La plantilla de Vodafone pide más detalles sobre el cambio de estrategia en España

Vodafone vivió un martes turbulento tras la batería de anuncios que se produjeron durante la presentación de los resultados de su año fiscal 2022-2023. La nueva CEO, Margherita Della Valle, comunicó que los negocios en España están bajo revisión y que se prevén cambios estructurales en el futuro más inmediato, algo que ha hecho saltar las alarmas entre los trabajadores españoles que piden más detalles sobre estos cambios y este nuevo plan estratégico, según ha podido confirmar THE OBJECTIVE.

Fuentes de la plantilla de Vodafone con los que ha hablado este diario reconocen que la situación es preocupante y por eso piden claridad en los mensajes. La compañía dijo que en España se optará por «nuevas oportunidades de creación de valor y crecimiento». La operadora se abre además a «cambios estructurales» tomando en cuenta «todas las operaciones potenciales» en nuestro país. Della Valle tampoco cerró la puerta a una desinversión, aunque puntualizó que era pronto para marcar una hoja de ruta definitiva en nuestro mercado.

Para la directiva, España es un mercado «obviamente muy difícil que no tiene un rápido arreglo«. Y, por si fuera poco, anunció la ejecución de 11.000 despidos en todo el mundo en los próximos tres años, aunque no se desglosaron estas salidas por áreas geográficas. En España, después de ocho ERE en 20 años y tres desde 2015, escuchar hablar de más despidos no es la mejor noticia para los trabajadores de Vodafone, incluso si es que se hace a nivel mundial.

Plan estratégico de Vodafone

En cualquier caso, en la plantilla confían en que los mensajes que llegan desde Madrid y Londres solo apunten a un cambio de estrategia. La versión oficial de Vodafone -y lo que se ha transmitido a la plantilla- es que la venta o salida de España no está sobre la mesa y que la «revisión estratégica» es un proceso estructurado para «identificar nuevas oportunidades de creación de valor y crecimiento», teniendo en cuenta «todas las opciones potenciales, mejorando el rendimiento de los activos existentes o aprovechando las nuevas oportunidades de negocio para promover un modelo de gestión empresarial diferente”.

Estas mismas fuentes confirman a este diario que el cambio de estrategia que pondrá en marcha el nuevo CEO de Vodafone España, Mario Váz, pasa precisamente por ser más agresivos, tanto en gestión de activos, como en comportamiento comercial. Esto es vender los activos que ya no son estratégicos como la red de banda ancha y tener un mayor protagonismo en la guerra comercial. Para aclarar estos puntos, la plantilla pide un encuentro formal con el nuevo consejero delegado, que ha mantenido reuniones selectivas con parte de los equipos, pero todavía no con los sindicatos ni con la totalidad de la plantilla.

Los trabajadores con los que ha hablado este diario muestran su preocupación porque la compañía ya puso en marcha hace dos años un plan estratégico para volver a crecer de la mano de su anterior CEO, Colman Deegan. Un proyecto basado en el crecimiento del negocio de empresas, el 5G en todas las poblaciones españolas y la monetización de su red de banda ancha fija. Sin embargo, el proyecto sufrió un importante varapalo tras fracasar sus negociaciones con MásMóvil para fusionarse, una operación que los amarillos terminaron cerrando con Orange.

Caída de los ingresos

«Lo único que se nos dice es que el objetivo es volver a crecer en ingresos y en Ebitda, pero nada sobre la nueva estrategia», dicen a este diario. Y agregan que hasta ahora todos los esfuerzos y cambios de rumbo que se han producido en el último lustro han tenido una escasa repercusión en el negocio. De hecho, en España los ingresos encadenan siete años de continuas caídas.

Este diario ya ha advertido que los últimos movimientos de Vodafone, en particular los que se producen a nivel de la matriz en Londres, llevan meses generando incertidumbre dentro de la compañía. Es por ello que piden una aclaración explícita a los nuevos gestores para poder saber cuál es la nueva hoja de ruta y qué debe hacer la plantilla para cumplirla.

La última vez que Vodafone aumentó sus ingresos fue durante el año 2020 de pandemia -aunque solo un trimestre- por lo que hay que remontarse al año 2016 para experimentar un crecimiento anual cuando sus ingresos fueron de 4.973 millones de euros. En el último año fiscal cerrado en marzo pasado los ingresos fueron de 3.907 millones, 1.000 millones menos en todo este periodo, un 21% de retroceso.

Venta de la red fija

Por otro lado, Vodafone Holdings Europe, que agrupa a todas sus empresas en España, perdió 463 millones de euros en el último ejercicio fiscal 2021-2022, tras apuntarse los costes de reestructuración de 85 millones por el ERE de 2021 con la salida de 442 empleados. En 2019-2020, Vodafone perdió 444 millones en España y otros 432 millones en el curso 2020-2021, un total acumulado de 1.339 millones de pérdidas en tres años.

Ahora la clave parece ser la venta de la red fija, aunque algunos fondos de inversión -con los que llevan meses negociando- quieren hacerse con todo el negocio de la compañía en España y a precio de saldo. Según Bloomberg, fondos como Apollo ofrecen 3.700 millones, muy por debajo de los 4.000 millones en los que el grupo valora sus infraestructuras de banda ancha, algo que Vodafone rechaza.

Valor de Vodafone

La valoración de Vodafone ha variado en los últimos años y ha pasado de valer 7.500 millones en la primera negociación con MásMóvil, pasando por los 6.000 en la segunda, hasta unos supuestos 3.700 millones que ofrecen los fondos. Lo cierto es que la compañía tiene un valor en libros de 5.282 millones, aunque las fuentes consultadas insisten en que los intangibles y su cartera de clientes de más de 11 millones de líneas fijas y 2,9 millones de banda ancha les da un mayor valor. En cualquier caso, la compañía vale más de lo que ofrecen estos fondos.

Frente a esta situación, ha irrumpido con fuerza la opción de cerrar un paco para compartir redes con Telefónica. El CEO de la operadora española, Ángel Vilá, ofreció un acuerdo, pero con la condición de que Vodafone apagase su red de cable (HFC), un procedimiento costoso y engorroso con una inversión de varios cientos de millones de euros. El pacto en todo caso debería ser refrendado por la Unión Europea, lo que haría más complejo llegar a un acuerdo.