La alegría de la lucidez
Decía el personaje de Federico Luppi en la película Lugares comunes de Adolfo Aristarain que existe algo así como “el dolor de la lucidez”, el daño y la responsabilidad que conlleva saberse dueño de una cierta verdad. En el caso de Marta Peirano hay, más bien, una “alegría de la lucidez”.