Las empresas alertan de la escasez de materias primas e ingenieros para la eólica marina

La aprobación de los planes de ordenación marítima del Ministerio de Transición Ecológica no han ido acompañados de las ansiadas convocatorias para comenzar a desarrollar los proyectos. En medio de esta incertidumbre, varias empresas relacionadas con el sector, como promotores, constructores y astilleros, alertaron hace unas semanas de la endeble situación que sufren en España con la puesta en marcha de esta nueva energía: no hay barcos de apoyo, ingenieros, soldadores, materias primas -como el acero- para desplegar la eólica marina en 2030.

Mientras, el sector pesquero -que es la principal traba para el despegue de la eólica marina en España- anuncia que este mes presentará en el Tribunal Supremo su gran demanda, donde recoge toda la batería de argumentos jurídicos para tumbar los planes de la ministra Teresa Ribera. «Está casi lista», confirman desde el sector. Un documento que dará el pistoletazo de salida a una auténtica guerra jurídica entre el sector de la pesca y las empresas renovables y que estiman que pueda durar varios años.

A finales del mes de mayo, en un congreso que tuvo lugar en el Colegio de Ingenieros Navales y Oceánicos de España en Bilbao, varias empresas, durante una ponencia de la eólica marina -donde se encontraban representados en la mesa Navantia, Iberdrola, Gondán y la asociación española de la eólica- alzaron la voz por la escasez que sufría el sector para el desarrollo de la eólica marina.

Entre las intervenciones, destacó la de Navantia, que aseguró que para la cantidad de proyectos que tenían para la eólica marina necesitarían el triple de acero que ahora mismo consumen en un año. Por otro lado, también se alertó de que la producción de cadenas anuales que hay hoy en Europa apenas serviría para llevar a cabo la mitad de los proyectos que hay sobre la mesa. De esta forma, el escenario empuja a todas estas empresas a lograr un aprovisionamiento que será «un reto».

Durante aquella mesa, hubo una frase que retumbó entre los presentes de la sala. «La eólica marina ahora mismo era una fiebre del oro con hiperventilación que tiene que hacérselo mirar». Unas declaraciones que apuntan a una ‘burbuja’ de la eólica marina: se están estudiando más proyectos de los posibles en nuestro país.

De esta forma, las empresas no solo tienen que hacer frente a la escasez de demanda para puestos de trabajo o de oferta de materias primas, sino también al rechazo que dichas instalaciones generan para un sector importante de la economía azul: los pescadores. Desde las empresas se busca «una paz social fuerte para poder hablar de la eólica marina en España». Además, algunas compañías han afirmado a los pescadores que sin su apoyo será difícil llevar a cabo los proyectos.

Sin embargo, esta batalla entre pescadores y empresas de eólica marina no ha suscitado un gran interés entre los partidos políticos. De hecho, la petición que el sector de la pesca ha enviado hace más de diez días a los representantes de los partidos políticos, con el objetivo de comentar esta compleja situación, apenas ha recibido una respuesta: la del exdiputado de Unidas Podemos Pablo Echenique.

Los pescadores confían en que la eólica marina propuesta por el Ministerio de Transición Ecológica se frente. Basan sus argumentos jurídicos en el principio de precaución y en el del respeto a los ecosistemas. Para ello impugnarán el Real Decreto 150/2023 por la vía contenciosa porque, según sostienen, incurre en varias ilegalidades: desde el principio de proporcionalidad hasta el principio de respeto al medioambiente, pasando por la defensa de la actividad pesquera y de los caladeros tradicionales.

Por último, las empresas creen que su defensa puede estar mejor armada. «La generación de energía renovable es un bien de interés público superior, es decir, la Comisión Europea quiere que se desarrollen todas las renovables que sean posibles. No creo que esté por encima el principio de precaución a toda costa de la instalación de cualquier parque eólico marino. Además, los planes de ordenación marítima ya han reducido bastante las zonas», aseguran.