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Los presupuestos de Eurovisión son cada vez más pequeños

Un estudio revela que los países anfitriones han estado en los últimos diez años ajustando la cantidad que gastan en organizar la gala

Los presupuestos de Eurovisión son cada vez más pequeños

El grupo noruego Subwoolfer, durante su actuación en la semifinal del martes. | Alessandro di Marco

Es un rumor que ha existido casi tanto tiempo como la competición en sí: los países participantes en realidad no quieren ganar el Festival de Eurovisión, porque es demasiado costoso organizarlo y los presupuestos previstos pueden inflarse. Una afirmación que depende en gran medida del país del que se esté hablando y de lo que quieran sacar del evento, ya sea influencia geopolítica, turismo o simplemente un espectáculo cultural.

Pero también tiene una importante componente presupuestaria, como demuestra el hecho de que los países anfitriones han estado ajustando sus presupuestos en los últimos diez años. Así lo desvela una investigación realizada por la empresa MoneyTransfers.com, que muestra como año tras año cada país y ciudad han gastado menos en organizar Eurovisión.

Según los informes iniciales de los medios locales, el evento de este año en Turín, Italia, costará alrededor de 16,3 millones de euros, con 14,8 millones de euros provenientes de las autoridades municipales y 1,5 millones de euros del gobierno nacional, junto con fondos adicionales de los patrocinadores.

Esto es solo una fracción de los 60 millones de euros (89 millones de euros ajustados por inflación) gastados por Azerbaiyán en 2012, y eso no incluye los 100 millones de euros que el país gastó para construir un nuevo estadio. Un auténtico récord de gasto que se ha visto erosionado año tras año: si bien Dinamarca derrochó unos 44,8 millones de euros en 2014, la cantidad ha bajado hasta llegar primero a los 19,9 millones de euros gastados por la ciudad de Malmö, Suecia, el año anterior, y los 16,3 de Turín.

Es decir, existe una correlación amplia entre Eurovisiones alojadas más recientemente y presupuestos más pequeños.

«Ha habido bastante debate e incluso investigación a lo largo de los años sobre si vale la pena el dinero para albergar Eurovisión. Ningún país ganador se ha negado a ser anfitrión desde Israel en 1980, pero ciertamente ha habido especulaciones de que algunos cruzan los dedos para que sus actos no lleguen a lo más alto de la famosa tabla de clasificación. Puede que no sea tan sorprendente, entonces, que hayamos encontrado una tendencia a la disminución de los presupuestos en los últimos diez años», asegura Jonathan Merry, CEO de MoneyTransfers.com.

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