Las razones tras el regreso de algunas de 'las 15' a la Selección española femenina

Ya es oficial: algunas de ‘las 15’ que rechazaron ser convocadas con la Selección española portarán la camiseta con los colores de España en el Mundial. O, por lo menos, están en la prelista que presentó esta semana el seleccionador nacional, Jorge Vilda. Esa prelista cuenta con 30 futbolistas, de las que 23 serán las elegidas definitivas para disputar la Copa del Mundo que se celebrará en Australia y Nueva Zelanda del 20 de julio al 20 de agosto.

Las grandes novedades de la lista que presentó Vilda el lunes, acompañado del presidente de la RFEF, Luis Rubiales, son Aitana Bonmatí (FC Barcelona), Ona Batlle (Manchester United) y Mariona Caldentey (FC Barcelona). Todas ellas formaron parte de ese famoso grupo de ‘las 15’ que enviaron un correo electrónico a la Federación en el que pedían no ser convocadas. «Los últimos acontecimientos están afectando a mi estado emocional y por tanto, a mi salud», decían en aquel email. Además, la capitana culé y doble Balón de Oro, Alexia Putellas, también regresa a las filas de la Selección casi un año después de su grave lesión horas antes de que España debutara en la Eurocopa de Inglaterra. Ella no envió la correspondiente misiva, simplemente porque, dada su lesión, no era convocable. Pero sí apoyó a sus compañeras públicamente.

Mucho se ha especulado sobre las razones que hay detrás de la rectificación de estas jugadoras. No son todas las que han rectificado –por ejemplo, las barcelonistas Mapi León y Patri Guijarro se han mantenido firmes en su posición–, pero sí son la mayoría. Aparte de las convocadas, otras jugadoras han mostrado su interés por volver a jugar con la Selección española, pero no han sido tomadas en cuenta. Es el caso, por ejemplo, de la portera del FC Barcelona, Sandra Paños. Un total de ocho jugadoras pidieron volver a la Selección, según adelantó Relevo, pero solo tres han sido ‘readmitidas’.

Una rectificación… ¿a cambio de nada?

Renunciar a un Mundial puede penalizar la carrera de una futbolista. No solo económicamente –que también–, sino sobre todo deportivamente. Renunciando a la Selección, renuncias a algo mucho más grande que un torneo u otro. Renuncias a competir contra algunas de las mejores jugadoras del mundo, renuncias a parte de esa competitividad que te llevó a jugar al fútbol. Renuncias, además, a una gran exposición mediática y a oportunidades de ganar títulos individuales, como es el Balón de Oro o el FIFA The Best. Esto podría estar detrás del regreso de alguna, como Aitana Bonmatí, es seria candidata a dejar huella en la próxima temporada de premios individuales.

Aitana es un ejemplo perfecto para explicar lo que ha acontecido en los últimos meses en el seno de la Selección española. Fue una de las ‘cabecillas’ de aquella ‘rebelión’ iniciada en septiembre de 2022, lo que le valió muchas críticas. Ella era una de las «niñatas caprichosas» que, a ojos de algunos, pedía la destitución de su entrenador.

Nada más lejos de la realidad: y para muestra, que Jorge Vilda sigue en su puesto. Ha contado con algunas de las que se enfrentaron, no a él, sino a la estructura federativa de la RFEF. Y arriesgándose a que ahora sea tildada de «hipócrita», al igual que sus otras compañeras que renunciaron temporalmente a ir a la Selección, ahora Aitana ‘recoge cable’. Y no solo por su ambición personal, tan válida como la de cualquier otro deportista. Sino porque este regreso no ha sido a cambio de nada. Las mejoras que ha llevado a cabo la Federación así lo evidencian.

Un mensaje simplificado

Muchos simplificaron el mensaje de ‘las 15’, haciendo entender que lo que querían era simple y llanamente la destitución del seleccionador. De ahí que se tildara de «niñatas caprichosas» a unas deportistas de élite que lo que querían era competir, competir para ganar.

Esto fue lo que explicaron en el famoso comunicado que emitieron tras filtrar la RFEF el envío de emails por parte de 15 jugadoras: «Queremos una apuesta decidida por un proyecto profesional en el que se cuiden todos los aspectos para sacar el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras con las que consideramos que se pueden conseguir más y mejores objetivos. Deseamos lo mejor para la RFEF, para la Selección y para nosotras en particular, sin entrar en guerras públicas».

Unas cuantas mejoras en la Selección española

La RFEF se defendió inicialmente asegurando que no había nada que mejorar. Sin embargo, en los últimos meses –y especialmente en las últimas semanas– se han llevado a cabo una serie de mejoras en la Selección española. Unas mejoras que forman parte del acuerdo al que se ha llegado internamente entre algunas de las jugadoras que renunciaron en septiembre y la RFEF. Los trapos sucios se lavan en casa, y en casa se han lavado.

Entre las mejoras emprendidas por la RFEF –y anunciadas por la propia Federación–, están la incorporación de un nutricionista para las jugadoras, o la de un cuarto fisioterapeuta. En la pasada Eurocopa, no tenían nutricionista, y solo contaban con tres ‘fisios’. No parece el trato adecuado para futbolistas profesionales.

En total, las jugadoras contarán con un equipo de unas 30 personas que trabajarán en su beneficio, fortaleciendo tanto el staff técnico como el personal específico. Además, se ha firmado un acuerdo para establecer un plan de conciliación familiar, que incluirá facilidades de viaje y cercanía para los familiares de las jugadoras, y se ha creado una sección especial para aquellas que sean madres de hijos menores de dos años.

Por tanto, parece que sí que había algo que mejorar. Medidas para que las futbolistas que van a representar a nuestro país en el Mundial lo hagan en las mejores condiciones. Sigue el seleccionador en su puesto, sí, a pesar de que no ha demostrado demasiado en su historial futbolístico. ¿Será la de Australia-Nueva Zelanda la oportunidad de enmendarlo? Para algunas, como Mapi León y Patri Guijarro, las mejoras son insuficientes. Veremos si están en lo cierto o, por el contrario, España puede ser campeona del mundo este mismo verano.