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Las lecciones para afrontar el coronavirus que México todavía está a tiempo de aprender de España

El viaje de oriente a occidente del Covid-19 da un margen progresivo a los Gobiernos para estudiar los casos de otros países y aplicar medidas

Las lecciones para afrontar el coronavirus que México todavía está a tiempo de aprender de España

Reuters

Tras la aparición del Covid-19, el presente y el futuro parecen suceder a la vez. Preocuparse por los casi 30.000 infectados y 1.813 fallecidos españoles es asomarse a la situación a la que puede llegar México, ahora con 250 contagiados y dos víctimas mortales, en solo unas semanas. El coronavirus está en crecimiento exponencial en la mayor parte del mundo, mientras se ralentiza su impacto en el foco de origen, China. 

Las incógnitas que rodean al virus —¿es posible contagiarse dos veces? ¿Disminuirá con las altas temperaturas? ¿Cuál es su letalidad?— han sumido a la población y a los Estados en una lucha contra la incertidumbre. El viaje de oriente a occidente del nuevo coronavirus ha dado un margen progresivo a los Gobiernos para estudiar los casos de otros países y aplicar medidas. Pero el tiempo corre. ¿Cuáles son las lecciones que México todavía está a tiempo de aprender de España?

El investigador del Instituto de Salud Pública de Navarra Jesús Castillo apunta a The Objective que en España todavía están aprendiendo de la situación, por lo que es difícil sacar conclusiones definitivas. “Es una infección que no vamos a poder erradicar del planeta. Una parte grande de la población la tiene que pasar para tener inmunidad. Entonces, quizás la clave está en proteger a las personas de edad avanzada o con enfermedades crónicas”. 

Sobre las lecciones aprendidas, Castillo, que trabaja en vigilancia epidemiológica y control de enfermedades transmisibles, cree que hay que “poner los esfuerzos en proteger residencias de ancianos y al medio sanitario. Por ejemplo, ser más estrictos cuando alguien entra en el hospital”. 

En la misma línea se manifiesta el médico de Urgencias del hospital La Fe, en Valencia, Javier Casado: “Los hospitales se tendrían que haber provisto con muchísima antelación del material necesario: guantes, mascarillas, trajes de protección… para no dejar al personal sanitario expuesto cara a cara con el virus”.

Además advierte de la rapidez y la facilidad de contagio: “Desde que se dieron los primeros casos debieron haberse extremado precauciones mediante distancia social y mayor desinfección en zonas de los hospitales”. 

Personas mayores, población de riesgo por el coronavirus, trabajando como empaquetadores en los supermercados a cambio de propinas en México. | Crédito: REUTERS | Gustavo Graf

Deben aplicarse ya las medidas de contención: la cuarentena y el aislamiento”, asegura a The Objective Tomás Barrientos, director de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Anáhuac hasta enero. El médico critica al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador por “no estar poniendo suficiente seriedad” a la crisis del coronavirus. “Frente a una infección masiva, promovamos la prevención. Si sabemos lo que sucede, porque lo hemos visto en varios varios estandarizados en su desarrollo de la infección, actuemos”, exige. 

A lo largo de esta semana, México ha observado con preocupación el aumento de contagios y el fallecimiento de dos hombres por coronavirus. El subsecretario de Salud y portavoz del Gobierno ante la pandemia de Covid-19, Hugo López-Gatell, esperó hasta el jueves para lanzar a la población la petición de que se quedara en casa “si no era indispensable” salir. 

Sin embargo, a pesar del crecimiento exponencial diario de los contagios, el Ejecutivo de López Obrador todavía no ha aplicado medidas que restrinjan el movimiento de personas. En un país donde el 56,7% de la población trabaja en la informalidad, según el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), el Gobierno mexicano se esfuerza por evitar un colapso económico. 

Esta misma idea la apuntaba la jefa de Gobierno de la Ciudad de México —la entidad donde se registra el mayor número de casos—, Claudia Sheinbaum, al advertir que aplicar medidas drásticas “demasiado pronto” podría desgastar a la población: “Todo a su tiempo”. 

Sin embargo, ciudadanos y negocios se han adelantado a las autoridades para tratar de mitigar la pandemia. Comercios, museos y restaurantes han cerrado sus puertas esta semana sin una obligación expresa del Gobierno. La UNAM, la universidad más grande del país y una de las mayores de Latinoamérica, también anunció el miércoles su clausura por el coronavirus. 

El viernes se hizo efectiva la suspensión de las clases, en todos los niveles escolares y en todos los centros —independientemente de su titularidad pública o privada— y millones de alumnos fueron enviados a casa. 

“México es un país especial porque la sociedad civil siempre toma un papel importante durante las crisis. En el terremoto de 1985, el Gobierno tardó en actuar y la sociedad civil empezó a actuar de manera desbordante y coordinada. Ahora se está dando el mismo fenómeno: la reacción de la sociedad está haciendo que el Gobierno tome cartas en el asunto”, apostilla Barrientos. 

El presidente mexicano, López Obrador, da la mano a su llegada a un mitin en Guerrero el 14 de marzo, mientras el subsecretario de Salud pide a la población mantener la distancia para evitar la propagación del coronavirus. | Crédito: Reuters

Después de varias intervenciones en las que ha minimizado la gravedad de la situación y mientras continúa con sus mítines de fin de semana por las regiones rurales del país, López Obrador ha asegurado este sábado que se están preparando para la pandemia: «Estamos haciendo acopio de recursos, tenemos suficientes médicos, especialistas, centros de salud y camas«. 

Una realidad que pone en duda el creador del Instituto de Salud Pública de la Universidad Anáhuac: «Hay mucha preocupación de que los hospitales públicos, que tienen muy pocos recursos, no se están preparando como se deben preparar. Es un virus muy agresivo, para el que los médicos de otros países están usando trajes y escafrandas para blindarse de la contaminación. No existen en este país el número de ventiladores que se va a requerir. Aquí creo que se está siendo muy inocente, como si fuera una gripa normal».

México es uno de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) que menos gasta en salud: un 5,5% del PIB, solo por delante de China o Turquía, y por detrás de Polonia o Sudáfrica.

Así, Barrientos lanza una crítica general sobre esta limitada inversión: «Sexenio tras sexenio, México ha tenido números negativos de ratio de camas, médicos, enfermeras por población. A la salud nunca le han invertido, siempre hemos estado en número bajos en comparación de la inversión del PIB. Se han corrompido los recursos sanitarios».

Ahora, entre las incógnitas que más preocupan a los Gobiernos está la posibilidad de una segunda oleada del coronavirus en octubre. El investigador del Instituto de Salud Pública de Navarra Jesús Castilla considera que la clave va a estar más en aspectos concretos que en la gran estrategia: «Hay que proteger bien a las personas de alto riesgo, concentrar ahí los esfuerzos. Cada país hará cosas diferentes, aprenderemos«. 

Crédito: REUTERS|Jose Luis Gonzalez
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