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Vox renuncia a cuatro regiones, pero exigirá gobernar en Comunidad Valenciana y Baleares

El partido que preside Santiago Abascal presionará para entrar en dos ejecutivos y hacer bandera de la lucha contra el «pancatalanismo» desde la Educación

Vox renuncia a cuatro regiones, pero exigirá gobernar en Comunidad Valenciana y Baleares

El líder de Vox, Santiago Abascal, interviene durante una rueda de prensa el 29 de mayo de 2023, en Madrid (España). | Europa Press

Tras los resultados arrojados por las urnas el pasado 28 de mayo, Vox se sabe decisivo en seis regiones españolas, pero eso no significa que aspire a gobernar en todas y cada una de ellas. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la formación que preside Santiago Abascal, inmersa en un proceso de debate sobre los pactos a rubricar con el Partido Popular, se conforma con entrar en los ejecutivos de la Comunidad Valenciana y de las Islas Baleares.

«Hay gobiernos de los que no quieren formar parte por el trabajo que supone, así como por desgastar al PP de cara a las generales», admite una fuente cercana a Bambú, sede nacional del partido y enclave donde se encuentran ahora mismo «centralizadas» las negociaciones. En el primero de los casos, el ejemplo más paradigmático es el de Cantabria. «Ahí están aliviados de que no haya gobierno porque no dan de sí», explica esta fuente en referencia al equipo de Leticia Díaz.

Por eso celebran que Miguel Ángel Revilla (PRC) esté dispuesto a facilitar la investidura de la popular María José Sáenz de Buruaga, por cuanto creen que ayudará, además, a que el «PP se muestre tal y como es», según desliza una persona cercana a la cúpula de Vox. Entre las regiones que quieren utilizar para desgastar a los populares antes del 23 de julio se encuentra también Extremadura. Ahí saben que María Guardiola no quiere saber nada de ellos, y por eso mismo no forzarán una negociación: no le darán gratis sus votos y la culparán de la falta de entendimiento.

«Primero debería entenderse con su propio partido», deslizan desde la formación a la derecha del PP, en referencia a la incompatibilidad de que Alberto Núñez Feijóo pida que se deje gobernar a la lista más votada y su líder extremeña quiera presentarse a una investidura con casi 6.000 votos menos que Guillermo Fernández Vara.

La repetición electoral no es, por tanto, descartable en esta comunidad autónoma. Tanto en Murcia como en Aragón la solución más viable para evitar un bloqueo o un gobierno de izquierdas es un pacto de mínimos sobre cuestiones como la reducción del gasto político o la derogación de las leyes autonómicas de memoria histórica.

Comunidad Valenciana y Baleares

Sin embargo, la cúpula de Vox, tal y como adelantó este medio, sí tiene previsto amarrar Comunidad Valenciana y Baleares. Primero, porque su fuerza ahí es mayor que en el resto de regiones: 14 y 8 escaños, respectivamente, frente a los 40 y 25 del PP. Y también porque «quieren poder atacar desde las instituciones el pancatalanismo». La intervención en la Educación frente al «adoctrinamiento nacionalista» sería una medalla en la gestión que podrían colgarse como ha sucedido con el recorte en el presupuesto de los sindicatos en Castilla y León.

Si uno lee entre líneas, la formación ya está allanando el terreno en sus apariciones públicas. El portavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, ha admitido este jueves que las negociaciones con el PP «serán distintas en función del respectivo porcentaje, de la fuerza de los partidos o de las necesidades locales de cada una de las regiones». «Con toda seguridad, no será lo mismo Murcia que Valencia o Baleares», ha deslizado en esta misma línea Jorge Buxadé.

Nada antes del 23-J

En este cruce de declaraciones, Alberto Núñez Feijóo ha alejado este jueves en El programa de Ana Rosa la posibilidad de pactar con Vox en cualquiera de esas autonomías. «Si esa fuerza quiere derogar el sanchismo, está en disposición de facilitarlo. Si lo que quiere es tener ministerios o consejerías eso es otra cosa, pero que lo digan claramente», ha sostenido antes de insistir en que la voluntad de su partido es «gobernar en solitario» porque «se ha ganado claramente».

Lo que subyace detrás de las palabras del dirigente gallego es la voluntad, tal y como adelantó este medio, de posponer los pactos hasta después del 23-J. Así se busca desactivar uno de los motivos que han llevado a Pedro Sánchez al adelanto de los comicios: la activación de nuevo de la «alerta antifascista» a fin de movilizar al electorado de la izquierda. La estrategia de Génova es asumida desde Bambú.

Feijóo y Abascalque llevaban meses sin hablar, conversaron telefónicamente este pasado lunes por la mañana para felicitarse por los resultados cosechados. Es el primer paso de un deshielo que podría terminar con un pacto para gobernar en coalición Comunidad Valenciana y Baleares. Y quién sabe si Moncloa.

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