Rodrygo se reinventa, Valverde y Tchouaméni se reencuentran

Existen pocas circunstancias que alteren el pulso en la Ciudad Deportiva del Real Madrid, pero si tuviera que citar una elegiría sin duda el parón de selecciones. Con nada menos que 12 futbolistas convocados para los duelos internacionales (Kepa, Carvajal, Joselu, Camavinga, Tchouaméni, Modric, Bellingham, Alaba, Rüdiguer, Valverde, Rodrygo y Lunin) y otros tres lesionados de larga duración (Courtois, Militao y Güller), lo último que se pueden permitir en Valdebebas son más disgustos en lo que se recupera Vinicius. Transcurrida la primera tanda de partidos reina una tensa calma: nadie, de momento, engorda la lista de la enfermería. Hoy se disputa el grueso de la segunda jornada y en el Madrid, al tiempo que cruzan los dedos, prefieren centrarse en aquello que si pueden controlar: el talento de sus seleccionados.

Rodrygo hace de Vinicius

Y si alguno de estos 12 merengues va sobrado de ingenio ese es Rodrygo Goes. El canarinho, ante la ausencia de Vinicius, regresó a la banda izquierda en el duelo frente a Bolivia anotando un fantástico doblete. Ese retorno a la posición donde se desenvolvía en sus inicios en el Santos y que rara vez desempeña en el Real Madrid (23 ocasiones en 169 partidos) nos recordó lo dañino que puede llegar a ser Goes entrando por la banda siniestra.

El primer gol nació de un disparo de Rapinha que entre el portero y la defensa no aciertan a despejar correctamente. Rodrygo, situado hábilmente en las inmediaciones del poste izquierdo logra lanzarse al pasto para empujarla con su pierna mala. El tanto fue doblemente importante ya que no sólo servía para abrir el marcador, también para quitarse el mal sabor de boca tras el penalti fallado por Neymar unos minutos antes. El segundo tanto de El Rayo llegó después de una gran jugada entre Ney y Bruno Guimaraes que filtra la pelota para dejar mano a mano al atacante del Madrid ante Viscarra. Rodrygo, dejándola botar en un par de ocasiones, elige el momento exacto para golpear con su pierna derecha y ajustarla al palo.  

Partidazo de Rodrygol que se celebra con alborozo en el Real Madrid. Sus goles, tras la lesión de Vini, se antojan fundamentales y hasta la fecha no están cayendo con regularidad.

Capitán Valverde

La RAE define costumbre como «la manera habitual de obrar de una persona establecida por un largo uso o adquirida por la repetición de actos de una misma especie». Pues bien, Fede Valverde hizo uso de la misma para pegar un cohetazo desde la frontal y batir al portero chileno. La zona de disparo es idéntica a la que escoge el 90% de veces que la golpea con la camiseta del Real Madrid: una bonita costumbre.

Tan bien le están saliendo las cosas al uruguayo y tanto peso y respeto tiene en el grupo que su seleccionador, Marcelo Bielsa, explicó cómo fueron sus propios compañeros quienes le eligieron para desempeñar la capitanía de una selección con tanta historia como la charrúa a pesar de tener tan sólo 25 años. El mejor Valverde ha vuelto y esto, claro, congratula también por la castellana.

Misil de Tchouaméni

Parece, por tanto, que el talento se está imponiendo a los incontrolables infortunios físicos durante el temido parón y Tchouaméni fue la tercera de las satisfactorias noticias que lo confirma. Un colocado zapatazo de Aurelien desde la frontal a pase de Mbappé sirvió al combinado francés para inaugurar el marcador ante Irlanda. 

En el Madrid confían en que esta sorpresiva faceta del mediocentro francés se convierta en algo habitual. Están encantados con su entrega y efectividad en el pase y creen que empieza a parecerse al Tchouaméni del primer tramo de la temporada pasada, pero al mismo tiempo consideran que puede tener más incidencia en la faceta ofensiva. Su tremendo misil seguro que ayuda.