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La UE amenaza con abandonar el Tratado de la Carta de la Energía

Varios Estados miembros, entre los que se encuentra España, alegan que el tratado choca con sus objetivos climáticos

La UE amenaza con abandonar el Tratado de la Carta de la Energía

Aerogeneradores en Esgos, en la provincia de Orense. | Agostime (Europa Press)

La UE tiene intención de abandonar el Tratado sobre la Carta de la Energía. El acuerdo internacional obliga a los firmantes a establecer una normativa para, entre otras cosas, garantizar las inversiones extranjeras. Varios Estados miembros, entre los que se encuentra España, alegan que el tratado choca con sus objetivos climáticos. La propia Comisión Europea ha notificado su decisión a las empresas afectadas por la retirada de primas a las renovables por Mariano Rajoy hace una década, tal y como ha podido confirmar THE OBJECTIVE.

La Carta de la Energía se firmó en 1991. Su objetivo era incrementar las inversiones en materia de energía de las compañías occidentales en los países de la URSS y Europa Oriental al final de la Guerra Fría. La integran más de medio centenar de países, de los que el 90% son miembros de la UE. Según ha adelantado Bloomberg, las autoridades continentales tienen pensado anunciar esta misma semana su retirada del tratado, que ofrece a las empresas una vía para reclamar a través del Ciadi, una institución dependiente del Banco Mundial.

Las compañías afectadas por el cambio de normativa en España han presentado 55 procedimientos, más de una veintena resueltos a favor de las empresas. El Estado deberá indemnizarlas con más de 1.200 millones de euros, a lo que habría que sumar otros 250 millones en concepto de sobrecostes judiciales e intereses financieros. Otra veintena de laudos continúan aún sin resolverse. El problema se remonta a 2007, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero puso en marcha un plan de apoyo que eliminó Rajoy seis años después.

Decisión «inminente»

La Comisión Europea ha advertido a las empresas afectadas su decisión de retirar en bloque a los 27 miembros del tratado de forma «inminente». La excusa es que varios países se oponen a la Carta de la Energía porque las compañías pueden usarla contra los gobiernos para frenar la transición verde en la que está inmersa la UE. Italia ya abandonó el tratado en 2015, mientras que Francia, Países Bajos, Polonia, Bélgica y España llevan meses presionando para seguir el mismo camino.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunció en octubre que había solicitado abandonar el tratado firmado en los años noventa. Los expertos jurídicos consultados por este diario afirman que la espantada no cambia la situación, ya que las decisiones no tienen carácter retroactivo, por lo que España deberá pagar antes o después. Las autoridades continentales han venido defendiendo en los últimos meses una versión modernizada del tratado con el objetivo de reducir la cláusula de extinción que protege las inversiones.

Fuentes de las empresas afectadas sostienen que el Tratado de la Carta de la Energía estaba en vigor cuando se aprobaron las primas a las renovables y también cuando se retiraron de forma retroactiva, «de modo que no habrá ningún cambio». En su opinión, el acuerdo contempla una cláusula de salida mediante la cual los países que dejan el tratado siguen vinculados a sus procesos por un periodo de 20 años. Denuncian que la decisión de la UE generaría más inseguridad jurídica en el sector.

La salida de la UE del Tratado de la Carta de la Energía era un secreto a voces que parece que se va a confirmar ahora. El pasado febrero, la Comisión Europea reconoció que había asumido «la inevitable» retirada coordinada ante la falta de una mayoría cualificada entre los 27 para aprobar el texto modernizado, después de que Alemania, España, Francia y Países Bajos se abstuviesen en la votación para dar un mandato a Bruselas.

Una retirada coordinada

El 7 de febrero, la Comisión Europea presentó un documento a los Estados miembros con varias opciones para avanzar en el Tratado sobre la Carta de la Energía. Entre las posibles soluciones se incluía una retirada coordinada. En marzo se celebraron nuevos debates. Se aseguró que cuando hubiese claridad en el Consejo sobre el camino a seguir, el Ejecutivo comunitario presentaría una propuesta de decisión.

Unos meses antes, el 24 de noviembre, la otra gran institución con peso en la UE, el Parlamento Europeo, ya había dado luz verde a una resolución sobre los resultados de la modernización del Tratado sobre la Carta de la Energía en la que pedía la retirada de la Unión y de sus Estados miembros de dicho tratado.

La previsible salida del acuerdo energético puede darse justo cuando las relaciones entre Rusia y la UE se encuentran en el peor momento en décadas. Un escenario que crea una paradoja ya que el tratado, como se ha mencionado, nació precisamente para despegar el potencial energético entre los incipientes territorios que nacían tras la caída de la URSS.

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