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El núcleo duro de Podemos celebra la ruptura con Díaz: «Se le van a bajar los humos»

Podemos actúa siguiendo una mezcla de deseo de venganza y orgullo, y de cara al futuro nada se puede excluir

El núcleo duro de Podemos celebra la ruptura con Díaz: «Se le van a bajar los humos»

Los cinco diputados de Podemos en el Congreso. | Europa Press

Podemos ha cruzado su Rubicón. Era algo esperado por muchos simpatizantes y también por algunos dirigentes y cuadros. Aunque no por todos. La decisión de romper con Sumar y Yolanda Díaz, lanzada el pasado martes y tomada sin debate previo en el partido ni votación entre militantes, obliga ahora a todos los miembros de la formación a decidir de qué lado estar. Ya no valen medias tintas. Podemos se blinda, o por lo menos pretende hacerlo. Esta es la primera clave, la «interna», de lo que ocurrió el martes. Hay más derivadas, las externas, que atañen a la búsqueda de visibilidad y al plan de concurrir en solitario a las próximas europeas. Todos puntos adelantados por este diario a lo largo de estos meses. Y, de fondo, un grito, que mezcla deseo de venganza y orgullo entre los más fieles a Iglesias, que las fuentes consultadas resumen así: «A Yolanda se le van a bajar los humos».

Podemos vuelve a un estilo agresivo después de muchos meses a la defensiva. La formación morada, sus principales dirigentes, creen que han puesto la otra mejilla durante demasiado tiempo. La guerra fría con Yolanda Díaz no arrancó en Magariños, como algunos que hasta hace pocos días comulgaban con Iglesias defienden a nivel de opinión pública, ni siquiera hace un año. El enfrentamiento viene de lejos y solo algunos —muy pocos— avisaron de ello. Y como es habitual tuvieron que aguantar la embestida de las acusaciones. Pero los hechos allí están. Ahora, resulta evidente que Podemos nunca quiso estar en Sumar, y Sumar nunca quiso tener en su domicilio compartido a Podemos. Aun así, toca explicar lo ocurrido, demostrar que el malo era el otro, y preparar el asalto final de junio.

Las elecciones europeas serán la última ronda de un partido, Podemos, moldeado alrededor de la figura de Iglesias y de su estilo político boxeador (él mismo así se define en algunos libros). La parte de la dirección de Podemos que más apoya la ruptura de Sumar muestra optimismo. Según sus cálculos, Podemos vuelve a estar en el mapa. En primer lugar, porque a partir de ahora los sondeos deberán volver a contabilizarlos. En segundo lugar, porque Sánchez deberá «pasar por caja» (fórmula ésta que esgrimen miembros del gobierno socialista). Y en tercer lugar porque Podemos volverá a tener «visibilidad» y a ser un «actor» en todas las negociaciones del Gobierno.

Pablo Iglesias habla con Yolanda Díaz en el Congreso
Pablo Iglesias habla con Yolanda Díaz en el Congreso

Podemos como el PNV

«Los cinco votos de Podemos valen como los cinco votos del PNV», es el argumento oficial esgrimido en estas horas por los morados. Otras fuentes del partido que desempeñaron cargos muy importantes creen que Yolanda Díaz y su entorno siempre barajaron la posibilidad de una salida de Podemos del grupo. Pero añaden que «subestimaron» a Montero y Ione Belarra.

Díaz toma sus decisiones tras debatirlas en un sanedrín de dirigentes muy reducidos. Entre ellos destaca Josep Vendrell, el estratega más experto del grupo. Luego quedan los errejonistas o exerrejonistas, personas que despiertan desprecio en Podemos. Y finalmente los comunistas del PCE, con Enrique Santiago dentro, pero no del todo, de ese círculo.

Podemos está más solo que nunca, esto es un hecho. Pero a partir de ahora su voz se oirá. Los morados creen que Yolanda Díaz quería reducirles a un «zombie». Es sobre la base de esta reflexión que han actuado y asumido también los riesgos de esta operación. Para algunos, la dirección estatal debería haber actuado antes, pero creen que tuvieron «miedo» al juicio de sus votantes. Carecieron de esa valentía que había diferenciado a Podemos de otras formaciones en los comienzos.

Fracaso de Díaz

Finalmente, queda la reflexión sobre Yolanda Díaz. La ruptura en dos del bloque de Sumar no puede ser una buena noticia para Pedro Sánchez. Si antes su mayoría parlamentaria era ya «anómala» a los ojos de la prensa internacional, ahora lo será más. A partir de ahora deberá negociar con un socio más, que, al estar en la cuerda floja, subirá el precio de su voto.

Podemos buscará entablar una alianza parlamentaria con ERC y Bildu. Es el antesala de una entente electoral para las europeas (un plan que se debate en el partido, tal y como adelantó THE OBJECTIVE, pero del que algunos, sobre todo los catalanes, dudan). Los morados creen que Sánchez «estará enfadado con Yolanda». La política gallega tenía la misión de domesticar Podemos, anularlo si hacía falta. No ha logrado ni uno ni otro. En cambio, ha despertado su ira.

Ahora la legislatura se complica. ¿Romperá Podemos en algún momento con Sánchez forzando nuevas elecciones? Es pronto para este escenario. Pero no se puede excluir a priori. En las europeas se medirá cara a cara con Sumar. Y si, para ganar visibilidad, necesitara descolgarse de la mayoría en el Congreso, lo haría.

Su intención, sin embargo, no es bloquear las votaciones troncales de la legislatura. Y la primera será la presupuestaria, que se prevé para febrero o marzo. Pero, a partir de ahora, la pelota ya no está en su tejado, se halla en el de Sánchez. Sin contrapartidas, Podemos está dispuesto a todo. Lo dijo Iglesias hace unos días, cuando Belarra entregó su cartera a Pablo Bustinduy, un exerrejonista ahora en el equipo de confianza de Díaz: «Buena suerte, Pedro». Audaces fortuna iuvat, decían los romanos.

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