Khat, así es la droga africana barata cada vez más presente en España

Su nombre científico es catha edulis o cata, aunque se la conoce popularmente como khat. También se le llama «qat», «cat», «gat», «qaad», «tschat», «mairungi», o «miraa», según la zona de África, mientras que en Europa se la denomina «cocaína africana» o «droga africana». En todo caso, el nombre más extendido de esta droga que cada vez se ve más por España es khat y tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil la conocen y saben que se trafica con ella en nuestro país. Algo que, aunque es de uso común en muchos países de África y Oriente Medio, está prohibido en Europa y también en Canadá y Estados Unidos.

Catha edulis es un bonito árbol o bien un arbusto originario de las zonas tropicales de África oriental. Llega a alcanzar entre cinco y ocho metros de alto y sus hojas verdes miden de cinco a 10 centímetros, mientras que las flores son pequeñas y tienen cinco pétalos blancos. Sus frutos son pequeños y contienen entre una y tres semillas. Se trata de una planta que se utiliza en África como medicinal, aunque está considerada como alucinógena y también se le da un uso recreativo que, en todo caso, puede resultar peligroso. Es una droga destinada solo a los hombres: en África las mujeres cultivan las plantas pero tienen prohibido su consumo.

Un potente y peligroso psicoestimulante

La planta contiene moléculas como la catina y la catinona, que son de los psicoestimulantes más adictivos y potentes que existen. Hay quienes mencionan que sus efectos son similares a los que produce la anfetamina. Por ello, en España su uso legal está restringido y solo se permite a través de algunos fármacos. Lo curioso es que es legal disponer de la planta en casa, lo cual no deja de ser un tanto contradictorio.

Probablemente no sabríamos de esta droga que se utiliza en África desde hace siglos si no fuera porque su presencia en Europa y en España ha ido en aumento y tiene muchos adeptos. Su uso recreativo es peligroso y su consumo con regularidad daña seriamente las funciones cognitivas. Se trata de una droga que se ha dado a conocer antes en otros países europeos que en España. De hecho, en el Reino Unido es una vieja conocida y el Gobierno se propuso prohibirla ya en el año 2006, pero en la práctica sigue bien presente en mercados de productos africanos del país.

En infusión o masticada

Esta droga se vende en grandes tallos que conservan sus propiedades hasta varios días después de ser cortados, cuatro como máximo. Se puede hacer uso de ella en infusión o masticando las hojas directamente, que es lo más habitual. Provoca una sensación estimulante y de euforia, pero además tiene efectos alucinógenos y puede derivar en serios problemas de ansiedad y agresividad.

Su uso en África se remonta varios siglos atrás, inicialmente como producto medicinal, pero en la actualidad se utiliza más como droga pura y dura y hay millones de adictos a ella en todo el continente africano, especialmente en Somalia y Yemen, dos de los países más pobres de África. Como la mayoría de drogas de este tipo, la euforia inicial va dando paso a un bajón que sume al consumidor en una profunda narcolepsia y puede degenerar incluso en incontrolables delirios y hasta en caer en coma.

Más de tres toneladas incautadas en Barcelona

Un ejemplo de que el khat está cada vez más consolidado en España es la aprehensión el pasado mes de junio de 3,2 toneladas de esta droga africana en el Puerto de Barcelona, «la mayor cantidad decomisada hasta ahora en Europa» y cuyo valor ascendería hasta los «61 millones de euros«. La Guardia Civil logró desmantelar una organización encargada de introducir en el continente europeo la sustancia. De hecho, solo una parte se iba a quedar en España, el resto tendría como destino otros países de nuestro entorno.

En Barcelona fue detenido por su supuesta relación con el entramado que introducía khat en España el empresario Albert Ginjaume, excónsul general honorario de Finlandia, que fue destituido de ese cargo por confabular a favor del independentismo catalán. También se ha investigado a tres sociedades empresariales en busca de más integrantes de este grupo con «una estructura empresarial compleja». La droga entró en España tras ser falsificada la documentación destinada a la aduana para tratar de eludir los controles. De ella se sabe en España al menos desde finales de 2017, aunque es ahora cuando el volumen incautado ha sido más que considerable. Hace cinco años ya fueron incautados 30 kilos procedentes de Kenia en el Aeropuerto de San Sebastián y poco después otros 70 kilos que llegaron desde Etiopía al Aeropuerto de Barcelona.

Barata pero rentable

Al khat se le considera también la «droga de los pobres» o la «droga de los parados» en África, ya que es ser barata y popular sobre todo entre las personas más desfavorecidas. Sin embargo, procura pingües beneficios a sus productores. Un kilo de khat cuesta menos de 600 euros y un pequeño manojo se vende en Europa por apenas tres euros, pero todo renta.

En principio quienes más la demandan en Europa son los inmigrantes africanos del este del continente, no así los de la zona oeste, donde no se cultiva en masa, aunque la droga está ampliando mercado rápidamente. Otra de las cosas que convierten en barata esta droga es que no necesita ser procesada. Se cortan los tallos y se venden tal cual, preferiblemente lo antes posible para que conserven sus propiedades alucinógenas. Lo cierto es que el organismo se acaba resistiendo por su consumo, que puede degenerar en problemas de estómago y de esófago, pero también en esquizofrenia.