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Adelanto editorial

Cuando Iglesias salvó la carrera de Díaz: «Lo pasa mal, tenéis que callar a esa gente»

THE OBJECTIVE publica un adelanto del nuevo libro de Luca Costantini sobre Yolanda Díaz, el escándalo que amenazó su carrera y el dosier de Podemos

Cuando Iglesias salvó la carrera de Díaz: «Lo pasa mal, tenéis que callar a esa gente»

Yolanda Díaz y Pablo Iglesias se funden en un abrazo en 2019. | Europa Press

Corría el año 2016 y Podemos había rozado el sorpasso al PSOE en las elecciones generales de diciembre del año anterior. Yolanda Díaz sentía que su apuesta era ganadora: esos jóvenes indignados liderados por Pablo Iglesias se paseaban por el Congreso como auténticas rockstars, y ella, algo más mayor y menos alineada ideológicamente con ellos, no quería dejar perder la oportunidad de su vida. Era el arranque de la XI legislatura y Díaz acababa de tomar posesión de su despacho en el Congreso, cuando desde Galicia llegó una noticia muy preocupante.

Uno de sus asesores en el parlamento regional, Ramiro Santalices, persona de su máxima confianza desde la época de Ferrol, había sido arrestado en el marco de una operación sobre pornografía infantil. La policía había irrumpido en el parlamento regional con sorpresa y enfado de Beiras, que seguía liderando el grupo de AGE. La primera reacción de Díaz fue cerrarse en el silencio. Ella sabía que años atrás, cuando estaba en Ferrol, unos compañeros de partido habían denunciado algo parecido. Pero había preferido no escucharles, tal vez había enterrado el asunto para que no fuera a más. Los denunciantes fueron apartados y expulsados.

Pero en 2016 las cosas habían cambiado, aquello era un momento en que los jóvenes regeneradores irrumpían en las instituciones pidiendo ejemplaridad y transparencia. Así que Díaz pidió ayuda directamente a Pablo Iglesias. En los chats internos del partido se multiplicaban las voces que pedían a Díaz dar la cara y explicar por qué si sabía algo de su asesor no lo denunció.

La presión subía de intensidad, hasta que intervino el secretario general del partido ordenando el silencio y un cierre de filas con ella (que formalmente pertenecía a Izquierda Unida). Iglesias salva a su amiga porque la considera una aliada en la guerra con Íñigo Errejón, aunque ignora los movimientos ocultos hacia él que THE OBJECTIVE publica hoy en exclusiva, como adelanto editorial del libro de Luca Costantini Yolanda Díaz: la seducción del poder (Esfera de los libros), que sale a la venta este miércoles:

El periodista Luca Costantini con el libro 'Yolanda Díaz: la seducción del poder'
El periodista Luca Costantini con el libro ‘Yolanda Díaz: la seducción del poder’. | Víctor Ubiña

Adelanto editorial: ‘Ordenadores que arden’

«El arresto de Santalices deja a Díaz aturdida. Los periodistas, sobre todo los de la prensa gallega, la persiguen por los pasillos del hemiciclo. Santalices fue hasta hace pocos días su principal asesor en Galicia. Es una persona de su máxima confianza. ¿Qué piensa hacer Díaz? ¿Y qué hará su partido, que ha señalado a todos sus contrincantes como corruptos o incapaces de dar ejemplaridad? Los primeros días reina el silencio. Díaz se esconde, se escabulle en los pasillos del Congreso. No da la cara. Quien, en cambio, sí se encuentra en el ojo del huracán es el viejo líder nacionalista, Beiras, ahora enfrentado a Díaz, pero que se ve obligado, al estar en Santiago de Compostela, a apagar el fuego de la polémica.

Santalices había sido retenido el lunes y después dejado en libertad con cargos. La policía había entrado en el Parlamento gallego el martes. Ese mismo lunes otros diputados del grupo admitieron haberse enterado del arresto, pero no habían comentado nada. Beiras, el líder del grupo político y compañero de despacho de Yolanda Díaz, una vez más no sabía absolutamente nada. 

«Lo sabía y no me dijo nada, debía habérmelo contado», grita por los pasillos del Parlamento gallego. Beiras se enfada también con el presidente de la cámara regional por haber permitido la entrada de los agentes. Pero el requerimiento judicial está en orden. Así que tiene que dar una rueda de prensa, a la que acude con Antón Sánchez, otro de sus protegidos. Anuncia una «rescisión cautelar de la relación laboral» de Santalices con el grupo político AGE. «El cordón sanitario hay que meterlo», zanja. Pero el enfado en su grupo es tan elevado que los de Beiras lanzan una nota oficial para decir que quien debe dar «explicaciones públicas» es Yolanda Díaz.

Díaz interviene unos días después. Admite la gravedad de la acusación, pero se escuda en el «asunto personal». «Lamentablemente, lo ocurrido no es política, sino un drama auténtico, un horror, yo creo que esa es la gran definición, y desde luego una cuestión horrible que es absolutamente privada». Traducido: ella no puede considerarse responsable de que su ex mano derecha enviara correos electrónicos de contenido explícito y buscara material pornográfico infantil desde ordenadores institucionales adscritos a su despacho. Pero sí comunica que Santalices ha sido suspendido de su cargo y de militancia. 

¿Qué había pasado en 2008?

