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«El actual director de la CIA previno del grave error de que Ucrania entrara en la OTAN»

Eugeni Bregolat fue embajador en Moscú de 1992 a 1997, durante la etapa de Boris Yeltsin tras la caída de la Unión Soviética

«El actual director de la CIA previno del grave error de que Ucrania entrara en la OTAN»

Eugeni Bregolat, exembajador español en Rusia | FLICKR

Eugeni Bregolat (Seu d’Urgell, Lérida, 1943) estuvo en dos etapas distintas trabajando en Rusia como miembro del cuerpo diplomático español. La primera, de 1974 al 1978, durante el mandato de Brézhnev. Tras la caída de la Unión Soviética, fue embajador de España en Rusia, de 1992 a 1997, coincidiendo con la llegada al poder de Boris Yeltsin.

En esta entrevista en THE OBJECTIVE explica que «varias voces» en Estados Unidos, desde Kissinger al actual director de la CIA, pasando por George Kennan, el pensador que inventó la política de contención de Rusia, alertaron sobre «las consecuencias épicas» de ampliar la OTAN hacia los países del Este de Europa. Aunque, especifica, esto «no justifica» en absoluto la invasión de Putin a Ucrania.

Pregunta. ¿Cuál cree que es el objetivo de Putin con esta invasión? ¿La anexión de Ucrania? ¿Asustar a Occidente?

Respuesta. Antes de empezar la guerra, el objetivo de Putin estaba muy claro. Era que Ucrania hubiese aceptado un compromiso formal de que no iba a entrar en la OTAN, que se hubiera declarado neutral. A estas alturas, lo que se oye es que parece que está pidiendo la neutralización y la desmilitarización de Ucrania. Entonces no hay mucha claridad sobre si después de haber empezado la guerra, el objetivo de Putin ha cambiado y está exigiendo más. Las posturas antes de la guerra eran irreconciliables. Ahora hay que ver si con estas negociaciones se llega a algún resultado y alguna de las partes cambia de posición. 

¿Cree que la guerra puede durar meses?

Esto es imposible de saber. Hay que ver lo que pasa en el campo de batalla, hay que ver cuáles son los efectos sobre cada uno de los dos países, la presión de la opinión pública sobre sus respectivos dirigentes. Hay una serie de variables, pero no soy capaz de discernir hasta dónde puede llegar esto. 

Ya que habla de la opinión pública, ¿cree que los rusos siguen apoyando a Putin en la intensidad que lo han hecho en el pasado?

Es evidente que en Rusia hay gente que no está de acuerdo con Putin, pero es difícil de saber cuántos son. ¿Cuál es la presión que esta gente puede hacer sobre el poder para que el poder cambie de posición? Es imposible de saber. Ahora mismo las opiniones públicas están actuando y están cambiando sobre la marcha y en función de los resultados que hay en el campo de batalla. Lo mismo en un lado que en otro.

La opinión pública de Ucrania también está haciendo una gran presión en vista de los daños que se están produciendo y con una parte de esta opinión que imagino que pide que se acabe el conflicto cuanto antes y otra parte que debe estar diciendo que hay que resistir. En este momento es imposible valorar el peso que tienen cada una de estas partes. 

«Las máximas autoridades de la política exterior americana previnieron las consecuencias épicas de ampliar la OTAN»

Usted dijo que Kissinger, entre otros, alertaron de que la entrada de Ucrania en la OTAN era una locura. 

En Estados Unidos lo ha dicho diversa gente. El actual director de la CIA llamó la atención siendo embajador en Rusia en el momento cuando se dio a Ucrania y Georgia esperanzas de que pudieran entrar en la OTAN. Este hombre, William Joseph Burns, como embajador de Estados Unidos en Rusia, previno de que era un grave error, que los rusos del color que fueran no lo iban a aceptar, y que esto Rusia nunca lo iba a olvidar.

Esto lo han dicho otras voces muy importantes en Estados Unidos, como es George Kennan, el principal pensador estratégico americano en el siglo XX, que inventó la política de contención de Rusia y que anticipó que el sistema comunista ruso acabaría hundiéndose. Cuando se hizo la primera ampliación de la OTAN ya dijo que esto era un enorme error que iba a tener consecuencias épicas. Efectivamente, Kissinger, que dirigió la política exterior de Estados Unidos, afirmó que lo que le correspondía a Ucrania era la finlandización, una posición neutral. Son opiniones de las máximas autoridades de la política exterior americana. Naturalmente, esto no puede justificar de modo alguno lo que está pasando, que es inadmisible, pero sí ayuda a comprender cuál es el malestar de Rusia y del que se ha venido avisando desde hace mucho tiempo.  

