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La negociación sobre el Brexit, estancada a un día del voto crucial en Londres

Estamos ante una semana crucial para el devenir de la salida del Reino Unido de la UE

La negociación sobre el Brexit, estancada a un día del voto crucial en Londres

Reuters

Las renegociaciones del Brexit[contexto id=»381725″] entre Londres y Bruselas, última carta de la primera ministra Theresa May para intentar salvar su acuerdo, se encuentran estancadas en la víspera de una nueva votación en el parlamento británico y a tres semanas de la fecha fatídica.

La primera ministra ha llegado en la noche del lunes a Estrasburgo para reunirse con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en un último esfuerzo para salvar el acuerdo. Minutos después de las 21H00, May cruzaba las puertas del edificio Winston Churchill anexo a la sede del Parlamento Europeo, donde ha sido recibida por Juncker y el jefe de los negociadores europeos, Michel Barnier.

Sin embargo, en una señal evidente de que los contactos realizados «a nivel técnico» el sábado y domingo no dieron el resultado esperado por Londres, la jefa de gobierno no había anunciado todavía si viajaría a Bruselas para cerrar el trato, como se preveía en un primer momento.

«Hemos hecho propuestas constructivas (…) Hemos conversado todo el fin de semana y, ahora, las discusiones, las negociaciones, son entre el gobierno en Londres y el Parlamento británico», ha dicho Barnier a la AFP en Bruselas.

 

El tiempo apremia

Casi tres años después del referéndum de junio de 2016, en que un 52% de votantes se declaró a favor de salir de la Unión Europea, el tiempo se le está echando encima a la líder conservadora británica.

Si nada cambia, el país debe abandonar el bloque el 29 de marzo y, ante la falta de un acuerdo, crece el temor de que se vea abocado a hacerlo brutalmente, lo que tendría dramáticas consecuencias económicas y sociales para el país.

El acuerdo que May negoció arduamente durante año y medio con la UE fue estrepitosamente rechazado por los diputados británicos en enero.

La primera ministra prometió entonces renegociar con Bruselas su punto más conflictivo: la salvaguarda irlandesa, un mecanismo para evitar la reinstauración de una frontera física entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. Y se comprometió a volver a someter el texto a la aprobación de los diputados este martes.

Pero para respetar ese calendario, debe presentar una moción ante la Cámara de los Comunes este lunes por la tarde. Y ante la falta de resultados, han comenzado a circular rumores sobre un eventual aplazamiento de la votación, como ya ocurrió en diciembre.

Si la sesión tiene finalmente lugar, May se enfrenta a la posibilidad de otra humillante derrota, a raíz de la cual podría incluso verse expulsada del cargo. En enero, solo 202 diputados votaron a favor del acuerdo y 432 en contra, entre ellos más de cien rebeldes de su propio Partido Conservador.

 

Un rechazo «inevitable»

«Es inevitable que este acuerdo de retirada sin cambios sea rechazado una vez más«, predicen en el Sunday Telegraph el diputado euroescéptico conservador Steve Baker y su compañero Nigel Dodds, del pequeño partido unionista norirlandés DUP, en cuyo apoyo parlamentario se cimienta el gobierno de May y ampliamente insatisfecho con la controvertida «salvaguarda irlandesa».

Si los diputados tumban el texto el martes, May se ha comprometido a organizar el miércoles otra votación para que se pronuncien a favor o en contra de un Brexit sin acuerdo. Si este también es rechazado, el jueves debería haber un tercer voto sobre la posibilidad de pedir a la UE un aplazamiento de la fecha del Brexit.

Este necesitaría la aprobación por unanimidad de los líderes de los otros 27 países del bloque, quienes ya advirtieron de que solo lo considerarían si tiene un propósito claro. Y no simplemente para seguir prolongando un bloqueo que consideran motivado por cuestiones de política interna británica.

El ministro de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, ha llamado de nuevo a los diputados conservadores a cerrar filas en torno al acuerdo de May, advirtiendo en la BBC de las «consecuencias devastadoras» que un nuevo rechazo tendría para la cohesión del partido.

El viernes, May había intentado lo propio con los líderes europeos. «Las decisiones que la Unión Europea tome en los próximos días tendrán un impacto significativo en el resultado de la votación», había dicho, aparentemente sin demasiado resultado.

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