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El Nuevo Orden Mundial de Dalio: las señales del cambio de hegemonía de EEUU a China

El multimillonario y gurú de las inversiones Ray Dalio extrae los principios del Nuevo Orden Mundial a través de las enseñanzas de la historia

El Nuevo Orden Mundial de Dalio: las señales del cambio de hegemonía de EEUU a China

Ray Dalio | Foto cedida por el autor

Los antiguos ya sabían que la Historia se mueve en círculos. «Lo que ha sucedido, vuelve a suceder; y lo que antes se ha hecho es lo que se hará. No hay nada nuevo bajo el sol. Si hay alguien que dice: ‘¡Esto es algo nuevo!’; esto ya existía siglos antes de nosotros», dice el Eclesiastés. Para Ray Dalio, los pueblos que conocen su historia también están condenados a repetirla porque el gran teatro humano se rige por ciclos inexorables. Que todo nos parezca nuevo es una cuestión de perspectiva: es nuevo, sí, pero únicamente dentro del pequeño ciclo de nuestra vida.

Multimillonario erigido en gurú, las lecciones y predicciones de Dalio han hecho furor en plataformas como YouTube y LinkedIn. El fundador de Bridgewater Associates, el mayor hedge fund del mundo, anticipó la devastadora crisis de 2008 y los efectos de la pandemia sobre la economía. Lo hizo atendiendo al pasado para extraer patrones. «Todo lo que ha pasado y todo lo que va a pasar ha tenido y tendrá detrás una serie de factores determinantes que lo hacen posible. Si podemos entender cuáles son esos factores determinantes, podemos entender mejor cómo funciona la máquina de movimiento perpetuo que es la historia y, de esa manera, seremos capaces de anticipar mejor lo que es probable que suceda a continuación», escribe Dalio al inicio de su apabullante Principios para enfrentarse al Nuevo Orden Mundial (Deusto).

Portada del libro ‘Principios para enfrentarse al Nuevo Orden Mundial’ | Deusto

El cometido de este libro de más de 650 páginas, que Dalio se ha encargado de estructurar a modo de Rayuela para quienes quieran saltar sobre los párrafos sólo en busca de las ideas esenciales, es dibujar el Nuevo Orden Mundial que viene a la luz de los acontecimientos y las dinámicas del dinero y el poder que forjaron y abatieron a los imperios más importantes de los últimos 500 años. El autor arranca con el ocaso de los Habsburgo y la hegemonía española y disecciones el éxito y fracaso del Imperio holandés y el británico, para culminar con el actual ciclo del imperio estadounidense y el ascenso chino.

¿En qué punto de la rueda nos encontramos? Grosso modo, a las puertas de un final de era. Del exhaustivo trabajo de Dalio pueden extraerse distintas señales que indican que en las próximas décadas asistiremos a un cambio radical en la hegemonía mundial.

Agotamiento natural del Gran Ciclo

Lo primero que hay que tener en cuenta es que la vida útil de los imperios es apenas un parpadeo en la historia del mundo. No hay imperio que «dure mil años» como pretendían los artífices del III Reich. A la luz de los precedentes, Dalio considera que «los grandes imperios duran aproximadamente 150-250 años. Dentro de esos periodos vemos cómo se desarrollan distintos ciclos políticos, económicos y de deuda que se extienden, cada uno, por 50 o 100 años». Todos participan de las dinámicas del Gran Ciclo de auge, cima y declive.

La hegemonía norteamericana arranca particularmente en 1944, al final de la Segunda Guerra Mundial. Más allá de la derrota de los nazis y la pacificación de Europa y el mundo, el hecho determinante se fraguó en una pequeña localidad de New Hampshire. En Bretton Woods, en julio del 44, se acordó que el dólar sería el nuevo patrón de cambio de referencia internacional. Esto arroja un Nuevo Orden Mundial liderado por EE. UU. con casi 80 años de vida a sus espaldas.

