THE OBJECTIVE
Esperanza Aguirre

En la asunción de Milei

«Lo que nos han enseñado Milei y los partidos argentinos que defienden la libertad es que derrotar a los aspirantes a totalitarios sólo es posible uniéndose todos»

Opinión
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En la asunción de Milei

Ilustración de Alejandra Svriz.

La invitación del nuevo presidente de la República Argentina, Javier Milei, me ha permitido acompañarle en los actos de asunción de esa alta responsabilidad, escuchar sus discursos y conocer y hablar con políticos y periodistas argentinos y de otros países de Hispanoamérica, que me han puesto al día acerca de lo que se vive hoy y de lo que se ha vivido en los últimos tiempos en esa república hermana.

Además, he podido comprobar de primera mano la ilusión con que los argentinos están viviendo estos momentos, con la esperanza de que Milei y su nuevo gobierno sean capaces de regenerar la política y la economía de ese país que lleva décadas de decadencia.

Para mí estar allí, junto a los argentinos que acompañaban con ilusión y esperanza a su nuevo presidente, ha sido un motivo de inmensa alegría, que compartía con ellos y por las mismas razones. Porque el triunfo de Milei es un triunfo de la libertad sobre sus enemigos, que están demostrando en todo el mundo que cada vez son más fuertes y más tramposos a la hora de hacer política.

Eso lo saben mejor que nadie nuestros hermanos hispanoamericanos. Porque esos enemigos de la libertad parece que han tenido siempre una especial predilección por los países de la América Hispana a la hora de imponer allí sus tiranías.

El precursor fue, hace 65 años, Fidel Castro, que llegó al poder para implantar una siniestra dictadura comunista, que ahí sigue después de haber arruinado al pueblo cubano.

«El Foro de Sao Paulo es una especie de Internacional Comunista para implantar regímenes totalitarios en Hispanoamérica»

Desde entonces, han sido muchos los enemigos de la libertad que han intentado por todos los medios hacerse con el poder en los países de Hispanoamérica.

Cuando hablo de enemigos de la libertad estoy señalando, fundamentalmente, a los comunistas. Y hagamos un poco de historia. En noviembre de 1989 cae el Muro, que fue la demostración más evidente del fracaso total del comunismo en lo moral, en lo político, en lo económico y en lo medioambiental. Pues bien, sólo seis meses después, en junio de 1990, todos los totalitarios, que no estaban dispuestos a aceptar su derrota, creaban el Foro de Sao Paulo, que es una especie de Internacional Comunista para implantar regímenes totalitarios en los países de Hispanoamérica.

Y hay que reconocer que, desde entonces, han sido muchos los que han caído bajo regímenes de ese estilo. Ahí está, como mejor ejemplo de estas estrategias, el caso de Venezuela y la dictadura siniestra que, además de mandar a siete millones de venezolanos al exilio, está arruinando un país que tenía que ser de los más ricos del mundo.

Pero lo que para un ciudadano español resulta más grave es estar viviendo en nuestras propias carnes el inicio de un proceso similar. Parecía que España, por ser un país desarrollado y europeo, estaba vacunada contra el totalitarismo y, sin embargo, estamos empezando a vivir un proceso de características similares a las de Venezuela.

Esto ocurre desde la llegada de Sánchez al poder apoyado por comunistas, golpistas catalanes, independentistas y filoterroristas.

A imitación de lo que se ha hecho en Venezuela, la manifestación más evidente de esa deriva totalitaria la tenemos en las maniobras que el Gobierno de Sánchez lleva a cabo sin cesar para acabar con la separación de poderes y, en general, con todos los contrapesos que las democracias liberales han creado para limitar el poder de las mayorías y defender los derechos de las minorías.

«Con la libertad como bandera, logró el apoyo de los argentinos, que parecían condenados a no salir del hoyo del kirchnerismo»

Y de repente, cuando el pesimismo y la tristeza empezaban a invadirnos al ver el panorama que tenemos en España y en algunos países hermanos de América, llega el pueblo argentino y, seducido por la fuerza y el talento de Javier Milei, nos da la alegría más grande de los últimos tiempos.

Con la libertad como bandera y dejando claro que él cree que los ciudadanos tienen que ser los auténticos protagonistas de sus propias vidas, ha logrado el apoyo masivo de los argentinos, que parecían condenados a no salir del hoyo del kirchnerismo.

Argentina va a empezar una nueva etapa que tiene que llevarla a un puesto entre los países más prósperos y libres del mundo.

Además, este triunfo apoteósico de Milei nos tiene que servir a todos los que estamos comprometidos a resistir el avance del totalitarismo comunista (por mucho que se disfrace de socialismo del siglo XXI, es eso) para alimentar nuestra esperanza y para aprender dos cosas muy importantes.

La primera es que Milei nos ha enseñado que defender la libertad sin complejos y sin miedo es el mejor camino para lograr que los ciudadanos tomen conciencia del peligro que les acecha desde las posiciones totalitarias y para que tomen conciencia de la oportunidad de salvación que la libertad les ofrece.

«La libertad está por encima de cualquier interés partidista. No aprender esa lección es condenarnos al sanchismo»

Para comprender hasta qué punto el triunfo de Milei nos está marcando el camino que tenemos que seguir en España es muy sintomática la reacción de Sánchez: ni por cortesía diplomática ha querido disimular su malestar y su repulsa ante el triunfo de la libertad sobre los kirchneristas.

Y la segunda lección que tenemos que aprender de la Argentina de hoy es estratégica. Hoy en España gobierna Sánchez con una coalición de partidos, algunos de los cuales no hacen el mínimo esfuerzo por disimular su aspiración al totalitarismo. Ahí tenemos a Sumar y a Podemos que no ocultan su condición de comunistas. O a los racistas, xenófobos y supremacistas de los partidos independentistas. Por no hablar de los herederos de ETA, que, también sin rebozo, anuncian que su objetivo es una república socialista, supongo que soviética. Y un PSOE, que ya nada tiene que ver con el PSOE socialdemócrata de la Transición y que abraza con entusiasmo el ideario woke que les enseñó Pablo Iglesias cuando era el ideólogo del neocomunismo de Podemos.

Pues bien, lo que nos han enseñado Milei y los partidos argentinos que defienden la libertad es que derrotar a los aspirantes a totalitarios sólo es posible uniéndose todos, como han hecho ellos. Dejando a un lado antiguas querellas o diferencias circunstanciales. Porque el objetivo último, el triunfo de la libertad sobre la tiranía, tiene que estar por encima de todo.

Ya antes de mi viaje a Argentina lo tenía claro. Ahora he vuelto absolutamente convencida de que es indispensable y urgente la unión de todos los que defendemos la libertad, la Constitución, la separación de poderes y el Estado de Derecho. Porque allí he visto cómo Patricia Bullrich o Mauricio Macri no han dudado en unirse a Milei, a pesar de los encontronazos que entre ellos había habido, porque la libertad es un objetivo que está por encima de cualquier interés partidista. No aprender esa lección es condenarnos al sanchismo.

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