En los últimos años, sociólogos, estudios de mercado y medios de comunicación han centrado su atención en la generación Y: los famosos millenials. Esta generación ha sido tildada de desentendida, conformista, narcisista, egoísta… En todo caso, el perfil que se ha realizado de aquellos nacidos entre 1980 y 1993 no ha sido nada alentador, desdibujando así cualquier atisbo de un futuro prometedor. La generación que le sucede es la Z -la de aquellos nacidos entre 1994 y 2010, aproximadamente-, y es exactamente la generación a la que debemos prestar toda nuestra atención ahora. La razón es sencilla: son los que coparán el mercado laboral de aquí a diez años, y son definitivamente la gran esperanza en la que depositamos nuestro futuro como sociedad.