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De los 'ongi etorris' a los 'aurreskus': las víctimas denuncian cambios en los homenajes a etarras

Covite documenta 466 actos de apoyo a la banda terrorista y sus miembros en 2023, algunos de ellos novedosos

De los ‘ongi etorris’ a los ‘aurreskus’: las víctimas denuncian cambios en los homenajes a etarras

Homenaje a presos de ETA en Galdácano (Vizcaya) el pasado septiembre. | Cedida por Covite

El aurresku es una elegante danza vasca con gran popularidad en bodas y celebraciones públicas. Durante su interpretación por el chistulari (músico que toca un flautín y un tamboril), los dantzaris (bailarines) realizan saltos y reverencias que requieren de una gran agilidad. En 2023 también han servido para homenajear a los presos de ETA. La última fórmula para enaltecer el terrorismo, denuncia el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), que ha contabilizado 466 actos de apoyo a la banda y a sus miembros a lo largo del año pasado.

La cifra es notablemente inferior a la de 2022, cuando se registraron 589 eventos de apoyo a ETA y a los presos de la banda terrorista. A pesar de que los actos han descendido un 21% y de que han desaparecido por completo los ongi etorris (festejos a la salida de prisión de los etarras condenados), la preocupación de Covite continúa presente. La asociación que preside Consuelo Ordóñez considera que «la legitimación pública de ETA a través de otro tipo de actos sigue muy presente en las calles»

Ordóñez tilda de «muy buena noticia para las víctimas» que hayan desaparecido los ongi etorris. Covite llegó a denunciar festejos de este tipo «debajo de la casa de una de las víctimas de un sanguinario asesino de ETA, como fue el de Javier Balerdi en San Sebastián el 21 de diciembre de 2016». «No se me ocurre una infamia mayor», insiste Ordoñez, hermana y cuñada de víctimas. No obstante, los actos que muestran su apoyo a la banda terrorista han continuado.

Presos de ETA

El año pasado se celebraron 178 manifestaciones en las que se reclamó la excarcelación de etarras presos; aparecieron 166 pintadas y pancartas de ensalzamiento explícito a ETA y a sus presos; se realizaron 48 homenajes públicos a miembros de la banda fallecidos; 27 fiestas populares para enaltecer a la organización, como el Gudari eguna; y 42 actos que Covite ha encuadrado en la categoría de otros, ya que no ha podido clasificarlos en ninguna de las categorías anteriores.

La cosa no quedó ahí. Durante 2023 también tuvieron lugar cinco homenajes en la vía pública a etarras que todavía están en prisión en los que se colocó la foto del miembro de ETA y se bailó un aurresku. La última pirueta de la izquierda abertzale para driblar el enaltecimiento del terrorismo, un delito penado de uno a tres años de prisión.

Los actos que incluyeron bailes típicos regionales tuvieron lugar lugar entre febrero y diciembre. El primero, el 25 de febrero en Oñate, sirvió para homenajear a etarras como Ángel María Tellería, Joseba Arregui y Susana Arregui. El siguiente fue el mitin de Bildu en Durango el 12 de julio, en el que salieron a relucir diferentes nombres. A mediados de septiembre, los jóvenes de Sortu organizaron en Galdácano un homenaje a «varios asesinos sanguinarios». La concentración del 8 de octubre en Azpeitita para felicitar al etarra Gotzon Aramburu y el acto del 24 de diciembre en Oyarzun completan la lista.

El Código Penal establece que el delito de enaltecimiento del terrorismo es aplicable a aquellas personas que hayan partido tanto en la ejecución como la organización de actos que entrañen descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o de sus familiares. «Los actos que incluyen aurreskus son algo novedoso, pero no nos engañemos, todo engloba a los mismo: la fascinación por los terroristas en nuestra tierra», se queja Ordónez.

El papel de Sortu

«Los aurreskus pueden ser considerados como actos de enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas, por lo que podría derivar en una condena de uno a tres años de prisión o multa. No obstante, el enaltecimiento es un concepto difuso porque los organizadores pueden alegar que estaban festejando un encuentro de familiares», explica Alfredo Arrien, abogado especializado en Derecho Penal en Paredes & Asociados.

Arrien asegura que esta es una costumbre típica en los centros penitenciarios cuando algún preso de ETA es liberado y sus familiares y amigos le esperan fuera. «Se debe determinar el verdadero dolo de la actuación. Por eso es clave la jurisprudencia y el criterio del juez que vaya a instruirlo», admite el abogado. No obstante, el año pasado los célebres ongi etorris desaparecieron del mapa. Ordóñez asegura a THE OBJECTIVE que es consecuencia de la labor de denuncia pública que ha realizado su asociación.

«El resultado es el rechazo de la mayoría de la sociedad vasca, navarra y española, así como la condena de la mayoría de las instituciones y fuerzas políticas a los mismos, exceptuando a Bildu». La presidenta de Covite asegura que, cada vez más, detrás de estos actos está Sortu, lo que evidencia que «los líderes de la izquierda abertzale son quienes más contribuyen a la radicalización violenta de una parte de la sociedad vasca».

Ordóñez advierte de que «centenares de jóvenes están creciendo con la idea de que los etarras son héroes, presos políticos o refugiados». En su opinión, «pedir la excarcelación de quienes están en la cárcel por crímenes gravísimos podrá ser legal, pero es un claro síntoma de anormalidad moral». La presidenta de Covite afirma que las peticiones de excarcelación o amnistía, con diferentes nombres, siempre ha estado presente, pero le preocupa que se pida la impunidad.

161 presos etarras

Covite señala que los nuevos actos de homenaje que incluyen aurreskus no les preocupa en demasía, ya que son pocos los miembros de ETA que siguen en prisión, por lo que no se van a prodigar en ellos. Los datos actualizados de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) cifran en 161 los presos etarras, 140 en cárceles vascas, siete en navarras y otros 14 que disfrutan de libertad condicional o prisión domiciliaria. 

«El culto a ETA y a sus terroristas está lejos de desaparecer», advierte la asociación de víctimas. Para evitarlo, reclama una mayor implicación de las instituciones, especialmente las del País Vasco y de Navarra. Además, muestra su preocupación por la posibilidad de que salga adelante la proposición de ley que registró Sumar en el Congreso a finales de diciembre para despenalizar el enaltecimiento del terrorismo incluido en el artículo 578 del Código Penal.

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