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El veneno de una araña podría ayudar a las víctimas de un ictus

Una proteína extraída del veneno de una araña podría proteger el cerebro tras sufrir un ictus, también conocido como infarto cerebral, según ha descubierto varios investigadores australianos. «Creemos que hemos encontrado por primera vez una manera de minimizar los efectos devastadores» de un ictus, ha dicho el profesor Glenn King, del Instituto de Biociencia Molecular en la Universidad de Queensland, en Australia. El descubrimiento fue publicado el lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

El veneno de una araña podría ayudar a las víctimas de un ictus

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Una proteína extraída del veneno de una araña podría proteger el cerebro tras sufrir un ictus, también conocido como infarto cerebral, según ha descubierto varios investigadores australianos. «Creemos que hemos encontrado por primera vez una manera de minimizar los efectos devastadores» de un ictus, ha dicho el profesor Glenn King, del Instituto de Biociencia Molecular en la Universidad de Queensland, en Australia. El descubrimiento fue publicado el lunes en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

La proteína, llamada «Hi1a», bloquea el mecanismo cerebral responsable de los daños provocados por un ictus. «Los estudios preclínicos demuestran que una simple dosis de esta proteína, administrada ocho horas antes de un ataque cerebral, protege los tejidos cerebrales y mejora enormemente la actividad neurológica», ha indicado el investigador. «Este descubrimiento nos ayudará a dar perspectivas más favorables a los supervivientes de un ictus, limitando los daños cerebrales y las secuelas devastadoras que provocan», ha asegurado King.

El ictus, provocado en algunos casos por la ruptura de un vaso sanguíneo, provoca la muerte cada año en el mundo de seis millones de personas y deja cinco millones de supervivientes con secuelas permanentes. «Uno de los aspectos más prometedores de esta proteína es que ofrece niveles excepcionales de protección durante las ocho horas posteriores a un ictus», ha indicado el profesor.

Esta proteína también ofrece cierto grado de protección a las regiones centrales del cerebro, las más afectadas por la falta de oxigeno consecuencia del ictus. «Ahora estamos trabajando en reunir los fondos necesarios para financiar ensayos clínicos y poder comercializar rápidamente este tratamiento prometedor», ha dicho King.

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