SNS requiere optimizar todos los recursos sanitarios disponibles. Las decisiones deben ser técnicas, sanitarias y económicas; y no ideológicas.