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CCOO convoca una protesta contra Bolaños y desata un cisma sindical en Justicia

El resto de sindicatos aboga por darle un margen para negociar el sueldo de los funcionarios de la Administración

CCOO convoca una protesta contra Bolaños y desata un cisma sindical en Justicia

Manifestación de los funcionarios de Justicia el pasado julio en Logroño. | Alberto Ruiz (Europa Press)

Félix Bolaños se enfrentará el miércoles a su primera protesta como ministro de Justicia. CCOO ha convocado una concentración frente a la sede del ministerio, tal y como había amenazado si el Gobierno no convocaba de forma inminente una reunión para negociar el aumento salarial prometido a los funcionarios de Justicia. El resto de sindicatos se ha desmarcado de lo que consideran «un movimiento unilateral» y le acusan de romper la unidad de acción. Reconocen que el conflicto continúa, pero abogan por dar un margen de tiempo al nuevo equipo, que desembarcó hace apenas unas semanas.

Los sindicatos recibieron a Bolaños con una exigencia: reunirse lo antes posible para abordar las mejoras retributivas y organizativas de los funcionarios de Justicia. Eran conscientes de que el nuevo equipo necesitaba tiempo para presentar una oferta en firme y quedaron en otorgárselo, pese a que el número dos del departamento conoce bien el conflicto porque fue el encargado de negociar con ellos durante la etapa de Pilar Llop.

CCOO se desmarcó anunciando movilizaciones si el Gobierno no concretaba una oferta de negociación «inmediata». Dicho y hecho. La organización que lidera Unai Sordo ha convocado a todos sus delegados sindicales de Justicia este miércoles en Madrid para protestar ante la sede del ministerio porque «ni el ministro Bolaños ni el secretario de Estado aceptan un compromiso público y oficial para dar una salida negociada al conflicto de los trabajadores de la Administración de Justicia».

El continuismo de Bolaños

«Nos parece que no es el momento de quedarse quieto. No se puede demorar más la situación. Solo de esa manera se evitará que el conflicto se encone y haya que convocar una nueva huelga», explica Luis Calero, portavoz de CCOO, a THE OBJECTIVE. En su opinión, la designación de Manuel Olmedo como secretario de Estado de Justicia debe facilitar las cosas, ya que «no hay nada que explicarle, conoce todos los detalles de la negociación y basta con que cumpla sus compromisos».

Olmedo llamó a los sindicatos en octubre para asegurarles que habría acuerdo tras la investidura de Pedro Sánchez. Los funcionarios de Justicia reclaman desde abril un aumento salarial de entre 350 y 430 euros al mes, «en concordancia» con el incremento pactado con los letrados apenas unas semanas antes. Los paros parciales se convirtieron en una huelga indefinida el 22 de mayo, días después de que el Gobierno aceptara subir los sueldos de jueces y fiscales, que amenazaron con la huelga.

Las organizaciones sindicales intensificaron entonces sus protestas, pero las suspendieron por la inminencia de las elecciones generales. No obstante, prometieron retomarlas si el nuevo Gobierno no se sentaba a negociar. CCOO considera que ha llegado el momento de cumplir su promesa. El resto de sindicatos les acusa de romper la unidad de acción, algo que niega tajantemente Calero: «Estamos abiertos a ir de la mano, sin perjuicio de que ahora no coincidamos».

«Si el Ministerio de Justicia no reacciona, seguiremos adelante con contundentes protestas y más actos reivindicativos en las próximas fechas», revela CCOO en una nota. En ella se invita al resto de sindicatos a participar en la concentración, aunque estos han declinado hacerlo. «No nos sumamos porque no existen motivos para concentrarse ahora. Los responsables políticos acaban de llegar y hay que darles un margen», sostiene un dirigente de otro sindicato.

La llamada de Olmedo

Otro líder sindical asegura que le ha sorprendido la concentración que ha organizado CCOO. Así se lo ha trasladado a sus responsables. En su opinión, no es el momento de iniciar las movilizaciones porque el nuevo equipo de Justicia tiene disposición al diálogo: «Mi impresión es que nos llamarán muy pronto para reunirnos y que habrá acuerdo». Para el resto de sindicatos se trata de «un movimiento unilateral» y, aunque no son partícipes, respetan la decisión de sus compañeros.

La decisión abre una división en la hasta ahora conjunta defensa de los intereses de los 45.000 funcionarios de Justicia. «No sé si es división; cada sindicato tiene su forma de hacer las cosas. Ellos ya dijeron que no iban a otorgarle ni un día al nuevo equipo y así lo han hecho», justifica un responsable sindical la decisión de CCOO. Otro compañero, en cambio, les acusa de dinamitar los puentes: «Olmedo ya estaba en la etapa anterior, pero no tenía la posición que tiene ahora. Y Bolaños acaba de llegar».

El nuevo ministro decidió optar por una línea continuista y promocionó a Olmedo como número dos. El nuevo secretario de Estado ejerció la pasada legislatura como secretario general para la Innovación y Calidad del Servicio Público y fue el interlocutor del Gobierno que les negó el aumento salarial.

Esta designación abrió la primera brecha entre los sindicatos. Mientras unos apostaban por otorgarle un margen de confianza, CCOO criticó que fuese «uno de los protagonistas en su antigua responsabilidad del clasismo indecente del Ministerio de Justicia». Según ha podido saber este diario, Olmedo llamó la semana pasada a los portavoces sindicales para mostrarle su disposición a negociar, aunque rechazó comprometerse a darles una fecha concreta.

Elecciones sindicales

«Manejan la misma información que los demás. Nos extraña que convoque la concentración», se sincera un dirigente de otro sindicato. En su opinión, se trata de una estrategia para que no se hable de las recientes elecciones, en las que CCOO ha perdido una treintena de delegados. Se unen al medio centenar que se le escaparon hace cuatro años. Con 150 representantes, ha sido relegada a la tercera fuerza en Justicia, por detrás de CSIF (269) y STAJ (256) y solo por delante de UGT (95).

Calero niega que exista una intención oculta en la convocatoria. «No queremos entrar en guerra con los compañeros. Hemos pensado con nuestros afiliados que no hay que bajar la guardia para que el Gobierno no olvide que el conflicto sigue vigente. Nos hubiese gustado que el resto se sumara, ir todos juntos, pero entendemos que no lo hagan», insiste el portavoz de CCOO.

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