¿Cómo ve la figura de Zelenski?

Lo primero que hay que entender es que Ucrania es un país dividido, que tiene regiones de mayoría prorrusa como son Donetsk u Odesa. No digamos Crimea. Y hay otras regiones que no son prorrusas, básicamente el Dniéper divide estas regiones. Del Dniéper hacia el lado ruso, el Este, es básicamente zona prorrusa. Del Dniéper hacia el Oeste, es zona contraria. Aunque la cosa es más compleja y por supuesto en todos sitios hay mezcla de estos dos tipos de ucranianos.   

¿Y Zelenski gobernó para todos? ¿O de alguna manera pudo contribuir a dividir más el país?

Indudablemente él habrá gustado mucho a los nacionalistas ucranianos, y habrá gustado menos o nada a la otra parte. 

Algunos historiadores y ‘think tanks’ apuntan a que la covid puede ser la causante de una suerte de locura sobrevenida de Putin. ¿Da credibilidad a esta hipótesis?

Esto es especular mucho. Hace unos días apareció en la prensa una entrevista con François Holland, el antiguo presidente de Francia, que había negociado diversas veces cara a cara con Putin, y él y Merkel fueron los que en 2014 y 2015 apadrinaron los Acuerdos de Minsk entre Putin y Poroschenko, acuerdos que Rusia dice que nunca se han desarrollado, lo cual es verdad. Estos acuerdos incluían una federación con poderes muy amplios en Ucrania y, para los rusos, el desarrollo de estos acuerdos tendría que haber llegado a una federación en el que los sujetos de la federación, incluidos Donetsk y Lugansk, tengan poderes muy amplios hasta poder incluso vetar el ingreso de Ucrania en organismos internacionales, o sea, la OTAN. Si estos acuerdos se hubieran desarrollado, indudablemente Rusia hubiera tenido la sartén por el mango y no hubiera atacado.

¿Y sobre su locura?

Entonces, Holland, en esa entrevista dijo que Putin de loco no tiene nada, sino que es un hombre muy duro que va a lo suyo. Putin va a lo suyo. Y naturalmente que la guerra no gusta a nadie, pero que no se engañe nadie porque en Rusia hay mucha gente que considera que su país ha sido muy maltratado. Recordémoslo otra vez, Gorbachov lo regaló todo gratis, permitió que el pacto de Varsovia se disolviera sin utilizar la fuerza, retiró medio millón de soldados rusos de Europa oriental sin más, y la percepción de muchos rusos es que fueron muy maltratados, que cuando lo regalaron todo gratis se les trató mal, la OTAN se fue ampliando… Esto no quiere decir que lo piensen todos los rusos, pero lo piensan muchos, y tampoco quiere decir que justifique lo que está pasando. Este ataque no tiene justificación, no se puede aceptar.

«En Rusia hay mucha gente que considera que su país ha sido muy maltratado»

¿Putin es comunista o solo un nostálgico?

Él es un nacionalista ruso, que piensa que la inclusión de Ucrania en la OTAN vulnera la seguridad rusa de una manera totalmente inaceptable.

¿Cree que las sanciones de los países occidentales a los oligarcas rusos son útiles?

Europa, en esta ocasión, muy unida y en coordinación con Estados Unidos está imponiendo sanciones muy duras. Pero no creo que vaya a cambiar el curso de los acontecimientos. 

¿Cree que el Gobierno se ha equivocado en su demora al enviar armas?

No, yo creo que el Gobierno español lo que ha hecho está en línea con la política europea. Es lo que está haciendo Europa entera. 

¿El Kremlin tiene aliados en España?

No me meto en esto. Evidentemente, aquí, como en todos sitios, hay opiniones divididas, diversas… Es complejo.   

Usted fue embajador en Rusia del 92 al 93, tras la caída de la Unión Soviética. ¿Cómo ha cambiado el país?

Ha cambiado totalmente, desapareció el comunismo, se rompió la Unión Soviética. Desapareció el pacto de Varsovia, el imperio creado por Stalin al acabar la segunda guerra mundial también. El cambio ha sido inmenso, no hay palabras. 

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