Turismo, negocio y Navidad
A mi no se me ocurre un plan más perezoso para un día de fiesta. No viajo en grupo y si lo hago, por ahorrar en el billete, me separo del colectivo según aterrizo.
A mi no se me ocurre un plan más perezoso para un día de fiesta. No viajo en grupo y si lo hago, por ahorrar en el billete, me separo del colectivo según aterrizo.
El ser humano es capaz de concebir lo que parece imposible, piensa. Lo irreal. Desde catedrales, hasta países. Incluso mensajes de paz que provocan guerras. Dogmas como el suyo.
No son los musulmanes los que han logrado que la Navidad desaparezca de los colegios en Estados Unidos, ha sido el complejo y la estupidez, el laicismo mal entendido y la mentalidad suicida de toda una generación de ignorantes.
Lo confieso. Echo de menos el Carnaval. Siempre digo que Madrid lo tiene todo salvo dos cosas: playa y carnavales. Y, ojo, no es porque a los madrileños no les guste disfrazarse, pero prefieren hacerlo en Navidad y Halloween.
El grupo austríaco Kleindienst desarrolla en seis de las islas (Alemania, Austria, Suiza, Países Bajos, Suecia y San Petersburgo), el proyecto denominado «Corazón de Europa».
En un día de Reyes sin carbón y sin corbatas, he echado la vista atrás a otra Epifanía de hace medio siglo, en una Nueva York aún transida por el magnicidio de unas semanas antes, con la situación cada vez más caótica en Vietnam…
La Navidad es entendida como la fórmula mágica para recargar pilas, para enfrentarse al año que en realidad comenzó con el curso en Septiembre. Pero nos damos una nueva oportunidad, por si las moscas
Es como que el realismo mágico de García Márquez cobrase vida, y un pajarito te pudiese hablar. De repente el pajarito de colores se puede convertir en un revólver que te revienta los sesos, te secuestra o te viola
La Noche de Fin de año es la fiesta estrella de la ciudad, que desde abril hasta Octubre cuenta, cada fin de semana, con cabalgatas de diferentes países celebrando sus fiestas nacionales. El centro del mundo tiene nombre y apellido: Times Square
Todavía queda alguno que tiene el balance de 2013 sin hacer y los escaparates físicos y mentales aún vestidos de Navidad.
La fotografía es como para llorar. Toda una contradicción en sí misma. O quizá no.
Las fiestas de fin de año pueden estar llenas de contrastes.
Dicen que «la mona, aunque se vista de seda, mona se queda», y esta MONArquía que tenemos lo está demostrando.
La cristiandad más antigua se alojó en el difuso territorio que hoy llamamos Oriente Medio. Siglos después llegó la invasión musulmana, pero antes estuvo la hebrea.
The King’s Speech, la famosa película británica de Tom Hooper, habla de las dificultades para expresarse de Jorge VI. El rey inglés padecía, por lo visto, una acusada tartamudez.
Es un término ‘cursi’, que viene del árabe ‘kúrsi’ para referirse a ‘elegancia y empaque que uno se da atribuyéndose importancia’.
Ese 24 de Diciembre de 1914 transcurrió con insólita calma
Todas las Navidades los españoles a la misma hora somos testigos directos o indirectos del soberano peñazo de discurso de nuestro Soberano.
Finalmente se acabó el período de la «comelona», como le llamo yo a la semanita criminal de Navidad.
El espíritu navideño siempre me ha parecido un gran misterio: un infinito contenedor de percepciones y sentimientos que cada año nos aventuramos a abrir para experimentar nuevas o repetidas sensaciones.
Sería cosa mía, pero me pareció que este año había algo más de interés general por escuchar lo que tenía que decir el rey de un país roto, empobrecido, desanimado y expoliado.
El primer trago de estas fiestas ineludibles ya quedó atrás.
En esta época se hace complicado mantener la paz, tratarse con amor y crear armonía. Solo los niños conviven aparentemente sin conflicto con la parafernalia navideña
Beatriz Talegón habla de la avaricia que mueve el mundo. Hace bien al incluir un pecado en su argumento porque si no hablamos de teología poco podremos hablar de política.
De ahí la alegría con la que deberíamos recibir estos días, de ahí la necesidad de desterrar ese «a mi no me gusta la Navidad» que con tanta frecuencia escuchamos.
Si es usted ateo, eso es todo. No siga leyendo. No celebre la Navidad, el Misterio por excelencia.
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