THE OBJECTIVE
Francisco Sierra

Un nuevo felón

«Pareciera que como algunos dictadores, Sánchez siente pánico de que haya un relevo en el gobierno que pueda descubrir cuestiones sangrantes, inmorales o faltas de ética»

Opinión
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Un nuevo felón

Ilustración de Alejandra Svriz.

Si hay un monarca repudiado en la historia de España, ese es Fernando VII. Un tipo al que se le recuerda por su ambición, por traicionar a sus padres, por traicionar a la Constitución de 1812 y por traicionar al pueblo español que había combatido por él en la Guerra de la Independencia contra el francés. Fue tan perverso en su felonía que no le importó destrozar la entusiasta vía liberal que había abierto la Carta Magna gaditana. 

Su «marchemos todos juntos y yo el primero por la senda de la Constitución» se ha considerado durante siglos la máxima expresión de la mentira, de la perfidia y de la vileza. Pisoteó esa Constitución, hizo encarcelar a todos los liberales e incluso pidió la ayuda de potencias extranjeras para que sus cien mil hijos de San Luis invadieran España y nos metieran en el peor de los absolutismos. Bajo su reinado España perdió la mayor parte de sus posesiones en América. Por todo eso, se le conoce como el rey ‘felón’. El rey que cometió felonía, que para la RAE es deslealtad, traición o acción fea. 

Dos siglos después un político español, un presidente en funciones, ha vuelto a cometer felonía y en un grado extremo porque lo hace cuando España lleva casi medio siglo siendo un estado de derecho y una democracia. Con una Constitución que defiende la soberanía nacional, la igualdad de los españoles ante la ley y la unidad de España.

El presidente felón ha traicionado todo con tal de mantenerse en el poder. Pareciera que como algunos dictadores siente pánico de que haya un relevo en el gobierno que pueda descubrir cuestiones sangrantes, inmorales o faltas de ética. Y sería difícil porque el nivel de traición pública al que ha llegado supera todo. Dice Pedro Sánchez ahora un «marchemos todos juntos, y yo el primero, por la senda de la amnistía y del referéndum de autodeterminación». Al igual que el rey Fernando VII derogó la Constitución de 1812, el presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez este 9 de noviembre, ha demolido la Constitución de 1978.

«Felonía es comprar el relato pervertido y falso de la historia según los independentistas»

Los acuerdos a los que ha llegado el PSOE con Junts traspasan cualquier lista de felonías que se hubieran podido imaginar. Amnistía desde 2012 para todos los procesados por malversación, por terrorismo o por corrupción. Incluso a los amigos como su abogado imputado por blanquear dinero del narcotráfico o a las políticas corruptas que como Laura Borrás troceaban contratos para dar dinero público sin control a los amigos, podrán acogerse a esta amnistía en ese concepto lawfare que tan mal suena y que lo único que implica es el retorcimiento de la ley a favor de los independentistas.

«Felonía es que el PSOE se cargue la soberanía nacional que reside en las Cortes españolas»

Felonía es comprar el relato pervertido y falso de la historia según los independentistas y considerar en el comunicado que desde los decretos de Nueva Planta de hace tres siglos Cataluña es perseguida o sojuzgada. Felonía es reconocer de forma implícita que Cataluña es una nación o que los pseudo referéndums del 14 y 17 fueron legales y mayoritariamente independentistas omitiendo que más de la mitad de la población no participó en aquellas farsas ilegales y sin ningún tipo de control. Felonía es justificar el golpismo del procès y echar las culpas al PP. Felonía es que los socialistas admitan que ha habido represión, que ha habido déficit fiscal o que ¡hay persecución contra el catalán!

La prueba de que Puigdemont sabe que el presidente en funciones les va a mentir, es que ni siquiera un prófugo golpista que ha hecho mear sangre a Sánchez, y que le ha sacado hasta las entrañas, se fía de él y por eso impone un relator internacional como si fuera un conflicto entre dos países distintos y nuestras leyes, nuestros jueces y nuestras instituciones no valieran de nada. Felonía es que Sánchez y su partido el PSOE, lo acepten. Felonía es que el PSOE se cargue la soberanía nacional que reside en las Cortes españolas. Ahora Puigdemont les hace tragar que sólo el Parlament es la única institución para votar.

«Felonía es que Sánchez, el PSOE, los militantes y aquellos votantes socialistas que los secundan estén de acuerdo en que Cataluña se quede con el cien por cien de los ingresos tributarios»

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Felonía es que Junts anuncie que planteará en una mesa de negociación, controlada por ellos, la celebración de un referéndum de autodeterminación. No en el Congreso ni bajo las leyes españolas. Lo hará porque no renuncia ni ha renunciado nunca a la unilateralidad. Y por eso felonía será cuando lo vuelvan a intentar en el Parlament y no haya ni una sola ley que nos defienda de ese delito de golpismo no armado. Ya no habrá sedición porque ya no existe el delito. Pero antes quieren exprimir la vaca española y luego lo harán. Por eso les incomoda que la CUP les deje en evidencia al obligarles a negarse ahora a un nuevo referéndum. Ellos saben que hay tiempo y que Sánchez siempre paga las dosis de votos que necesita.

Felonía es que Sánchez, el PSOE, los militantes y aquellos votantes socialistas que los secundan estén de acuerdo en que Cataluña se quede con el cien por cien de los ingresos tributarios. No ha sido nunca la comunidad más solidaria a pesar de ser de las más ricas. Ahora directamente pasará al grupo de los más ricos que no dan un duro a España, pero que siguen sableándola. Esos socialistas extremeños, andaluces, castellanos, gallegos, asturianos que seguirán aplaudiendo que haya más dinero para los ricos, porque así están tranquilos. Seguirán tranquilos pensando que son de izquierdas porque el dinero va para los ricos independentistas y se evita que pueda gobernar el PP.

Al tiempo. Los independentistas siempre quieren más y ya saben que enfrente tienen a un presidente sumiso, adicto al poder, que sólo piensa en su poltrona. No extraña a nadie que pronto, tal y como avanzaba el expresidente de gobierno y exlíder del PSOE, Felipe González, pronto vendrán también las exigencias de una amnistía para los asesinos de ETA. Un avergonzado González viendo como su partido participa en la demolición del estado de derecho.

Felonía es traicionar una Constitución y un sistema judicial que nos ha dado el medio siglo de vida más democrático y prospero de la historia de España. Pedro Sánchez no ha necesitado a los cien mil hijos de San Luis para romper la separación de poderes y la igualdad de los españoles. Le ha valido solo la abducción de una parte de la izquierda que considera que la amnistía a corruptos, golpistas y terroristas es mucho más progresista que la Constitución y el respeto a lo que piensa y vota la mayor parte de los españoles. 

Por siete putos votos, tenemos otra vez a un felón entre nosotros. Es el momento para gritar ¡Viva la Constitución del 78!

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