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¿Cómo el movimiento #MeToo ha cambiado el caso de Lewinsky, 20 años después del escándalo?

Han pasado 20 años del escándalo político del presidente Bill Clinton por haber mantenido relaciones sexuales con la entonces becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, quien entonces tenía 22 años.

¿Cómo el movimiento #MeToo ha cambiado el caso de Lewinsky, 20 años después del escándalo?

Han pasado 20 años del escándalo político del presidente Bill Clinton por haber mantenido relaciones sexuales con la becaria de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, quien entonces tenía 22 años. Las noticias sobre esta aventura extramarital y la investigación resultante llevaron a un proceso de destitución iniciado por la Cámara de Representantes que el presidente Clinton superó tras ser exonerado de las acusaciones de perjurio y obstrucción a la Justicia.

Las primeras noticias del affair fueron publicadas en enero de 1998, pero Clinton admitió ocho meses después lo que calificó de “relación inapropiada”. En agosto de aquel año afirmó: «Mantuve una relación con la señorita Lewinsky que no fue apropiada y que, de hecho, estuvo mal. Constituyó un error de juicio y un fallo personal por mi parte del que soy el único responsable, pero en ningún momento he pedido a nadie que mienta o que oculte o destruya pruebas».

Bill Clinton reconoció con estas palabras, ante sus conciudadanos, que en su declaración de enero, en la que negó la aventura, no dijo toda la verdad y que había engañado a la gente, incluida a su esposa Hillary Clinton.

¿Cómo el movimiento #MeToo ha cambiado el caso de Lewinsky, tras 20 años del escándalo? 1
El expresidente de EEUU Bill Clinton | Crédito: AFP/Bryan Bedder

Durante el escándalo, aunque el entonces presidente perdió credibilidad, no sólo no fue destituido de su cargo sino que, además, logró que algunos sectores de la sociedad siguieran respetándolo. Aunque su reputación se vio afectada, con el tiempo, se ha ido recuperado. La imagen de Lewinsky, una joven hasta entonces era desconocida, se vio destruida, ha relatado ella misma. Los medios han tardado mucho en analizar la situación de la joven becaria.

Lewinsky, ahora de 44 años, ha dedicado parte de su vida a luchar en contra del bullying -en junio de 2015, anunció que se convertiría en asesora estratégica de la organización antibullying Bystander Revolution y dio una famosa conferencia TED al respecto-, ha contado cómo se sintió intimidada y humillada por la prensa después de que el asunto se hiciera público. Muchos titulares, de entonces, resultaron descalificadores, señala Time.

Entre estos destacan el firmado por la columnista del The New York Times Maureen Dowd quien la llamó «pasante depredadora de la Casa Blanca” o los resultados de una encuesta hecha por Fox News en la que preguntaban si Lewinsky era una «chica promedio» o una “joven vagabunda en busca de emociones”. Un 54% la calificó de vagabunda. Ella misma recuerda que The Washington Post publicó 125 artículos de esta crisis en tan solo 10 días.

20 años más tarde, tras el surgimiento del movimiento antiacoso sexual #MeToo y la campaña iniciada en Hollywood que se hizo famosa bajo el lema de Time’s Up (El tiempo se acabó) la opinión pública sobre Lewinsky también está cambiando, según la misma revista. El escándalo que le dio fuerza a #MeToo y Time’s Up estalló en octubre de 2017, cuando The New York Times hizo públicas las denuncias de varias mujeres que aseguraban haber sido acosadas sexualmente, e incluso alguna habló de violación, por el famosísimo productor de cine Harvey Weinstein.

Poco después, se hicieron públicas otras denuncias de mujeres acosadas por hombres poderosos, incluidos políticos, actores y periodistas. Cinco meses después de que The New York Times destapara décadas de abusos sexuales por parte de Weinstein e iniciara la ola feminista #MeToo, Lewinsky publicó un artículo para Vanity Fair, en el que afirmaba que el movimiento la había obligado a volver a examinar su relación con Clinton.

En esa publicación Lewinsky repasa el efecto que tuvo en su vida el escándalo. Lo abarcó casi todo. De hecho, cuenta que muchos años después le diagnosticaron estrés postraumático. Afirmó que dos décadas más tarde, algo ha cambiado en la sociedad y sigue cambiando en la medida en que entramos en la “era pos-Cosby-Ailes-O’Reilly-Weinstein-Spacey-O-Quien-Sea-Que-Venga-Después”.

A pesar de esta percepción hay cosas que parecen haberse quedado paralizadas en el tiempo. A diferencia del que entonces fuera su amante, el actual presidente Donald Trump sigue siendo aparentemente el único hombre «a salvo» de las denuncias de acoso sexual a pesar de que más de 20 mujeres lo han inculpado. Entre ellas la actriz Stormy Daniels.

Quizá Daniels entienda bien a Lewinsky cuando ha confesado que se sintió muy sola. Pero Lewinsky parece estar superando aquellos días. En el mismo artículo agradeció a una de las mujeres que inició el movimiento #MeToo por enviarle un mensaje en el que le decía: “Discúlpanos por haberte dejado tan sola”.

“De alguna manera, viniendo de ella -ese reconocimiento muy profundo y conmovedor- me hizo llorar. Sí, recibí muchas cartas de apoyo en 1998. Y, sí (¡gracias a Dios!), tenía a mi familia y amigos para apoyarme. Pero, en general, había estado sola. Muy. Sola. Públicamente sola: abandonada, sobre todo, por la figura clave de la crisis, que en realidad me conocía íntimamente y bien”. No niega que estuvo enamorada pero sí reclama que la sociedad la juzgó de manera indiscriminada. También afirma que no recibió, entonces, apoyo por parte de los colectivos feministas.

Para Lewinski tuvieron que pasar 20 años para sentir que quizá las implicaciones del poder de Clinton tuvieron que ver con su enamoramiento y posterior escándalo, aunque afirma que no busca “excusar su responsabilidad en aquella relación”. Aún así ha considerado que el movimiento #MeToo la ha llevado a reflexionar acerca de la dinámica de poder que jugó un papel importante durante su relación con Clinton. En octubre del año pasado, Lewinsky tuiteó «#MeToo» aunque no dejó claro a qué se refería específicamente en su mensaje.

Lo que sí ha dejado claro es que ese movimiento le ha permitido saber que ya no está «sola», como ha reiterado. Esta semana, se burló del senador republicano Marco Rubio en Twitter por «culpar a la pasante» de un artículo que no le gustó. “Culpar a los becarios es tan de los 90”, escribió. Aunque los medios han intentado entrevistarla a ella y a Clinton a 20 años de la polémica, hasta el momento, ninguno lo ha logrado.

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