La política que falta en Cataluña
Con los otros humores del país aliviándose en la calle, como tunos de madrugada, casi se nos olvida Cataluña, que sigue en su españolísima vuelta al ruedo (los sediciosos han llegado ya a ese mismo bordado de ridiculez y gravedad que tiene el torero, como un payaso de la muerte o un guerrero de cabaret).