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Política

El 'manual' de Vox contra la tibieza del PP: «Tiene las ideas de Vicente; va donde va la gente»

La Fundación Disenso, presidida por Santiago Abascal, publica el ensayo ‘¡Menos ideas y más moderación!’

El ‘manual’ de Vox contra la tibieza del PP: «Tiene las ideas de Vicente; va donde va la gente»

El presidente de Vox, Santiago Abascal (I), junto al vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo Frings (C), en un acto sobre la cultura. | Europa Press

«Esas palabras, ‘templado’ y ‘moderado’, atañen o bien a la cobardía política, o bien a lo artero, o a bien a lo seductor. Una cosa moderadamente buena no es tan buena como debería ser. Tener un carácter moderado es siempre una virtud, pero ser moderado en los principios constituye siempre un vicio».

Con esta cita de Thomas Paine comienza el libro ¡Menos ideas y más moderación! De cómo buena parte de la no izquierda dejó de pensar y acabó por cifrar su gran apuesta político-ideológica en ‘moderarse’. Este ha sido publicado por la Fundación Disenso, el think tank de Vox que preside el propio Santiago Abascal, y ha sido coordinado por Miguel Ángel Quintana Paz, filósofo y colaborador habitual de THE OBJECTIVE. Con él pretende «armar» teóricamente a «aquellos con fobia al mundo al que nos conduce la derecha moderada y la izquierda en su conjunto». Es decir, preparar a esa nueva derecha -en términos del politólogo argentino Agustín Laje– para la batalla cultural.

La derecha, arguye Quintana Paz en este ensayo polifónico, ha sufrido de un menosprecio crónico hacia los intelectuales. Hasta Francisco Franco advirtió a su director de Propaganda, Pedro Rocamora, que «no se fíe de los intelectuales». Más que una anécdota, un rasgo proverbial que pervive en la «no izquierda» (término preconizado por Pedro Herrero que aglutina a liberales, conservadores y patriotas). 

Borja Sémper -o Borja Cénter, como lo rebautizó Víctor Núñez– es uno de los ejemplos paradigmáticos de esta supuesta abdicación, pues al portavoz del PP se le cita en dos ocasiones. Y no en términos muy elogiosos, sino para criticar que no tiene «nada que defender», remitiéndose a una entrevista en El Mundo en la que enunciaba su intención de «sumarse a los liderazgos que ya hay en la sociedad».

La derecha habría disuelto sus principios para seguir la corriente como horizonte político, según se extrae de las declaraciones de Sémper. Arguye el abogado Urko Heller (pseudónimo) que «la única defensa feroz que la derecha está dispuesta a perpetrar es la unidad nacional», más allá de su obsesión por «generar camarillas y grupos de interés que luchan única y exclusivamente en los despachos para repartirse el poder».

¿Cuándo se jodió la derecha?

Pero, ¿cuándo se jodió la derecha? Aquí hay más disenso, pero Heller apunta al aznarismo. Y es que ni siquiera el expresidente popular se salva de la quema en este informe. «Fue el aznarismo también la consagración del discurso liberal conservador y ‘meritocrático’ en la derecha, divorciando para siempre al conservadurismo español de cualquier preocupación social o de cualquier defensa de un patrimonio común no simbólico -más allá de la unidad nacional-, así como la sacralización del éxito y del papel virtuoso de las élites económicas», sostiene Heller.

Pero la sublimación llegó con Mariano Rajoy, quien, apunta Quintana Paz, pecó del «manejo insensible y puramente tecnocrático de la crisis económica, la continuación de la hoja de ruta zapaterista con la izquierda abertzale, la negativa persistente y pueril a derogar cualquier legislación ideológica y cultural del zapaterismo, por no hablar de la absoluta indiferencia ante el desafío independentista en Cataluña». Además, según denuncia el manual cultural de Vox, «cometió la insensatez de estimular la creación de un partido de izquierda radical como Podemos» con efectos aún palpables.

Y es que el PP actual, liderado por Alberto Nuñez Feijóo, continúa esta senda. Dice el profesor Óscar Monsalvo que «la derecha moderada ha renunciado a participar en todos los debates esenciales de nuestro tiempo, y al hacerlo ha permitido que las posturas particulares de la izquierda más extremista y fanática se conviertan en el nuevo consenso social». Esta derecha no ha entendido, apostilla, que la batalla cultural es necesaria para «la posibilidad de que la derecha pueda volver a gestionar algo a nivel nacional»: «La decisión no consiste en hacerla o no, sino en entenderla o ignorarla».

Ataques constantes al PP

Como se habrá figurado ya el lector, los ataques al PP con constantes, pero se podrían resumir en que sus ideas son «las del famoso Vicente. Aquel que va donde va la gente». En contraste, se loa a Vox por «la inusitada atención que (…) está prestando ya a los grandes debates de ideas de nuestro tiempo»: «Parece un espacio donde sí se ha captado, como afirmaría Richard Weaver, que ‘las ideas tienen consecuencias’».

Entre tanto ataque -velado y directo- Pilar Rodríguez Losantos, asesora de José Luis Martínez-Almeida, defiende la labor del alcalde y de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, por haber «defendido con uñas y dientes durante la pandemia su modelo de gestión». Losantos también critica la moderación, pero desde un punto de vista no ideológico: «Ser blando es un fracaso moral, personal y, sobre todo, estratégico».

Un éxito «poco moderado»

La Fundación Disenso ha contado con algunas otras firmas de primer nivel, afines al partido al que nutre de ideas, tales como el historiador Pedro Carlos González Cuevas, el ensayista José María Marco, la politóloga Vanesa Kaiser o el periodista José Javier Esparza. El libro acaba de ser publicado y, según ha podido saber THE OBJECTIVE, leído por las principales cabezas pensantes de Vox. Su coordinador, Miguel Ángel Quintana Paz, espera que tenga un éxito «poco moderado».

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