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Sánchez ordena pasar página de la debacle gallega y centrarse en las vascas del 21 de abril 

Cerró el debate de la lectura nacional del 18-F después de que Page pidiera abrir una reflexión nacional de los resultados

Sánchez ordena pasar página de la debacle gallega y centrarse en las vascas del 21 de abril 

Reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE. | Flickr PSOE

El presidente del Gobierno y líder del PSOE llegó este lunes a la Ejecutiva del partido y, en lugar de hacer autocrítica, dio instrucciones en forma de argumentario. Primero, la debacle gallega no permite hacer una lectura nacional de los resultados del 18-F. Ni consecuencias de la amnistía, ni coste a los pactos con los independentistas, ni cambio de ciclo. El análisis de Pedro Sánchez en la dirección de su partido fue «sólo» sobre la derrota en Galicia, donde el cierre de filas con su derrotado candidato, José Ramón Gómez Besteiro, fue muy elocuente sobre los movimientos que ya se estaban produciendo en el seno del PSdeG . Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Sánchez pidió «respaldo a Besteiro», comunicó que se quedará en Galicia y que esa es su apuesta de futuro, como líder natural de una formación instalada en una bicefalia con Valentín González Formoso. Sánchez les envía el mensaje anticipado de que pretende lanzar a Besteiro al futuro congreso regional de los socialistas gallegos, previsiblemente en el otoño. 

Precisamente por ello, la portavoz de la Ejecutiva, Esther Peña, compareció posteriormente para hacer una loa del derrotado candidato, quien «se ha demostrado de manera natural» como «el líder que ha demostrado ser». Una idea que repitió en varias ocasiones: «Es nuestro líder natural, nuestro candidato, respaldado y apoyado por la militancia, como se ha demostrado en estos últimos meses». Pero sin esperar que el cumplimiento de las directrices de su secretario general derivara en la pregunta de si Sánchez presentará a Besteiro como su candidato al proximo cónclave gallego: «No estamos hablando de cuándo se produce, no estamos en esa cuestión. Estamos analizando los resultados. En próximos días se reunirá el comité gallego para esa cuestión».  

Rueda de prensa de Esther Peña en Ferraz. | Flickr PSOE

Elecciones vascas, el 21 de abril

Pero más allá del cortafuegos que Ferraz quiere enviar al PSdeG para que no se mueva (más) el suelo bajo Gómez Besteiro, la cúpula del PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, ya se ha puesto a trabajar en la siguiente cita en el calendario, la de las elecciones autonómicas en el País Vasco. Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, las elecciones vascas serán el próximo 21 de abril, como le ha transmitido el PNV a su socio en el Gobierno vasco, el PSE. Una convocatoria para la que el lehendakari Iñigo Urkullu debería disolver el parlamento vasco el próximo martes 27 de febrero. El anuncio parece ser inminente, a juzgar por la convocatoria de Urkullu del próximo lunes, cuando ha convocado a una reunión a los líderes del PNV y el PSOE, Andoni Ortuzar y Eneko Andueza. 

Un nuevo examen para los socialistas que el PSOE prevé que pudiera convertirse en un nuevo varapalo en las urnas. Ferraz ya se empieza a poner la venda antes de la herida, como evidenció la portavoz de la Ejecutiva federal, Esther Peña, al anticipar que en el País Vasco se votará en clave autonómica como en los comicios del 18-F en Galicia: «Se ha votado en términos muy territoriales, con un entorno muy gallego y así sucederá también en las próximas elecciones de Euskadi, donde nosotros volveremos a presentar un proyecto muy solvente para la comunidad autónoma vasca». Ferraz pretende así desarticular la lectura nacional de un posible fracaso en Euskadi, aunque creen que en esta ocasión la derrota sería amortiguada por la previsible reedición del pacto PNV-PSE en la Lehendakaritza. 

Sánchez huye de lecturas nacionales del 18-F

Las elecciones vascas se sitúan ya en el radar de la maquinaria electoral socialista, como instrumento para desviar el foco de la hecatombe gallega y el hundimiento del PSdeG. De ahí que la mención a las vascas ni siquiera surgiera en el turno de preguntas sino de motu proprio en la intervención inicial de la portavoz Peña: «Parece que vamos a iniciar un nuevo ciclo electoral en Euskadi, cada uno presentara su proyecto y volveremos a someternos al examen de los ciudadanos. Esta es la normalidad en la que debemos convivir los partidos políticos sin hipérboles pero con la mayor convicción». El PSOE niega un «cambio de ciclo» que permita lecturas nacionales, entre las cuales se constate el agotamiento del sanchismo. «No creo que exista ningún cambio de ciclo. Nos hubiera gustado que se hubiera producido en Galicia, pero por desgracia no para las siglas de este partido», sonrió Peña.

Como deslizaban fuentes de la dirección socialista en la noche electoral, la portavoz del PSOE negó los supuestos efectos de la amnistía en el resultado electoral porque «no ha supuesto ni ha sido un factor que ha ejercido una influencia para el PSOE, ni tampoco al PP. Realmente, no. No creemos que la amnistía haya influido en estos resultados. Porque ademas el trasvase de voto del PSOE ha ido al BNG, que es una formación claramente soberanista. Es una argumentación que tiene alguna fisura…». 

El «ciclón» de Page

Sin embargo, la lectura nacional de los resultados del pasado domingo se la hizo a Sánchez el alter ego de los críticos, el barón manchego, Emiliano García-Page. «El producto de estas elecciones era regional pero el guiso era nacional, y yo creo que es importante que se obtengan conclusiones y además desde la seriedad. Si el PP en Galicia, no hubiera obtenido mayoría absoluta, hoy de lo que estábamos hablando es de las consecuencias son nacionales, eso no lo discute nadie. Yo creo que, si pasa lo contrario, una parte de las reflexiones tendrá que ser coherentemente también nacional».

Para Page, desde 2020 «llevamos un ciclo muy difícil, muy adverso, muy hostil, y que debiera provocar una reflexión profunda porque… Sólo reflexionando y rectificando en algunos aspectos se puede impedir que un ciclo se convierta en un ciclón. Ése es el objetivo: evitar un ciclón electoral que arrase mucho más de lo que tenemos pensado y previsto». Page es el único dirigente socialista que ha entonado la crítica hacia la dirección del PSOE y del Gobierno, pero no el único que reconoce en privado que los resultados del 18-F son un severo «castigo a Pedro Sánchez» cuyo legado está siendo el «desmoronamiento y la descapitalización del PSOE en todos los territorios». Un asunto que genera honda preocupación en el partido.

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