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Las tensiones internacionales entorpecen la investigación del ataque químico en Siria

Las tensiones internacionales continúan este lunes después del presunto ataque químico en Duma, localidad siria donde no han podido acceder los investigadores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) por «problemas de seguridad», informa AFP. «El equipo no ha sido desplegado todavía en Duma», ha declarado el director de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, durante una reunión de urgencia de los Estados miembros del Consejo Ejecutivo, añadiendo que Siria y Rusia habían alegado «problemas de seguridad». Por otro lado, Estados Unidos dijo que sospecha que Rusia pudo haber visitado el sitio de un presunto ataque químico en Duma y habría «falsificado» las pruebas, declaró el lunes el embajador estadounidense ante la OPAQ.

Las tensiones internacionales entorpecen la investigación del ataque químico en Siria

Las tensiones internacionales continúan este lunes después del presunto ataque químico en Duma, localidad siria donde no han podido acceder los investigadores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) por «problemas de seguridad», informa AFP. «El equipo no ha sido desplegado todavía en Duma», ha declarado el director de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, durante una reunión de urgencia de los Estados miembros del Consejo Ejecutivo, añadiendo que Siria y Rusia habían alegado «problemas de seguridad».

Por otro lado, Estados Unidos ha dicho que sospecha que Rusia pudo haber visitado el sitio del presunto ataque químico en Duma y haber «falsificado» las pruebas, ha declarado el lunes el embajador estadounidense ante la OPAQ.

«Los rusos podrían haber visitado el sitio del ataque. Tememos que lo hayan manipulado para obstaculizar los esfuerzos de la misión de investigación de la OPAQ para llevar una investigación eficaz», ha declarado el embajador Ken Ward durante una reunión de la OPAQ.

El supuesto ataque químico del 7 de abril en Duma -entonces último bastión rebelde– sigue movilizando a las grandes potencias después de que el sábado Estados Unidos realizara un bombardeo coordinado con Francia y Gran Bretaña sobre instalaciones sospechosas de almacenar armas químicas en Siria.

En presencia de los embajadores francés, británico y ruso, Ahmet Uzumcu ha declarado en la Haya, sede de la OPAQ, que los «sirios y rusos alegaron problemas de seguridad», según el embajador británico en los Países Bajos, Peter Wilson. Uzumcu «ha declarado también que el régimen sirio había ofrecido 22 testigos a los investigadores de la OPAQ en Damasco», ha proseguido Wilson durante una conferencia de prensa después de la reunión de la OPAQ, dos días después de los ataques sobre emplazamientos militares del régimen de Bashar al Assad.

En Twitter, el embajador ha dicho que «ahora es importante que continúe el proceso multilateral y que el Consejo de Seguridad de la ONU asuma sus responsabilidades bajo la ley internacional».

Rusia y Siria, acusados de obstrucción

Moscú, gran aliado del régimen sirio, se ha comprometido a «no interferir» en el trabajo de la misión, oficialmente invitada por las autoridades de Damasco, que niegan toda responsabilidad en el drama de Duma. Tras los ataques occidentales, se ha retomado la vía diplomática sobre el tema sirio, país víctima desde 2011 de una guerra que ha provocado más de 350.000 muertos. La delegación de la OPAQ envió a un equipo de expertos al lugar el sábado. En Damasco han mantenido reuniones con responsables del régimen, pero no se les ha dado todavía acceso a Duma.

El Kremlin ha criticado este lunes las acusaciones «sin fundamento» de que Rusia ha obstaculizado el acceso. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha recalcado que Rusia quiso desde el principio «una investigación imparcial». El Reino Unido ha instado a la OPAQ a «pedir cuentas a los autores del ataque», de lo contrario el mundo correría el riesgo «de otros usos bárbaros de armas químicas, en Siria y otros lugares». «El régimen sirio tiene una mala reputación de emplear armas químicas contra su propia gente», ha declarado el embajador británico Peter Wilson.

En la capital siria, feudo del régimen, miles de personas han inundado este lunes la plaza de los Omeyas, cerrada al tráfico para la ocasión, enarbolando banderas sirias y retratos del presidente Assad para denunciar los ataques occidentales.

Un programa químico «clandestino»

El trabajo se espera complicado para los investigadores, que llegan más de una semana después de los hechos en un área que desde entonces ha estado bajo el control del ejército sirio y de la policía militar rusa, donde están en marcha las operaciones de desminado. A partir de ahora la prioridad es el desmantelamiento total del programa químico sirio, según el embajadores francés en La Haya. «Los hechos están ahí y son obstinados. Resisten las mentiras más groseras y las negativas más absurdas», ha dicho Philippe Lalliot, añadiendo que no había más dudas: «Siria ha conservado un programa químico clandestino desde 2013».

Ese año, tras el ataque con gas sarín en Guta, que ya había provocado varios cientos de muertos, el régimen sirio había terminado uniéndose a la OPAQ por la presión internacional, y se comprometió formalmente a declarar todas sus existencias y no usar nunca armas químicas.

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