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Cultura

Las 999 niñas del primer convoy de Auschwitz: "Para cargarse a los judíos, había que cargarse a las jóvenes fértiles"

¿Por qué la historia siempre ha omitido a estas chicas y el relato oficial del holocausto es masculino? ¿Por qué la experiencia de las mujeres quedó aplastada por la de los hombres?

Las 999 niñas del primer convoy de Auschwitz: «Para cargarse a los judíos, había que cargarse a las jóvenes fértiles»

999. Ni una más, ni una  menos. Ni un hombre. Sólo chicas. Adolescentes. Ni una superaba los 18 años. El primer convoy que llegó a Auschwitz lo hizo cargado con 999 niñas eslovacas impecablemente vestidas y peinadas, con maletas repletas de ropa tejida a mano y comida casera. Pensaban que iban a trabajar durante tres meses, pero lo cierto es que su destino era otro totalmente diferente. Se dirigían a Auschwitz, el que sería el mayor centro de exterminio de la historia reciente de Europa. Habían sido vendidas a la Alemania nazi por 500 marcos alemanes, unos 200 euros. Lo relata la americana Heather Dune Macadam en su libro Las 999 mujeres de Auschwitz (Roca Editorial). En él, Macadam nos cuenta lo que los libros de historia nunca nos han contado.

Era 26 de marzo de 1942 y ellas fueron las primeras personas en llegar a ese lugar donde cada día podían ser asesinadas hasta 4.736 personas. ¿Por qué? ¿Por qué mujeres? ¿Por que niñas? ¿Por qué la historia siempre ha omitido esto y el relato oficial del holocausto es masculino? ¿Por qué la experiencia de las mujeres quedó aplastada por la de los hombres?

«Creo que por vergüenza, y quizá también por el patriarcado. Hay un sentimiento de vergüenza de que se eligiera a unas niñas como víctimas y que nadie hiciese nada. Que los hombres, los padres, los hermanos, los tíos no las protegieran», nos cuenta Heather Dune durante su visita al Centro Sefarad-Israel, ubicado en la céntrica calle Mayor de la capital de España, a escasos minutos de la Puerta del Sol. «Las eligieron por ser niñas, sin importancia ni formación. Pensaron que nadie prestaría atención a unos seres así», continúa la autora, que muestra un aparente entusiasmo a pesar de que ya son varias horas las que lleva de entrevistas; el libro, que ya va por su cuarta edición, está causando una gran expectación.

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Exposición Auschwitz-Birkenau en Centro Sefarad-Israel. | Foto: Lidia Ramírez | The Objective

Macadam tiene claro que estas chicas formaban parte de la solución final, es decir, del plan del Tercer Reich para llevar a cabo la eliminación sistemática de la población judía europea durante la Segunda Guerra Mundial. «Para cargarse a los judíos, primero había que cargarse a las jóvenes fértiles, porque si quieres cometer un genocidio primero hay que eliminar a las mujeres», y continúa ejemplificando: «Lo hemos visto a lo largo de la historia. Las mujeres jóvenes siempre son las primeras en sufrir y sucumbir en un genocidio. Lo podemos ver también en Armenia con los kurdos o en Ruanda con los rohingyas. Durante miles de años siempre ha ocurrido esto». Al fin y al cabo, las mujeres traen la vida y la luz al mundo.

¿Por qué 999?

Heinrich Luitpold Himmler fue quien ordenó el envío de este convoy repleto de niñas a Auschwitz. Obsesivo con la astrología y la numerología, nada de lo que hacía era por casualidad ni coincidencia. Así que, ¿por qué no envió a 1.000 mujeres, por qué 999 exactamente? Dune Macadam, después de contratar a un astrólogo histórico para desentrañar estos misterios, lo explica en su libro:

«En el sistema pitagórico los números representan ciclos. Cada número recibe un significado específico y un poder, pero cuando un número se triplica, se supone que la intención de ese número aumenta a la tercera potencia». Y se puede seguir leyendo: «El número nueve es el punto culminante. Poner tres nueves juntos señala un punto final decisivo, mientras que el número 10 y el 1.000, que siguen al 9 y al 999, representan un nuevo comienzo». De esta forma, en el caso del Holocausto, tres nueves indican un claro deseo de acabar con algo.

