Izquierda Española celebrará un congreso tras las europeas para afianzarse como partido

Izquierda Española ha llegado para quedarse. Este es el mensaje que sus miembros trasladan a sus interlocutores y a la opinión pública. El nuevo partido capitaneado por el abogado Guillermo Del Valle hará su debut en los comicios europeos del próximo 9 de junio. Hay cierto optimismo por una formación que quiere romper el tablero político, señalando al mismo tiempo su lejanía de los conservadores y de una izquierda que pacta con los nacionalistas. Sus promotores no quieren ser encorsetados en el espacio de la izquierda alternativa al PSOE, donde acabó Unidas Podemos y ahora la formación de Yolanda Díaz. Miran de cara a Pedro Sánchez, a quien critican sin ambages: buscan el voto de todos aquellos que se definen de centro-izquierda, sin complejos a la hora de emplear la palabra España y reivindicar la «igualdad». En breve arrancarán un proceso de construcción de partido, con diferentes pautas, que desvela este jueves THE OBJECTIVE.

El partido Izquierda Española, recién inscrito en el registro oficial y que recoge el trabajo de la plataforma El Jacobino a lo largo de estos años, celebrará después de los comicios europeos su primer congreso. Este será el momento central en la construcción de una formación política de izquierda antinacionalista, abierta a escuchar e incluir a diferentes corrientes socialista, poscomunista y socialdemócrata. Del Valle, actual secretario general in pectore (se debe registrar formalmente y deberá ser ratificado en el congreso), será probablemente el candidato al Parlamento Europeo, en una lista que contará con referentes de familias políticas como el PSOE, Izquierda Unida y Ciudadanos.

A la espera de la campaña electoral, Izquierda Española empieza a construirse como partido, aunque sea de forma parcial. Según ha sabido este diario, la organización contará con dos órganos internos. Por un lado, un Comité Ejecutivo nacional, que será el encargado de perfilar los principales ejes de campaña y oferta política. Y por el otro, un Consejo Político encargado de la fiscalización interna, con tareas consultivas y de ayuda en el diseño del programa (además del control de la tesorería). El primer congreso definirá el organigrama definitivo y los principales cargos de la formación.

Campaña electoral

Izquierda Española prepara también algo parecido a un desembarco territorial que sirva de embrión para la construcción del nuevo partido. La formación izquierdista tiene recursos todavía limitados, por lo que se espera que active pronto una campaña de recaudación de apoyos. Para una campaña electoral como la de las europeas, donde se vota en circunscripción única (es decir, sumando votos a nivel nacional), hace falta dinero para difundir un mensaje en los medios y las redes sociales, además de la organización de mitines y encuentros públicos.

Podemos sorprendió en su día a los dirigentes de IU por el músculo financiero del que gozaba en su estreno en 2014, y de ahí las sospechas compartidas por muchos dirigentes de aquella época de que el respaldo procedente de América Latina fue clave en el éxito de Pablo Iglesias. Yolanda Díaz presumía en su círculo privado de tener alrededor de cuatro millones de euros para preparar las elecciones generales. Izquierda Española difícilmente podrá alcanzar cifras semejantes, pero sabe que necesitará apoyos para convertirse en la gran sorpresa electoral de este año.

Organización aparte, en lo ideológico hay poco debate sobre los ejes que seguir. El rechazo del nacionalismo, de las cesiones de la izquierda durante la etapa sanchista, del «identitarismo» como elemento divisorio de la sociedad, así como la defensa del laicismo y de recuperar competencias en Sanidad y Educación son asuntos centrales de su propuesta. Y más en general una reivindicación de la igualdad (la «fuerza de la igualdad») y de un feminismo que rehuya de los postulados de Irene Montero, serán otros puntos importantes de su oferta política.

Los «huérfanos» de Sánchez

Con una idea de fondo, inspirada en valores republicanos franceses (no es casual que la izquierda republicana del país galo esté mirando con interés a la propuesta de Izquierda Española), para reactivar al votante de centro-izquierda «huérfano» por las cesiones de Sánchez a los independentistas, y que se reconozca en la defensa de la unidad nacional y del Estado democrático en su sentido tout court. Todos elementos que, no obstante, se abordarán con más profunidad más adelante, después de la celebración del primer congreso.

En su reciente entrevista con el periodista Carlos Alsina, Del Valle atacó a Sánchez a quien calificó de un líder sin ideología, interesado únicamente en su «supervivencia» personal. Esta percepción, que circula con más fuerza incluso entre votantes socialistas, según detectan las últimas encuestas publicadas, podría tener a partir del próximo 9 de junio un nuevo partido a quien dirigirse. Todo ello sin renunciar a distanciarse del PP y de Vox, pero rechazando el relato del «muro» que Sánchez usa para legitimar la amnistía a los condenados y encausados del procés, tanto dentro como fuera de España.

Rechazo de la «plurinacionalidad»

Tras esta entrevista en OndaCero, afines al presidente y otros miembros destacados de Sumar han criticado en las redes sociales a Del Valle, quien ha aprovechado para explicar su crítica con la deriva «identitaria y nacionalista» de la izquierda en España. Afines al nuevo partido coinciden en considerar que esos ataques revelan que algo se mueve en el espacio de la izquierda, y que la coincidencia del nuevo PSOE de Sánchez y con los impulsores de la «plurinacionalidad», es decir Podemos y Sumar, pasarán factura a los socialistas.

El desafío de Izquierda Española también tiene también que ver con la voluntad de reabrir el debate sobre la narrativa filonacionalista que la izquierda ha defendido casi sin fisuras desde la llegada de Sánchez a la Moncloa. Y también para medir el nicho electoral de aquellos que se definen de izquierda, pero rechazan debilitar las instituciones a cambio de lograr el apoyo parlamentario de los nacionalismos periféricos. Para todo ello la hoja de ruta de Izquierda Española cuenta con dar a conocer su marca en las próximas elecciones europeas de junio, para después afianzar una formación política de corte tradicional, con ramificación territorial, referentes intelectuales, presencia en el mundo del trabajo y capacidad de atraer a votantes de diferentes edades. Izquierda Española ha llegado para quedarse, aseguran sus partidarios.