THE OBJECTIVE
El buzón secreto

¿Reciben regalos de Reyes los espías?

Historias navideñas y de obsequios sucedidas en la sede del servicio secreto

¿Reciben regalos de Reyes los espías?

Sede del CNI.

Ocurrió hace ahora 40 años. El golpe de Estado del 23-F estaba reciente y Emilio Alonso Manglano había sido designado director del entonces CESID, ahora llamado CNI. Uno de los mayores impactos que recibió en los primeros meses de su mandato tuvo lugar en la época navideña.

La sede del servicio de inteligencia estaba situada a principios de los años 80 en el céntrico paseo de la Castellana de Madrid, justo al lado del Ministerio del Interior. Manglano era un director novato que estaba conociendo el funcionamiento de una agencia de espionaje que había estado implicada en el golpe de Estado y que necesitaba urgentemente limpieza y puesta a punto.

Un día muy próximo a la Nochebuena, Manglano estuvo trabajando lejos de su despacho y a media mañana regresó a la sede de Castellana. Se bajó del coche acompañado de su jefe de gabinete y asistieron a un curioso espectáculo: unos trabajadores estaban descargando cestas y cajas de navidad de un enorme camión de unos grandes almacenes. «Estos de Interior -comentó el director a su colaborador- se van a poner las botas estas navidades». Y sin prestar mayor atención, enfiló en dirección a la entrada del edificio que compartían con el Ministerio del Interior.

Una hora después, Manglano volvió a salir a la calle y se encontró en recepción de nuevo con las cestas y las cajas de Navidad. Esta vez descubrió cómo personal del servicio de inteligencia se encargaba de la recepción de los regalos. Perplejo, frenó un momento, se acercó y miró el nombre de los destinatarios de tan suculentos regalos: «Fulanito… director de la división de…», «Menganito…jefe del área de…» o «Zutanito, agente del departamento de…».

Manglano canceló la reunión a la que pensaba acudir y regresó a su despacho. Ordenó investigar inmediatamente quién había mandado tantos y tan estupendos regalos a su personal. Cuando lo supo, todavía se puso de peor humor.

Convocó a todos los jefes a una reunión urgente. Les anunció que se había enterado de que el Mossad se dedicaba a mandar regalos por Navidad a un montón de ellos, una costumbre que también llevaban a cabo otros servicios como la CIA. Mostró su perplejidad no solo porque se aceptaran los presentes, sino porque los servicios secretos extranjeros dispusieran de todos sus datos laborales, lo que suponía una clara vulnerabilidad.

Ordenó devolver todos los paquetes y anunció expedientes de expulsión para cualquier miembro del servicio que aceptara obsequios de otro servicio de inteligencia. Desde entonces, la Navidad se celebra más austeramente en el CESID-CNI. Como debe ser.

Lo que no falta cada año es la fiesta de Navidad, a la que acude el personal de la sede central y al que invitan a antiguos agentes. Como en la mayoría de las empresas, suele haber un brindis protagonizado por la directora, que luego departe con el personal. Fiesta a la que no invitan a los agentes que han salido de mala manera.

Regalo conflictivo: un humidor de puros cubano

La norma de rechazar cualquier presente procedente de otras agencias tiene sus excepciones. Los servicios se hacen regalos que no necesariamente tienen que ser especialmente caros y que con frecuencia son productos típicos del país. Lo que ocurre es que la desconfianza, hasta con los amigos, puede crear situaciones muy embarazosas

El caso más llamativo se produjo a finales de los años 80, durante el viaje oficial a España del jefe del servicio secreto cubano, invitado por el director Manglano. Entre reunión y reunión, hubo agasajos, comidas y visitas por Madrid. Siempre hay intercambio de regalos. El invitado trae un presente para su colega español, que no podía ser otro que un humidor lleno de los mejores puros habanos de la isla. Manglano quedó encantado, pero el responsable de la División de Contrainteligencia puso el grito en el cielo y alertó sobre el peligro del regalo: dentro podría ir escondido un micrófono. Se lo enviaron a la unidad operativa para su investigación. No encontraron nada, fueron más papistas que el papa.

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