El hombre de confianza de Díaz está siendo investigado por haber enviado correos e intercambiado contactos en el marco de una red de pornografía centrada en menores. La policía ha incautado el móvil del investigado, y aunque todavía es pronto para conocer el contenido, Díaz puede imaginar perfectamente de qué se trata.

Para hacerlo es suficiente rebobinar las memorias más recientes de su vida. Concretamente las del bienio 2008 y 2009, cuando tenía el control absoluto del partido y Santalices ejercía de número dos en el Ayuntamiento de Ferrol. En aquel momento, algunos compañeros del partido ya habían hallado material sospechoso. Otra vez, vídeos y fotografías de niños… Pero Díaz había hecho de todo para evitar la polémica, y ahora teme que se descubra esa conexión.

«Los chats arden y Yolanda Díaz pide ayuda directamente a Pablo Iglesias»

La noticia, en efecto, llega a Ferrol como una bomba atómica. Aquí, dos exmilitantes de IU, José Loureiro y Mercedes Salvatierra, que colaboraron en las primeras campañas electorales de Yolanda Díaz y que la conocen personalmente, saben a la perfección de qué va el caso. (…) 

El revuelo mediático despierta la resaca de aquella vieja polémica. Una periodista local que había seguido el caso se vuelve a interesar por los dos militantes que avisaron en vano a sus compañeros. Les dedica un artículo en el que ellos señalan directamente y sin ambigüedades a la diputada Yolanda Díaz. «Se perdieron siete años en los que hubo mucho sufrimiento, y hay responsables», acusan.

La portada del libro ‘Yolanda Díaz: la seducción del poder’. | Víctor Ubiña

En Galicia se genera una enorme polémica. El asunto llega a las altas esferas de Podemos. Los chats internos del partido morado arden. Los militantes gallegos piden aclaraciones y responsabilidades. Muy preocupada, Díaz pide ayuda directamente a Pablo Iglesias, quien siente el deber de defender a su amiga: «He hablado con Yolanda. Lo está pasando muy mal. Tenéis que mandar callar a toda esa gente», ordena a las personas que lideran el partido morado en la región.

Doble juego con Errejón

Se refiere en concreto a los dirigentes que tienen el poder de moderar los chats internos con los afiliados. Algunos manifiestan sus dudas. Sostienen que intervenir en los chats pidiendo calma y comprensión no sirve de mucho, sino todo lo contrario. Podemos se erige todavía en actor moralizador y regenerador de la política. Y todos cumplen con las directrices del jefe. Pero el resultado es nulo.

Los escépticos siguen manifestando su rechazo por la falta de transparencia y porque sospechan que Díaz ha encubierto u ocultado algo. Pero también en ese caso, Díaz, con la ayuda de Iglesias, logra que el incendio se apague. Por suerte para la diputada, ningún miembro del PP, del PSOE o Ciudadanos pide muchas explicaciones. El problema va perdiendo interés mediático, hasta el olvido definitivo. (…)

En el momento del arresto de Santalices y de la petición de ayuda de Yolanda Díaz a Iglesias, éste no puede saber que ese escándalo podrá algún día convertirse en un arma en sus manos. Sigue considerando a la política gallega una amiga, afín incluso en el choque interno con Errejón, que por aquel entonces estaba subiendo de intensidad. (…)

«Esos dirigentes confían a Errejón que su proyecto es el necesario para el futuro de Podemos»

Lo que Iglesias ignora es que Díaz, después de recibir su ayuda activa en el caso de su asesor acusado de pornografía, evita romper los puentes con el errejonismo. Formalmente respalda a Iglesias porque quiere, como él, una fusión con Izquierda Unida. «Creo que las cosas van bien entre Podemos e Izquierda Unida Federal. Es absolutamente imprescindible, son multitud de organizaciones, no van a ser una suma de siglas, vamos a ser una especie de marea estatal para derrotar al búnker», afirma. Pero los suyos siguen manteniendo encuentros confidenciales con Errejón, quien, en cambio, no quería saber nada de fusiones cuando viaja a Galicia.

Un dosier en manos de Podemos

Hablan con él. Lo hace, entre ellos, Antón Gómez-Reino, en teoría también amigo íntimo de Iglesias. Uno de esos encuentros se celebra en un bar en las cercanías de la estación de trenes de La Coruña, adonde Errejón llega y desde donde sale. En sus conversaciones, esos dirigentes titubeantes confían al número dos que, aunque están adscritos a la corriente de Iglesias, su proyecto es el ganador y necesario para el futuro de Podemos. 

¿Está Yolanda Díaz y sus afines haciendo algo parecido a un doble juego? Miembros de la excúpula de Podemos en Galicia así lo aseguran hoy en día. Y con el tiempo, también Iglesias se dará cuenta de ello. Pero en 2016 el secretario general considera que ella es una de sus protegidas, así que cuando se repiten las elecciones en junio, volverá a dar su visto bueno a su puesto en las listas. Iglesias está preparando a sus tropas y en ese momento necesita a todos los activos del Partido Comunista en el que militó durante la juventud.

Más adelante, muchos años después, el asunto de esos ordenadores calientes en la sede de IU de Ferrol y en el Parlamento gallego reflotará para entrar a formar parte de un dosier sobre Yolanda Díaz, quien, mientras tanto, se habrá convertido en la flamante ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda de España». 

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