La banca española se deja 30.000 millones en Bolsa por el miedo a una nueva crisis financiera
Las entidades españolas sufren caídas en las últimas seis sesiones de hasta un 25% por el fantasma a un nuevo ‘crash’
Imagen de la Bolsa de Madrid. | Europa Press
Semana de infarto en los mercados y, en especial, en los bancos, que han visto cómo sus cimientos se removían a velocidad de vértigo. En España el sector parece preparado para lo que se avecina, pero ha sufrido un primer golpe del que tardará probablemente en recuperarse, ya que la inestabilidad seguirá reinando.
Según los cálculos realizados por THE OBJECTIVE, las entidades nacionales –Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankinter y Unicaja– han encajado unas pérdidas de casi 30.000 millones de euros en Bolsa (29.861 millones, en concreto) desde el pasado viernes, cuando las alarmas se encendieron tras la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank. Los efectos de esta caída se han sentido en todo el planeta y se han llevado por delante a Signature Bank y han puesto contra las cuerdas a First Republic y, sobre todo, a Credit Suisse.
Los inversores han entrado en pánico y han provocado un verdadero tsunami. Nadie quiere asumir pérdidas en caso de problemas mayores y se han activado las ventas de acciones a todo correr. Ventas que se suceden, eso sí, tras un rally alcista desde finales del año pasado, con lo que se están recogiendo beneficios en su mayor parte.
Sabadell y Bankinter, los bancos que más se desploman
El banco que peor evolución ha tenido en las últimas seis jornadas ha sido el Sabadell, la entidad que había protagonizado la revalorización más elevada del sistema nacional en lo que llevábamos de 2022. Su cotización se ha desplomado un 24,6% (1.702 millones) y su capitalización se limita a 5.200 millones.
Bankinter, por su parte, se ha dejado un 20% desde entonces, lo que reduce su valor en 1.214 millones, mientras que Caixabank ha sido el que más ha aguantado el arreón, con un descenso del 13,7% (4.205 millones). Santander, por su lado, ha cedido un 16,7% (10.569 millones); BBVA, un 17,2% (7.691 millones) y Unicaja, un 16,8% (531 millones)
Los bancos españoles, como los del resto del mundo, están por tanto sufriendo la inestabilidad y el fantasma de que se produzca un nuevo crash. La decisión del BCE de seguir con la subida de tipos no ha taponado la hemorragia bursátil, debido a las dudas de los inversores sobre la evolución de los acontecimientos.
Los expertos aseguran, como también lo hacen las autoridades, de que el riesgo de contagio en Europa a la crisis que viven algunas entidades en EEUU y Suiza (Credit Suisse) es poco probable, pero el vendaval de ventas en las acciones del sector no ha parado de crecer. Por lo que el miedo se ha instalado y su desaparición tardará. Solo una actuación decidida por los reguladores cerraría la herida que se ha abierto en canal estos días en los mercados, aseguran distintas fuentes a este periódico.
La mayor parte de los analistas considera que los bancos españoles están lejos de situaciones límite. Pero, como ha hecho el BCE, analizan pormenorizadamente sus balances para no dar un tropiezo. Lo más importante en estos momentos es conocer el estado de liquidez de cada uno de ellos y de la cartera de deuda pública de cada uno de los grupos financieros. Ambos parámetros en estos momentos se hacen imprescindibles conocer al detalle, ya que estas variables están detrás de las crisis sufridas por las entidades que han caído o están en serios problemas de supervivencia.
Debido a la subida de los tipos de interés, los bancos acumulan pérdidas latentes en los bonos estatales que tienen en su poder. Un agujero que tendrían que anotarse en caso de necesidad de venderlos ante una retirada masiva de depósitos. En el caso español, el conjunto del sistema sumaría un roto de unos 5.000 millones de euros, que en principio, sería más que asumible.
Además, todos los bancos de nuestro país resaltan la fortaleza de liquidez que poseen, que está por encima de sus rivales europeos y de las exigencias regulatorias. Santander y BBVA son los que presentan el menor escudo, pero es superior al de los grandes competidores continentales. Asimismo, destacan sus amplios ratios de solvencia, que servirían para afrontar pérdidas patrimoniales.
En las jornadas pasadas, pese a esta solidez y preparación, los nervios no han dejado sentirse en las sedes de los principales bancos, que veían atónitos como el miedo iba en ascenso y las acciones se desplomaban con una volatilidad no vista desde hace tiempo.
