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Los empresarios españoles soportan más carga de cotizaciones que la media europea

El Círculo de Empresarios reclama una revisión del gasto público previa a cualquier decisión sobre los impuestos, que desaconseja subir en un contexto de alta inflación

Los empresarios españoles soportan más carga de cotizaciones que la media europea

La vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. | Europa Press.

Los empresarios españoles soportan una carga en cotizaciones 2,6 puntos superior a la media europea, según datos de Eurostat filtrados por el Círculo de Empresarios. El informe Una Reforma Tributaria que Impulse la Competitividad, elaborado por la organización empresarial, concluye, además, que la presión fiscal que soportan los contribuyentes en España es superior a la de la UE y que para atenuarla sería necesario incrementar el empleo, de modo que el esfuerzo tributario se reparta entre más personas ocupadas.

Esta aspiración de elevar la recaudación aglutinando un colectivo mayor de trabajadores se torna más difícil si los empresarios generadores de empleo soportan una factura por cotizaciones más alta, explican a THE OBJECTIVE los autores del informe.

Así, España está entre los cuatro países con más presión fiscal de las cotizaciones sociales a cargo del empresario. La factura más cara en cotizaciones la soportan los empleadores de Estonia – con un 11,1% de ingresos por este concepto en relación al PIB- frente al 10,2% de la República Checa y el 10% de Francia y España y a una media de la UE de 7,4%. Así, la carga en cotizaciones que soportan los empresarios en nuestro país es 2,6 puntos superior a la media de nuestros socios europeos, más que triplica la de Suecia (2,7%) y quintuplica la de Irlanda (2%).

Más cotizaciones, una barrera a la creación de empleo

Esta realidad se refrenda con datos de la OCDE, según los cuales las cotizaciones a cargo del empleador suponen el 23% del coste laboral total, 9,7 puntos más que la media de las grandes potencias mundiales. El Círculo señala que este factor incide en la competitividad de las empresas y en la contratación porque ese mayor coste laboral es una barrera a la creación de puestos de trabajo.

Además, lejos de revertirse esa deriva al sobrecoste en cotizaciones abonadas por el empresario, lo que hace es aumentar. Entre 2010 y 2020, el indicador de presión de las cotizaciones que paga el empleador escaló 1,7 puntos, certifica el informe del Círculo de Empresarios. Y estos datos son anteriores a la aprobación del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), el pasado diciembre, que supone una subida de cotizaciones de 0,6 puntos porcentuales de los cuales 0,5 los sufraga el empresario.

Por eso, el estudio de la organización empresarial, dirigido por Alberto García Valera, afirma que antes de modificar la fiscalidad de las rentas del trabajo en el IRPF para equiparar los tipos marginales a la media de la OCDE es necesario incrementar el número de contribuyentes a través de una reducción de la tasa de paro española al promedio europeo, una tarea nada fácil teniendo en cuenta que la economía española y la griega repiten reiteradamente el récord de tasa de desempleo de la UE, en el entorno del 13·, frente a la media del 6,2% de la UE y del 6,8% de la eurozona.

Armonización sí, pero con Europa

El Círculo de Empresarios es contundente en su postura sobre la reforma fiscal que necesita España y se desmarca de lo planteado por el Comité de Personas Expertas para la Reforma Fiscal que convocó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hace 10 meses, y que desembocó en un Libro Blanco que solo dedica una frase de sus 788 páginas a la reconsideración del gasto público mientras que preconiza subidas impositivas en distintas figuras tributarias.

El Círculo considera que antes de abordar alzas tributarias es necesario acometer un profundo análisis de la eficiencia del gasto público y, a diferencia de lo propuesto por los expertos de Montero, estima que en estos momentos no se deberían proponer subidas de impuestos ni abordar armonizaciones fiscales entre autonomías sino entre países europeos.

En la misma línea se pronuncia para este diario la profesora del CES Cardenal Cisneros Mónica Gómez De la Torre, quien llama la atención sobre el hecho de que los expertos del comité hablen de consolidación fiscal pero se decanten solo por actuar desde el lado de los ingresos y no desde el de los gastos.

Alto nivel de economía sumergida

Una vez concluido por el informe de la organización empresarial, a partir de datos tributarios internacionales, que el esfuerzo fiscal en España es superior al de la UE, el estudio avanza un paso más y explica que la razón del diferencial en recaudación sobre PIB en España respecto a la UE a Veintisiete no son unos tipos impositivos inferiores sino que responde al menor número de contribuyentes ocupados, a una elevada tasa de paro, a la existencia de un alto nivel de economía sumergida y a una progresividad del sistema por encima de los países del entorno.

Esa progresividad viene demostrada por un dato que revela el estudio: el 41% de la suma de la recaudación por IRPF y de las cotizaciones sociales a cargo del trabajador son satisfechos en España por las rentas altas, cuando apenas representan un 10% del total de contribuyentes.

Por tanto, la institución que preside Manuel Pérez-Sala considera que un aumento de la presión fiscal provocaría el efecto contrario al perseguido, ya que elevaría los obstáculos a la creación de empleo y alentaría la economía sumergida, que ya supone un 17,4% del PIB en nuestro país.

Además, los empresarios llaman la atención sobre el momentum que vive la economía española -sin la recuperación consolidada, alta inflación y abultada deuda pública- para desaconsejar medidas tributarias que perjudiquen la competitividad de nuestro tejido productivo.

Al contrario, consideran que la fiscalidad debe promover el crecimiento económico e impulsar la actividad empresarial a través de un sistema tributario siempre, transparente, eficiente, estable y neutral, sin efectos negativos en materia de seguridad jurídica.

Doble imposición

Por otra parte, destaca el informe el hecho «paradójico» de que España mantenga el Impuesto de Patrimonio, «figura extinta en la mayoría de la UE y en buena parte del mundo», al tiempo que se gravan Sucesiones y Donaciones y las ganancias de capital con tipos superiores a los de la UE. Ello hace que en el ranking de competitividad fiscal relativo a impuestos sobre la propiedad España ocupe el puesto 36 de los 37 países analizados.

No es conveniente, infiere el informe, mantener figuras impositivas que no existen en el resto de Europa o son residuales y que, además, suponen una doble tributación. Por ello, el Círculo reclama la supresión del Impuesto de Patrimonio y recomienda introducir elevadas exenciones en Sucesiones y Donaciones de modo que no se entorpezca el relevo generacional en las empresas familiares. Las empresas familiares representan el 90% del total, el 60% del valor añadido y el 70% del empleo privado, según datos del Instituto de la Empresa Familiar (IEF).

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