La ola de calor, que no ha dado respiro a nadie, ha dejado en los centros educativos temperaturas que han llegado a superar los 35 grados. Muchos de ellos, sobre todo los de nueva construcción, se enfrentan además de al intenso clima a unas instalaciones de poca calidad en las que se usan materiales que no solo son incapaces de aislar mínimamente el calor sino que lo atraen. Las constructoras, con un presupuesto excesivamente bajo adoptado para aumentar sus posibilidades de acceder al contrato público, usan, entre otros, la chapa, el metacrilato o el polietileno, es decir, material de invernadero.