A leer en la rentrée I
Para guiarnos con tino entre las novedades literarias en Further hemos recurrido al testimonio de cuatro reconocidos periodistas de cultura y de opinión.
Para guiarnos con tino entre las novedades literarias en Further hemos recurrido al testimonio de cuatro reconocidos periodistas de cultura y de opinión.
El funcionamiento de este bono es sencillo. Tan sólo es necesario descargar una aplicación en el smartphone, denominada 18 app, y obtener unas credenciales de acceso. Automáticamente, se ingresarán los 500 euros y la misma aplicación ofrecerá distintas opciones para invertirlos antes del 31 de diciembre de 2017, cuando vence la línea de crédito. En total, el Gobierno ha previsto que el «bono de la cultura» beneficiará a 574.593 jóvenes a lo largo de 2016 y dedicará a ello una inversión de 290 millones de euros. Aunque en un principio se había planteado que se dirigiera solo a los ciudadanos italianos, finalmente también lo disfrutarán los extranjeros que tengan un permiso de residencia permanente.
Leo una noticia publicada en The Objective sobre las ventajas del acto de leer. El pie de foto advierte al lector de la larga vida que le espera en el supuesto de que este insista en la extravagante manía de tener un libro delante. Un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de Yale llega a la sana conclusión de que «leer alarga la vida». Los autores de dicho estudio dan a conocer los resultados en la revista «Science Direct» bajo el título «a chapter a day» el cual mantiene una semejanza inquietante con el proverbio inglés que comienza «an apple a day» y termina «keeps the doctor away». A la vista de los datos obtenidos, los científicos sostienen que leer un capítulo al día equivaldría a comerse una manzana y olvidarse del médico.
Yo, que tiendo al idolismo con los autores (con algunos autores), nunca he sido de los de Hemingway. Apenas lo he leído y su figura tampoco la he admirado. Pero siempre ha estado ahí, y ante eso me rindo. Es una simple cuestión de fuerza, de fuerza suya: cómo su presencia se mantiene.
Por su escenario pasaron todas las grandes figuras de su tiempo, sobre todo Carlos Gardel, que se convirtió en asiduo para los espectadores que llenaban sus cuatro filas de palcos y las 500 butacas de su platea. A partir de 1929 el Grand Splendid se convirtió en un sala de cine, para en el año 2000 pasar a ser una majestuosa librería que en la actualidad alberga más de 120.000 libros, recibe cerca de un millón de visitantes al año y vende unos 700.000 ejemplares anuales. La librería actual mantiene el esplendor del desaparecido cine-teatro, con la cúpula pintada, los balcones originales, la ornamentación intacta y hasta el telón de terciopelo. Varios sillones permiten a las personas sentarse a leer cualquier libro, sin obligación de comprarlo, tanto en lo que fuera el sitio de la platea como en los antiguos palcos, o en lo que fuera el escenario, que actualmente es un restaurante y posee un piano con el cual se ejecuta música para acompañar la lectura. En 2008 El Ateneo Grand Splendid fue nombrada la segunda librería más bella del mundo por The Guardian, después de Selexyz Dominicanen, una iglesia de 800 años convertida en librería en Holanda.
La nueva entrega llegará a las librerías el próximo 31 de julio y será ambientada 19 años después de la batalla final en Hogwarts. El libro también contará las asperezas que debe enfrentar Potter, ahora que es un distinguido empleado del Ministerio de Magia, esposo y padre de tres niños. “Siempre es difícil ser Harry Potter y tampoco será más fácil ahora que es empleado del Ministerio de Magia, esposo y padre de tres hijos que estudian en el colegio”, ha dicho la escritora al respecto.
La lingüista norteamericana Naomi Baron, junto con sus compañeros de investigación, encuestaron a más de 300 estudiantes universitarios de Japón, Alemania, Eslovaquia y Estados Unidos. La conclusión del estudio reza que el 92% prefiere realizar lecturas serias, como novelas o estudios relacionados con sus clases, en libros de papel. Sin embargo, para lecturas más ligeras, como noticias o cualquier cosa con un gran componente visual, prefieren hacerlas a través de dispositivos electrónicos.
El proyecto llamado ‘Between the Words’ y llevado a cabo por Nicholas Rougeux, un diseñador y artista de Chicago, coloca la puntuación en forma de espiral comenzando de fuera hacia adentro y cerrando con una ilustración clásica en el centro. Nueve libros del Proyecto Gutenberg a los que ha despojado de sus palabras para mostrar el ritmo visual dentro de algunas obras literarias clásicas. Además, con este trabajo Rougeux ha descubierto que las comas y las comillas son los signos más usados.
Me da que esos ricachones ni saben vivir, ni beber, ni leer. Reto a cualquiera de ellos a superar mi nivel de felicidad cuando un viernes por la tarde disfruto de los últimos rayos de sol en el pequeño patio de mi casa, con un libro entre las manos y un licor de hierbas en la mesa.
La lectura consiste en transitar por la geografía interior de otros hombres, quizás ya difuntos, y regresar humanamente enriquecidos.
Existen dos tipos de relatos, además de todas las tipologías realizadas a lo largo de la entera historia de la literatura: aquellos que soportan una re-lectura y aquellos que no.
Puede que en un futuro no muy lejano el libro electrónico se acabe imponiendo, porque el progreso, como la enfermedad, no respeta nada. En realidad lo único importante es que los libros sigan existiendo, sea cual sea su formato.
Meterse en un libro con la imaginación es un atraso. Debe de ser mucho más intenso hacerlo con el cuerpo entero, dejar de ser un lector para convertirte en protagonista. ¿Para qué asistir desde fuera a las aventuras de los tres mosqueteros pudiendo ser tú uno de ellos?
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