Crédito y deuda: la trampa del ciclo monetario

Los países en auge son aquellos que, dentro de su pobreza o austeridad, son capaces de mantener una alta productividad que genere reservas. Ya en la cumbre, una potencia hegemónica encuentra más problemas para mantener los estándares de vida y producción sin recurrir a financiación o medidas de devaluación de la moneda para sostener el sistema. «Cuando uno puede fabricar dinero y crédito, y dárselo a todos para hacerlos más felices, es muy difícil resistir a la tentación de actuar así», apunta Dalio.

La confianza sostiene aún al dólar dentro del dinero fiduciario, a pesar de que el ciclo económico y financiero del país es desfavorable. Estados Unidos cuenta con un mecanismo enormemente poderoso aún: una moneda de reserva. En el pasado, cayeron la libra esterlina, el florín holandés y el maravedí español. China ya afila la podadora para cuando toque a rebato.

Polarización y falta de confianza       

Los países sin un propósito se desmoronan. En la fase de auge del Gran Ciclo, un imperio ascendente se caracteriza por la voluntad de trabajar todos en beneficio del proyecto, marcado por la inventiva, el espíritu comercial y la productividad. Tras resolver cuestiones existenciales, la China de Deng Xiapoing avanzó en esa dirección de manera espectacular. Mientras, la autoconfianza de los estadounidenses viene resintiéndose desde los años 70.  

Foto: AhmerKalam | Unsplash

La dinámica interna de EE.UU. es lo que más preocupa a Dalio. En una escala de 1 a 6, sitúa la conflictividad y la polarización del país en un 5. Esta fase es propia de países con problemas financieros en los que la brecha entre ricos y pobres se ha agrandado en exceso. Dalio cifra en un 30% la probabilidad de que en la próxima década, Estados Unidos pase a fase 6, es decir, viva una revolución o una guerra civil. Mientras, China se encuentra en una fase 3, marcada por la prosperidad y la paz. Esto lo convierte en una amenaza para un imperio que ha entrado en bancarrota emocional: «Cuando las cosas van bien es fácil creer que uno tiene la superioridad moral. Sin embargo, cuando la lucha se vuelve más dura, se empieza a justificar lo que antes se consideraba inaceptable e inmoral, que empieza a ser reconocido como legítimo». El auge del populismo norteamericano entraría en esta órbita. 

Un liderazgo internacional debilitado

Desde hace años, en la esfera geoestratégica de nuestro mundo globalizado hay un nuevo gallito en el corral. La hegemonía estadounidense, fraguada tras la Segunda Guerra Mundial y reafirmada con la caída de la URSS, una potencia militar con pies de barro, declina. En la mayoría de las esferas, señala Dalio, «Estados Unidos tiene un liderazgo claro, pero su ventaja relativa se está reduciendo con rapidez».

A falta de conflictos abiertos entre las dos potencias (el libro es previo a la Guerra de Ucrania, si queremos entenderla como conflicto de poder entre China y EE. UU.), la guerra tecnológica se ha recrudecido y la influencia china en terceros países ha ido en claro aumento. Particularmente, el gigante asiático se ha hecho con la esfera de influencia del Pacífico. El mundo podría estar al borde de una guerra que abriera la puerta a un rediseño del Orden Mundial: «La historia nos enseña que cuando las transiciones de liderazgo o un liderazgo débil concluyen con una fase de elevado conflicto interno, el riesgo de que el enemigo haga un movimiento ofensivo se incrementa significativamente».

A nivel general, dentro de su modelo del Gran Ciclo, China se situaría en una fase de auge mientras que Estados Unidos estaría ya en su declive. Dalio asume que revertir esas dinámicas es muy complicado. «Lo más importante que quiero trasmitir es que cuando los ciclos se alinean, las placas tectónicas de la historia cambian y la vida de las personas se ve alterada de manera significativa», explica en su libro. El futuro es imponderable: ¿Cómo será la próxima guerra? ¿Cómo afectará la siguiente catástrofe natural? ¿Qué características tendrá el cambio de hegemonía? ¿A qué velocidad se producirá? No podemos saberlo, pero sí es posible extrapolar patrones para imaginar sus principales líneas maestras.   

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