También, nos cuenta la autora de Las 999 mujeres de Auschwitz, que la fecha de nacimiento de Himmler, el 7 de octubre de 1990, también es un nueve. Entonces, ¿estaba Himmler utilizando la secuencia de números de su nombre y de la fecha de nacimiento oficial de la solución final en un intento de jugar con una baraja de cartas ocultas contra los judíos? Para Dune Macadam, la respuesta es . Ya que, de esta forma, «la cuestión judía quedaba resuelta, por completo». «Todo es terriblemente escalofriante, pero hay que recordar que el III Reich estaba muy metido en el ocultismo, tenían su propio departamento de Nostradamus y realmente estaban convencidos de que los judíos eran peligrosos para el estado. De esta forma, tenían que seguir los designios que Nostradamus había marcado en su día», nos cuenta la escritora, que vive a caballo entre Nueva York e Inglaterra.

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Heather Dune Macadam en Centro Sefarad-Israel.

¿Cuántas de estas niñas sobrevivieron?

Estas jóvenes eslovacas, que provenían de familias numerosos y cariñosas, acostumbradas a la amabilidad y a las comodidades de la vida, se vieron sometidas a condiciones humillantes además de a trabajos infernales. «Los hombres tenían que demoler edificios, y ellas recogían los cascotes y los llevaban a Birkenau para construir los barracones para las chicas», cuenta Macadam, que nos explica que gran parte de su trabajo de documentación procede de testimonios de familiares, así como trabajo de archivo y de entrevistas en primera persona. «Otro de sus trabajos era trasladar el estiércol y limpiar las calles de nieve con las manos».

La autora, que ahora está trabajando en el documental 999, asegura que no se sabe exactamente cuántas de estas chicas sobrevivieron, aunque piensa que entorno a unas 100 niñas. 100 chicas que tres años después salieron de ese campo de la muerte envejecidas por todo lo que habían visto y soportado y bajo la sospecha de qué habrían hecho  y a qué concesiones morales se habrían llegado a someter para no morir con sus amigas.

Daguerrotipo de la exposición Auschwitz-Birkenau. | Foto: L.R. | The Objective

Heather Dune Macadam solo ha podido hablar con tres y, nos cuenta, que próximamente entrevistará a dos más para el documental. «Edith Grosman es la mujer con la que más he hablado. Trabajé con ella durante dos años. Ahora vive en Israel, pero es una mujer muy frágil».

¿Fueron los nazis más crueles con las mujeres que con los hombres? –pregunto a Heather–.

–Creo que sí fue más duro para ellas porque para los nazis las jóvenes fértiles eran una amenaza ya que darían lugar a la siguiente generación de judíos. Durante sus estancia en Birkenau a estas chicas se les retiró la regla y sufrieron lesiones físicas y psicológicas. Testigos varones que vieron como trataron a esas mujeres quedaron impresionados y destrozados por como éstas eran tratadas. Muchas veces, completamente desnudas y con temperaturas a bajo cero, esperaban durante horas si finalmente eran seleccionadas para ir a las cámara de gas.

«Estas chicas eran peones en un gran plan de destrucción humana, pero frustraron ese plan al sobrevivir y dejar sus testimonio a sus familiares», relata la escritora, quien asegura que el mundo funcionaria mejor si existiesen más mujeres líderes.

De esta forma, Las 999 mujeres de Auschwitz es el libro que da voz a estas mujeres y niñas que los archivos olvidaron y que ahora se hacen inmortales al recuperar su lugar en la historia.
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